Expertos internacionales visitarán Chile en febrero o marzo para investigar la mortandad masiva de cisnes de cuello negro (Cygnus melancoryphus) en el santuario natural de Río Cruces, 790 kilómetros al sur de Santiago, provocada según ambientalistas por desechos de una planta de celulosa. El santuario tenía la mayor población de esos cisnes en América Latina, con unos seis mil ejemplares, de los que murieron 120 y otros cuatro mil emigraron.
Un informe de la Universidad Austral de Valdivia estableció que las aves murieron por inanición al agotarse el luchecillo (Egeria densa), un alga de la que se alimentan, e indicó también altas concentraciones de hierro en los hígados de los cisnes, así como presencia de parásitos.
