ECONOMÍA-CHILE: Mal momento para recibir visitas

Duras críticas a la política del ministro de Hacienda, Andrés Velasco, de parte de los propios legisladores oficialistas de centroizquierda, ponen un marco de tensión en Chile, dos días antes de ser anfitrión del capítulo latinoamericano del Foro Económico Mundial.

"El Foro debería debatir sobre la situación que aqueja a Chile, que, pese a tener baja inflación y orden macroeconómico, crece poco y (en especial) posee graves problemas de desigualdad, como ocurre en el resto de la región", dijo a IPS el economista Ricardo French-Davis, profesor de la Universidad de Chile y ganador en 2005 del Premio Nacional de Ciencias Sociales.

"La desigualdad se gesta en la política económica: en las brechas de salario, en la precariedad del empleo, en el trabajo informal. Chile creció el año pasado sólo cuatro por ciento, por la ineficiencia del Banco Central y del Ministerio de Hacienda", acotó French-Davis, también presidente del Consejo Económico Social del cogobernante Partido Demócrata Cristiano (PDC).

El Foro Económico Mundial para la región congregará este miércoles y el jueves en la capital chilena a representantes de gobiernos, empresarios, académicos y organizaciones de la sociedad civil.

Las tendencias mundiales en materia de crecimiento y energía, así como la integración serán parte de la agenda del capítulo para América Latina del también llamado Foro de Davos, por la pequeña ciudad suiza que cada comienzo de año sirve de escenario para la mayor reunión de gobiernos, expertos y grandes consorcios económicos transnacionales.

También se debatirá acerca del impacto que seguirá teniendo la expansión China en los países latinoamericanos, considerando que casi 10 por ciento de las exportaciones de la región van a parar al gigante asiático.

Los organizadores del Foro han destacado que entre fines de 2005 y de este año 12 países de la región renovaron en elecciones sus respectivos gobiernos, una circunstancia que puede servir para llevar a cabo una "agenda positiva" en busca de achicar la brecha social.

"No creo que del Foro surjan debates relevantes ni para Chile ni para el resto de América Latina", declaró escéptico, ante la consulta de IPS, Hugo Fazio, director de Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda). "Pueden proponerse temas muy interesantes, pero el problema es desde qué perspectiva se abordan", explicó.

El Foro coincide con un momento poco propicio para el ministro Velasco, quien es blanco de severas críticas por parte de parlamentarios de la Concertación por la Democracia, la coalición centroizquierdista que gobierna el país desde 1990 y que conforman el PDC y los partidos Socialista, Por la Democracia y Radical Social Demócrata.

Los ataques se originaron luego de que el encargado de las finanzas públicas chilenas enviara al Congreso legislativo un proyecto de ley de "depreciación acelerada" a las inversiones para 2007 y 2008, que finalmente fue rechazado el 17 de este mes en el Senado, con votos de la oposición derechista y de tres parlamentarios oficialistas, a los que identifican como "díscolos".

El mecanismo de "depreciación acelerada" es un beneficio tributario que permite diferir el pago de impuestos sobre las utilidades de una empresa. El proyecto establecía un periodo extraordinario para ese incentivo de 2007 y 2008, lo cual hubiera implicado una merma de ingresos fiscales calculada en casi 500 millones de dólares.

Estos políticos "díscolos" argumentaron que la iniciativa legal sólo beneficiaba a las grandes empresas, que por supuesto apoyan el proyecto, y no a las pequeñas y medianas (Pymes), que generan 80 por ciento de los empleos en Chile.

En una considerada exitosa maniobra política, la oposición derechista votó en contra del proyecto en el Senado argumentando que era bueno, pero "insuficiente" para las Pymes, pese a que antes lo había apoyado en la Cámara de Diputados y en la comisión de Hacienda de la misma cámara alta.

Según analistas políticos, la estrategia de la alianza opositora fue con un doble objetivo: contribuir al traspié del gobierno y desmarcarse de los intereses económicos del empresariado, sector al que siempre estuvo asociada.

