Desde el 31 de marzo es obligatorio en Brasil identificar con rótulos a los alimentos que contienen más de uno por ciento de ingredientes transgénicos. El incumplimiento se castigará con multas y decomiso del producto. El decreto correspondiente fue firmado hace un año, pero su reglamentación y la definición del símbolo identificatorio, que será una T, demoraron muchos meses, luego de los cuales se amplió el plazo para adaptación de las empresas.
«No es lo ideal, pero es un avance», evaluó el coordinador ejecutivo del Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC) Sezifredo Paz, quien destacó que el sureño estado de Sao Paulo tiene una ley mejor, que exige identificación incluso con menos de uno por ciento de composición transgénica.
De todos modos, la soja cosechada el año pasado es el único producto transgénico permitido en el país, y los demás siguen prohibidos por una decisión judicial que solicitó el IDEC, vigente hasta que la modifique otro fallo o una ley de bioseguridad que tramita actualmente el Senado, subrayó.
