COLOMBIA: Entre votos y balas

La jornada electoral colombiana comenzó a las 08:00 de la mañana de un domingo lluvioso y se prolongó hasta las 16:00 (19:00 GMT), en un país militarizado y con temores de atentados, fraudes, compra y trasteo de votos y acciones armadas de grupos ilegales de derecha e izquierda.

Jefe de observación electoral de la OEA, Dante Caputo, segundo a la izquierda, en una mesa en Caquetá Crédito: Juan Manuel Herrera/OEA
Jefe de observación electoral de la OEA, Dante Caputo, segundo a la izquierda, en una mesa en Caquetá Crédito: Juan Manuel Herrera/OEA
Los dos primeros alcaldes electos por voto popular fueron el conservador Diego Fernando Flores y Ricardo León Valencia, apoyado por liberales y conservadores, los dos partidos tradicionales colombianos que están en decadencia en el plano nacional.

Ambos eran candidatos únicos, respectivamente, de los municipios de Alpujarra, departamento del Tolima, centro del país, y Angostura, departamento de Antioquia, occidente.

En Bogotá, Samuel Moreno Rojas, postulante a gobernar la capital por el izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA), principal partido de oposición al gobierno de Álvaro Uribe, ganó las elecciones, pese a los llamados del mandatario para que no se votara por él.

Alonso Salazar, de la Alianza Social Indígena, obtuvo la alcaldía de Medellín, capital de Antioquia. Antonio Navarro, del PDA, sería gobernador del sureño departamento de Nariño, mientras el liberal Horacio Serpa ganaba la gobernación de Santander, en el noreste, e Iván Ospina, hijo del ex guerrillero del M-19 del mismo nombre, se alzaba con el gobierno de Cali, capital del occidental Valle del Cauca.
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Más de 27 millones de colombianos estaban habilitados para elegir alcaldes municipales, gobernadores, concejales y diputados de Asambleas legislativas departamentales. Los resultados finales se conocerán en el transcurso de esta semana.

El registrador general Juan Carlos Galindo estimaba que sólo sufragarían entre 40 y 50 por ciento del padrón.

Pero en Bogotá y en localidades intermedias como Florencia, departamento de Caquetá, y Puerto Asís, Putumayo, ambos en el sur del país, y en Ibagué, Tolima, en el centro occidente, IPS pudo constatar una gran afluencia de votantes, a pesar de la lluvia y el mal tiempo.

Putumayo, Caquetá y el también sureño Amazonas, que constituyen 25 por ciento del territorio colombiano y se caracterizan por la presencia de grupos armados ilegales, fueron custodiados por 25.000 hombres, dijo a IPS el comandante de la Sexta División del ejército, Germán Galvis.

Los candidatos de esos distritos contaron con protección y pudieron movilizarse por todos los departamentos, añadió. Pero esta información fue negada por una fuente que pidió no ser identificada.

La gente ha votado en forma masiva "por amor a la libertad", dijo a IPS en Puerto Asís un vendedor de apuestas, Calixto Cabezas.

Jael Coronado, candidato al concejo de Puerto Asís por el PDA, atribuyó la gran concurrencia a las urnas a la preferencia popular "por la democracia".

En Florencia, Cristina Urbano dijo que el pueblo quería "elegir a sus candidatos".

En Bogotá se registraron impresionantes embotellamientos en las horas del mediodía y la tarde por la gran afluencia de votantes.

Analistas estimaron que si la concurrencia a las urnas supera 45 por ciento, podría afirmarse que estas elecciones fueron un éxito.

"En términos generales, la jornada transcurrió en forma satisfactoria en todo el país", dijo el ministro del Interior, Carlos Holguín.

Sin embargo, hubo irregularidades en varias regiones y enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y con grupos paramilitares.

En varios departamentos de la costa atlántica (norte) hubo arrestos por fraude electoral, por ejemplo en Atlántico, Bolívar y Sucre.

Choques armados se registraron en el oriente de Antioquia, centro occidente del país, y en Cauca, sureste, acciones dinamiteras en Nariño y en Tolima, según reportes oficiales.

