Activistas recibieron con suspicacia un informe científico publicado este mes con gran despliegue, que asegura no haber encontrado rastros de maíz transgénico en una zona de México, país donde la presencia de esa especie manipulada genéticamente se reporta desde 2001. Activistas recibieron con suspicacia un informe científico publicado este mes con gran despliegue, que asegura no haber encontrado rastros de maíz transgénico en una zona de México, país donde la presencia de esa especie manipulada genéticamente se reporta desde 2001.
“Aquí hay algo raro, pues detrás del estudio, cuyo resultado puede ser verdadero, parecen estar los intereses de transnacionales y de empresarios locales”, dijo a Tierramérica Silvia, portavoz en América Latina de la organización no gubernamental Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración, con sede en Canadá.
El estudio, publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, fue editado por Barbara Schaal, quien trabaja en un laboratorio de la Universidad de Washington que es patrocinado por la firma productora de transgénicos Monsanto, aseguró Ribeiro.
El informe fue difundido con gran despliegue por autoridades. El hecho generó sospechas, pues otros realizados en el pasado por dependencias del gobierno, donde se indica que sí hay maíz transgénico en diversas zonas, son escuetos y poco publicitados.
Según José Tron, de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado, el nuevo estudio «allana el camino para la siembra comercial de maíz transgénico”.
