SALUD: Laboratorios pierden dinero al ignorar a los pobres

Los laboratorios farmacéuticos pierden oportunidades de negocios potencialmente redituables por no atender las necesidades del Sur pobre, señaló la organización humanitaria Oxfam.

La industria farmacéutica mundial, con ingresos que suman casi 700.000 millones de dólares al año, continúa fijando para sus productos precio que están fuera del alcance de las personas de bajos recursos, destaca el estudio.

Asimismo, los laboratorios no aprovechan todas las oportunidades que ofrece el mercado por su reticencia a desarrollar medicamentos para las enfermedades que más afectan a los países pobres y su intransigencia en materia de patentes, agrega el informe.

"La industria mete la cabeza en la arena. Más de 85 por ciento de los consumidores tienen sus necesidades insatisfechas o directamente no tienen acceso a los medicamentos", afirmó el director ejecutivo de la Oxfam, Jeremy Hobbs.

"La fijación de precios altos, los intentos de suprimir la competencia planteada por los genéricos, el desarrollo de medicamentos sólo para quienes tienen el dinero con que pagarlos y la demanda de leyes de patentes más estrictas, constituyen una estrategia de negocios inadecuada para nuevos mercados y también un ultraje moral", agregó Hobbs.
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Quince por ciento más rico de la población mundial consume más de 90 por ciento de los medicamentos. Millones de pobres pagan con la vida la escasez de los países en donde viven: la tuberculosis mata a dos millones de personas cada año y la malaria a un millón.

El estudio de Oxfam, titulado "Invertir para la vida", reclama a la industria farmacéutica que fije los precios de los medicamentos esenciales en función de la capacidad de pago de los pacientes.

Algunos laboratorios ya han adoptado esta política, pero se trata de unos pocos y esencialmente la limitan a enfermedades de "alto perfil", como el sida.

Pero la Federación Internacional de Asociaciones y Fabricantes de Medicamentos señaló que los laboratorios ayudaron a 1.300 millones de pacientes pobres, entre 2000 y 2006, con donaciones de medicinas, vacunas y pruebas de diagnóstico por valor de 6.700 millones de dólares.

La respuesta de Oxfam es que el énfasis puesto en las donaciones "no es sustentable y, en algunos casos, resulta contraproducente".

La organización pidió a los laboratorios que investiguen y desarrollen más medicamentos para el tratamiento de enfermedades que afectan a los pobres. Entre 1999 y 2004, indicó el estudio, se colocaron en el mercado 163 nuevos productos, pero solo tres eran aptos para curar esas enfermedades.

Asimismo, Oxfam reclamó que la industria farmacéutica deje de cuestionar la capacidad de los países pobres para forzarla a bajar sus precios o ceder porciones del mercado ente los genéricos en casos de emergencias sanitarias.

Durante los últimos años, los laboratorios iniciaron acciones legales o ejercieron presiones directas para proteger sus patentes contra lo que Oxfam definió como "el uso de legítimas salvaguardas" por parte de Brasil, Filipinas, India y Tailandia.

Pero cuando los gobiernos de los países en desarrollo lograron imponer su posición, los pobres resultaron beneficiados y los laboratorios mantuvieron su presencia en esos mercados, señaló el estudio.

La organización citó dos casos en que la industria redujo sus precios en respuesta a acciones del gobierno tailandés. El costo de un medicamento para el corazón bajó 70 por ciento y el precio de otro para el tratamiento del sida 55 por ciento, indicó el informe.

Los laboratorios argumentan que los valores de venta reflejan sus elevadas inversiones en investigación y desarrollo. Oxfam considera, sin embargo, que esos costos pueden reducirse trasladando la producción a los países pobres.

Varios laboratorios han autorizado que sus medicamentos se fabriquen bajo licencia en naciones del Sur o han anunciado planes para instalarse en China y otros mercados emergentes.

La industria también señala que el precio refleja el margen de beneficio de médicos y farmacéuticos, al igual que el impacto de los impuestos. También resalta restricciones que no están relacionadas con los costos.

Un grupo de presión de la industria en Estados Unidos, Investigadores y Productores Farmacéuticos de América, afirmó que muchos países carecen de sistemas de salud adecuados, necesarios para ofrecer atención y medicamentos a los enfermos.

También faltan médicos: en varias naciones de África subsahariana sólo existen tres por cada 10.000 habitantes, agregó.

Los sistemas de distribución y almacenamiento son inexistentes o están mal administrados, indicó el grupo, que citó estimaciones del Banco Mundial según las cuales por cada 100 dólares que los gobiernos africanos gastan en medicamentos sólo 12 llegan finalmente a los enfermos.

Para los países pobres, argumentó esta asociación de empresarios, "el gasto en salud no es una prioridad".

"Con frecuencia, los servicios de salud fueron relegados por el gasto en defensa. Aun peor: ha habido casos en que fondos disponibles para la atención de la salud no se utilizan a causa de la burocracia y la mala administración", agregó.

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