En la norteña Barranquilla, principal puerto sobre el océano Atlántico, hubo arrestos de personas con documentos de identidad falsos, informó la fiscalía, que reportó un total de 29 detenciones por delitos electorales en todo el país.

La viceministra del Interior, María Isabel Nieto, informó de unas 400 denuncias de delitos electorales con méritos para ser investigados.

Las FARC dinamitaron varias torres de transmisión eléctrica, especialmente en el sur, según el Ministerio de Minas y Energía.

En Argelia, departamento del Cauca, en el suroccidente, no se celebraron comicios porque "la guerrilla intimidó a la población, que no salió a votar", dijo el ministro Holguín.

También se suspendieron en el municipio de Castilla la Nueva, en el central departamento de Meta, donde se quemaron dos urnas tras una asonada.

En Bogotá la jornada transcurrió en calma, y ni la intensa lluvia ni el frío detuvieron a los electores.

No se reportaron incidentes graves en Caquetá ni en Putumayo, dos de los distritos con más riesgos.

La fuerza pública estuvo presente en casi todas las 80.754 mesas de votación, pero algunos lugares quedaron desprotegidos y hubo denuncias de falta de material electoral, compra de votos y presiones de grupos armados ilegales.

Analistas locales estimaron que estas elecciones eran cruciales para la maltrecha democracia colombiana porque definirán el mapa político de los próximos 50 años y el grado de presencia en las urnas de grupos armados ilegales, como los paramilitares, que se infiltraron en la política con fuerza a partir de los comicios locales de 2003.

También pronosticaron que estos comicios podían definir el peso de eventuales candidatos a la presidencia para las elecciones de 2010.

El actual presidente Uribe, el ex mandatario liberal César Gaviria (1990-1994) y los aspirantes Germán Vargas Lleras, de derecha, y Carlos Gaviria, de izquierda, son apuntados como cabezas de esa carrera.

Más de 10.000 observadores nacionales e internacionales acompañaron el desarrollo de estos comicios, en un intento de fortalecer la presencia de la sociedad civil.

Durante la campaña electoral fueron asesinados 80 concejales y seis alcaldes, varios candidatos fueron víctimas de atentados y explotaron petardos poco antes de la apertura de los comicios en varias zonas, que dejaron más de media docena de muertos y heridos.

Unos 19 alcaldes y los gobernadores de los departamentos de Magdalena y Cesar, norte, y Meta y Casanare, oriente, se encuentran tras las rejas por sus vínculos con grupos paramilitares.

El departamento con mayor número de políticos y funcionarios presos por esas razones es el norteño Sucre, con cuatro alcaldes y cinco diputados. Las alianzas con paramilitares también fueron significativas en Casanare donde seis de los 19 alcaldes están presos porque se habrían comprometido con el paramilitar conocido con el alias de "Martín Llanos" a entregarle recursos públicos y cargos.

Esas alianzas sirvieron en algunos casos para asesinar a líderes que estorbaban las pretensiones paramilitares, según denuncias publicadas por el diario El Tiempo.

Por su parte, las FARC asesinaron a 16 de los 23 candidatos ultimados en la campaña, de acuerdo con un informe de la revista Semana. Además, permanecían detenidos por supuestos vínculos con ese grupo armado los alcaldes de los municipios de Planadas (Tolima), y de Ovejas (Sucre).

El ex canciller argentino Dante Caputo, que presidió la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) recorrió este domingo Puerto Asís y Florencia, y sostuvo que las informaciones electorales oficiales se ajustaban a los reportes enviados por los 125 observadores internacionales de su grupo.

En su rápida visita a esos municipios, Caputo estuvo acompañado por altos mandos policiales del ejército, por autoridades locales que terminarán su mandato el 31 de diciembre y por un grupo de periodistas, entre ellos IPS.

Caputo dijo a IPS que no se podía negar que existieron problemas, como amenazas y compra y trasteo de votos, pero lo que más le preocupaba "es menos de lo que me gusta. En términos generales estamos optimistas".

La misión de la OEA llegó a Colombia el 2 de octubre y permanecerá en el país durante dos semanas más. Antes de retirarse presentará un informe final.

* Con aportes de Helda Martínez (desde Puerto Asís y Florencia).

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