El Grupo de Reflexión Rural (GRR) de Argentina criticó que el gobierno de este país haya defendido su modelo de producción de soja transgénica y mantenido posiciones cercanas a las corporaciones biotecnológicas, durante la reunión de biodiversidad que culminó el 31 de marzo en la ciudad brasileña de Curitiba. Contra la postura de la industria biotecnológica, la octava Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica mantuvo la moratoria de las llamadas tecnologías de uso genético restringido (GURT), vigente desde 2000, y que según activistas producen semillas estériles o “Terminator”.
Jorge Rulli, presidente del GRR, dijo a Tierramérica que fue «escandaloso» cómo Argentina y Paraguay defendieron posiciones de las corporaciones que venden semillas transgénicas.
Esta organización rural y ecologista critica la producción intensiva de soja, por su impacto negativo sobre la biodiversidad, el acelerado proceso de concentración de la tierra y el aumento de la pobreza rural.
