POLÍTICA-ARGENTINA: Elecciones con mensajes

Por primera vez un socialista ganó un gobierno en Argentina, en la provincia de Santa Fe, y otro progresista casi lo logra en Córdoba, ambos en disputa con el oficialista Partido Justicialista. Pero estos datos, que revelan crisis de las fuerzas tradicionales, no preocupan al presidente Néstor Kirchner.

"Ni Santa Fe ni Córdoba parecen echar sombras sobre la candidatura de Cristina" (Fernández), esposa de Kirchner y favorita en las encuestas para los comicios presidenciales del 28 de octubre, advirtió este lunes Eduardo Van der Kooy, columnista político del matutino Clarín, sobre las elecciones provinciales del domingo.

"En las dos provincias pareció quedar en claro otra vez el punto de revulsión y ruptura del sistema de partidos", añadió el analista aludiendo al Partido Justicialista (peronismo), que se expresa con múltiples agrupaciones y alianzas, y a la opositora Unión Cívica Radical (UCR), fragmentada en infinitas representaciones.

En diálogo con IPS, Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, coincidió con esa lectura. "Los resultados de las elecciones en Santa Fe (noreste) y Córdoba (centro) confirman la diversidad política que impera hoy en Argentina y la crisis del bipartidismo tradicional", explicó el observador.

Para Fraga, la votación en esos dos distritos reveló que "subsiste la gravitación del factor territorial" a la hora de elegir gobierno, un fenómeno que ya se había registrado en los comicios de la ciudad de Buenos Aires en los que triunfó la alianza centroderechista liderada por el empresario Mauricio Macri, en primera vuelta el 3 de junio y en la segunda del 24 del mismo mes que le dio el gobierno de ese distrito.

No obstante, el analista consideró que la oposición "no podrá capitalizar" estos resultados en el plano nacional, debido a su gran dispersión y fragmentación. Fernández, con más de 40 por ciento de adhesiones en todos los sondeos, se impondría en primera vuelta.

Las encuestas señalan que la ventaja de la senadora respecto de los demás postulantes es casi imposible de revertir. Para acceder a la presidencia de Argentina se necesita recoger 45 por ciento más uno de los votos o 40 por ciento y una distancia sobre el segundo mayor a 10 por ciento.

Los que tienen mejores posibilidades de llegar a un segundo puesto, pero aún muy lejos de la esposa de Kirchner, son Roberto Lavagna, ex ministro de Economía del actual gobierno, y Elisa Carrió, la candidata de la Coalición Cívica.

Los comicios de Santa Fe, uno de los distritos más poblados del país y con más de 2,3 millones de electores, dieron el domingo un holgado triunfo al médico Hermes Binner, del Partido Socialista. Se trata de la primera victoria de esta fuerza política en elecciones para gobernador. Hasta ahora, sólo había logrado triunfos municipales y legislativos.

Binner lidera el heterogéneo Frente Progresista, integrado por socialistas, comunistas, el liberal Partido Demócrata Progresista, un sector de la UCR, la Afirmación para una República de Iguales de Carrió y hasta disidentes del justicialismo.

Con más de 95 por ciento de las mesas electorales escrutadas, el Frente Progresista se impuso con 48,6 por ciento de los votos frente al candidato del justicialismo, el ex canciller Rafael Bielsa, quien consiguió 38,7 por ciento de los sufragios.

Si bien el gobernador electo es opositor, ya anticipó que buscará tener "un buen diálogo" con el gobierno nacional de Kirchner. Según Binner, entre sus votantes no hay unanimidad respecto de a quién apoyar en las elecciones nacionales, y admitió que algunos elegirán a Fernández y otros a Lavagna o Carrió.

En tanto en Córdoba, que también tiene más de 2,3 millones de electores, según los últimos resultados el ganador es el actual vicegobernador Juan Schiaretti, del Partido Justicialista, quien había contado con el apoyo de Kirchner.

Pero lo llamativo de esta elección fue el crecimiento de su rival, Luis Juez, quien quedó a casi un punto porcentual de Schiaretti.

Juez es el actual intendente de la capital provincial, también de nombre Córdoba, y es un ex justicialista que formó una agrupación progresista independiente, denominada Frente Cívico y Social. Si bien su postulación tuvo apoyo de colaboradores cercanos a Kirchner, se mantuvo como una candidatura de oposición al gobierno nacional.

Este lunes, con 96 por ciento de las mesas escrutadas, Schiaretti obtenía 37,08 por ciento de los votos y Juez 35,9 por ciento. "Nos robaron la elección", denunció el alcalde de la capital.

Para Juez, la inadmisible demora en contar los votos lo hace sospechar de maniobras fraudulentas para ganar la votación. Por eso no descarta pedir a la justicia el recuento voto a voto.

En todo caso, el resultado, sea cual fuere, es otra "evidencia del debilitamiento del bipartidismo tradicional", sostuvo Fraga. Sólo como resultado de buenas gestiones a nivel municipal, Binner ganó la elección provincial en Santa Fe y Juez casi gana en la de Córdoba.

Según el analista, en 12 provincias donde hubo elecciones este año, el Partido Justicialista alineado con la tendencia más afín a Kirchner, el Frente para la Victoria, ganó en tres distritos: San Juan, Tucumán y Entre Ríos.

Candidatos aliados del gobierno nacional, pero que no fueron en representación del Frente para la Victoria, se impusieron también en Catamarca, Río Negro y La Rioja.

En cambio, el oficialismo fue derrotado en otros cinco distritos. En la ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Tierra del Fuego, en Neuquén, San Luis y ahora Santa Fe, el gobierno de Kirchner no pudo celebrar los resultados obtenidos.

Sin embargo, para Fraga, las derrotas no pueden asimilarse porque responden a tendencias ideológicas muy distintas, y hasta antagónicas.

En Buenos Aires, Neuquén y San Luis las opciones victoriosas fueron centroderechistas pero a su vez enfrentadas entre sí. Y en Tierra del Fuego, los progresistas ganadores tampoco pertenecen al mismo partido.

El intendente Juez, que casi arrebata la gobernación de Córdoba al justicialismo, no forma parte del partido socialista de Binner ni de la ARI, de la gobernadora electa de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos.

Por esa razón, más allá de resultados dispares, el oficialismo a nivel nacional sigue sacando provecho de la fragmentación de la oposición, y confía en que tiene la carta ganadora entre las candidaturas para las presidenciales de octubre.

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