POLÍTICA-CUBA: La fuerza de la costumbre

Un año y 13 días después de que el presidente cubano Fidel Castro anunció su retiro provisional por enfermedad, la población parece haberse acostumbrado a una situación en la que el líder cubano se mantiene «al tanto de todo», mientras su hermano Raúl gobierna.

Varios plazos manejados para su posible retorno quedaron atrás y las expectativas bajaron, especialmente luego del 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional, festejado sin su presencia. "Quizás si se hubiera celebrado en La Habana, él podría haber participado", comentó a IPS una profesora jubilada, Josefa Martínez.

Pero la sede de los festejos fue Camagüey, 534 kilómetros al sureste de La Habana, y el discurso quedó a cargo de Raúl Castro, presidente en funciones desde el 31 de julio de 2006, quien aclaró que "ni en los momentos más graves de su enfermedad" el mandatario "dejó de aportar su sabiduría y experiencia ante cada problema y decisión cardinal".

Algunos no pasaron por alto que otra de las referencias de Raúl a su hermano mayor fue para recordar que en esa misma ciudad, el 26 de julio de 1989, el gobernante advirtió que en caso de que se desintegrara la Unión Soviética (como sucedió en 1991), Cuba seguiría adelante con su revolución.

"Raúl fue muy crítico en ese discurso, pero en un contexto de continuidad. Por eso también citó esas palabras de Fidel el 1 de Mayo de 2000, cuando entre otros conceptos, dijo que 'Revolución es sentido del momento histórico, es cambiar todo lo que deba ser cambiado'", indicó un sociólogo que prefirió no identificarse.
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El 26 de julio se conmemora el asalto a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, en el extremo sudoriental del país, dirigido por Castro al frente de un grupo de jóvenes entre quienes se encontraba Raúl, hoy de 76 años.

"Ahora me acosan con preguntas sobre el momento en que volveré a ocupar lo que algunos llaman el poder", escribió Fidel Castro el 31 de julio, sin dar plazos ni muestras de apuro por retornar a su vida pública.

"El propio Raúl se ha encargado de responder que cada decisión importante a medida que me iba recuperando era consultada conmigo", agregó en una de sus "Reflexiones" —columnas que publica en la prensa estatal—, dedicada a recordar su primer año de ausencia, desde que delegó sus funciones en el primer vicepresidente y ministro de Defensa.

Para Martínez, quien trabajó casi tres décadas en la docencia, "lo mejor que podía pasar es tener a Fidel y Raúl gobernando juntos". En su opinión, la gente se ha ido acostumbrando a esa nueva situación y se siente tranquila.

"Yo sé que en el extranjero se habla mucho de cambios para Cuba. Nosotros queremos que nuestras vidas mejoren, que nuestras pensiones sean suficientes, pero todo eso sin perder progresos sociales como salud y educación gratuitos, porque sería retroceder", señaló. Castro celebró este lunes su cumpleaños 81 aún convaleciente de los graves problemas de salud que según, sus propias palabras, lo tuvieron al borde de la muerte. La efeméride estuvo precedida de una semana de carnavales que finalizaron el domingo por la noche con fuegos artificiales sobre la bahía capitalina.

El diario oficial Granma optó por publicar en primera página, bajo el título de "!Venceremos!", los mensajes de saludo de cinco cubanos condenados en Estados Unidos a severas penas de cárcel bajo cargos de espionaje.

Castro ha dado a ese caso una atención similar a la prestada al niño balsero Elián González, cuya repatriación logró en junio de 2000 gracias al fuerte movimiento de opinión pública en Estados Unidos en apoyo de la decisión del padre, Juan Miguel González, de traerlo de regreso a casa.

Elián perdió a su madre en un naufragio y fue rescatado de las aguas por pescadores en noviembre de 1999. Algunos de sus familiares en Miami, meca del exilio cubano en Estados Unidos, intentaron obtener la custodia definitiva del menor, que hoy tiene 13 años y vive con su padre en la noroccidental provincia de Matanzas.

Pero con "los cinco" las cosas han sido diferentes. Antonio Guerrero, Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino y René González fueron detenidos el 12 de septiembre de 1998 y cumplen severas condenas, de 15 años de reclusión hasta cadena perpetua, por vigilar a grupos anticubanos asentados en Miami.

Los cubanos formaban parte de una red que se infiltraba en organizaciones de exiliados para evitar ataques terroristas contra este país caribeño, según alegan La Habana y la defensa. En el juicio no se pudo probar el delito de espionaje, sino el de agente "no registrado" ante el gobierno de Estados Unidos, sostuvo el alegato de apelación.

"Liberarlos y traerlos de vuelta a casa, como hizo con el niño Elián, es para él (Fidel Castro) casi una obsesión", comentó un diplomático europeo.

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