Cuando Ban Ki-moon asumió el cargo de secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en enero, prometió establecer los «más altos estándares» de transparencia dentro del foro mundial.
No sólo declaró su estado financiero a la Oficina de Ética, como tiene obligado, sino que dio un paso más allá: lo hizo público.
"Les aseguro que los lideraré con el ejemplo", aseguró. Poco después, la vicesecretaria general de la ONU, Asha-Rose Migiro, y una de las portavoces de Ban, Marie Okabe, también hicieron pública la declaración de su patrimonio.
Informar el estado financiero ante la Oficina de Ética de la ONU es un deber para todos los funcionarios con cargos superiores, incluyendo al secretario general, dijo Okabe a IPS.
También es obligatorio para unos 2.000 funcionarios relacionados con asuntos de logística e inversiones, así como para los propios integrantes de la Oficina de Ética, creada en enero de 2005.
Okabe explicó que el plazo para presentar esa información venció el 31 de mayo. La firma auditora estadounidense PriceWaterhouseCooper está ahora revisando las declaraciones.
"Una vez que la revisión esté completa, el informe de la empresa será presentado ante la propia Oficina de Ética", añadió.
En su declaración a inicios de este año, Ban dijo que él y su esposa, Yoo Soon Taek, tienen un apartamento y otras dos propiedades en Corea del Sur. También tienen tres cuentas bancarias, cada una con más de 10.000 dólares. El año pasado, la pareja vendió una propiedad por menos de esa cantidad.
La semana pasada, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) anunció su "Plan Estratégico", que incluye medidas de transparencia.
"Básicamente, el documento sirve de recordatorio a los funcionarios sobre sus deberes, para sujetarse a los más altos estándares de conducta e informar los mecanismos disponibles para denunciar irregularidades", explicó el administrador asociado del PNUD, Ad Melkert.
Asimismo, señaló que a varias categorías de funcionarios, incluyendo a los de tareas de logística, se les exigirán sus declaraciones financieras.
"Estoy feliz de informarles que tanto el administrador del PNUD (Kemal Dervis) como yo hemos completado nuestra declaración financiera este año, como parte del procedimiento", indicó.
Consultado sobre si el PNUD seguirá el ejemplo de Ban y hará públicas sus declaraciones, Melkert respondió: "No estoy a favor de hacerlas públicas en el sitio web (de la agencia). Creo que sería exceder la privacidad de las personas".
"Así como las declaraciones financieras son algo muy apropiado para los funcionarios públicos de un país, lo son para organizaciones internacionales", sostuvo Gillian Dell, coordinador de programas mundiales de Transparencia Internacional.
"De hecho, la propia Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, firmada por 140 países, llama a todos los signatarios a pedir la declaración de todas las fuentes de ingresos o de beneficios que puedan en algún caso suponer un conflicto de intereses", dijo Dell a IPS.
Además, subrayó que el PNUD, que promueve activamente la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, debería obligarse a adoptar los más altos estándares de transparencia.
Hans von Sponeck, ex coordinador de ayuda humanitaria de la ONU para Iraq, dijo que las revelación del estado financiero de los funcionarios del PNUD o de cualquier otra agencia de la ONU debería ser un procedimiento habitual.
"Esta información, sin embargo, debería ser tratada como confidencial. No serviría de nada compartirla con el público a menos que los funcionarios hayan violado las reglas de la ONU", dijo a IPS.
Bill Pace, director ejecutivo del Institute for Global Policy, sostuvo: "Generalmente, nuestra organización no cree que los altos funcionarios de la ONU sean tan corruptos como los medios de prensa y algunos gobiernos los pintan".
No obstante, la transparencia lograda al revelar este tipo de información sería un buen precedente, añadió.
De todas formas, "es muy importante respetar la privacidad del individuo al mismo tiempo", dijo Pace a IPS.