"Una persona que dice que este proyecto beneficia a los ricos es una persona que no ha leído el proyecto o que no ha querido entenderlo. Este es un esfuerzo que iba a estimular la inversión en empresas de todos los tamaños y directamente iba a crear empleo, decir otra cosa es ignorancia", respondió duramente el ministro Velasco.

La iniciativa es parte medular del programa titulado Chile Invierte, lanzado en marzo por el ministro de Haciendo del gobierno de Michelle Bachelet, junto con otras numerosas medidas para potenciar el crecimiento.

Aunque ahora el proyecto deberá ser estudiado por una comisión mixta de diputados y senadores, representante de los partidos de gobierno ya han llamado a la presidente a congelarla o desecharla de modo definitivo.

Para Juan Eduardo Coeymans, director del Programa Interamericano de Macroeconomía Aplicada de la Universidad Católica de Chile, la lógica del proyecto de Velasco era promover la inversión en el corto plazo con las grandes empresas como motor.

Este economista cree que algunas Pymes están en condiciones de invertir, por también podrían verse beneficiadas con la depreciación acelerada. "Al reactivarse la economía, se puede generar un ambiente optimista que estimule aún más la inversión", señaló.

En la vereda contraria, Fazio afirmó que el proyecto "es un regalo tributario a favor de empresas con nombre y apellido: mineras y eléctricas, que tienen grandes proyectos de inversión, pero que los van a materializar con o sin depreciación acelerada".

"La prueba está en que el gobierno gestionó con los grandes empresarios que hicieran lobby ante la (oposición de) derecha para que aprobara el proyecto", acotó.

Detrás de esta polémica se esconde un profundo malestar entre algunos sectores del conglomerado oficialista por el excesivo poder que tendría Velasco al interior del gobierno de Bachelet, quien lo ha respaldado públicamente.

Algunos legisladores, disconformes con la política excesivamente de corte liberal impuesta por el ministro, lo acusan de "arrogante" y poco dialogador con los partidos oficialistas.

El senador socialista Carlos Ominami, uno de los que votó en contra, declaró, en la edición de la víspera del diario local El Mercurio, que "el gobierno está atravesando por una grave contradicción entre la voluntad de la presidenta de hacer de la protección social la impronta de su gobierno y la política fiscal". "Ahí hay dos cosas que no están coincidiendo", añadió.

"Soy muy crítico del excesivo conservadurismo fiscal que consiste en meter en un chanchito (ahorro estancado) los recursos del cobre y no invertirlos ni productiva ni socialmente", declaró el legislador, para luego agregar que el principal derrotado con el rechazo del proyecto fue "el neoliberalismo dentro de la Concertación".

El principal temor del gobierno es que este traspié afecte la tramitación del proyecto estrella del gobierno, que es la reforma al sistema de pensiones de capitalización individual instaurado en 1981 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El ministro Velasco, quien vivió en Estados Unidos desde 1976, cuando su padre, el jurista Eugenio Velasco, fue enviado al exilio por la dictadura, es profesor titular de la Universidad de Harvard, a la cual pidió permiso por cuatro años para incorporarse al gobierno de Bachelet.

En febrero de este año, el funcionario recibió el premio a la Excelencia en Investigación, establecido por el Banco Interamericano de Desarrollo. No obstante, analistas políticos han destacado que Velasco, quien es independiente, no posee un adecuado manejo político.

El titular de Hacienda dice sentirse respaldado por el gobierno y por los cuatro líderes de los partidos de la Concertación. Además, adelantó que el Ministerio de Economía lanzará próximamente un paquete de medidas en favor de las Pymes, programadas inicialmente para el segundo semestre, con el fin de reforzar el proyecto de depreciación acelerada.

Fazio cree que con Velasco, "el modelo económico (neoliberal) seguido es el mismo, pero el grado de ortodoxia con que se aplica se ha ido intensificando". El ministro "se ha pasado de la raya en ese sentido, porque con todo la abundancia fiscal no se cambia la estructura productiva de Chile", basada en exportaciones de recursos naturales, indicó.

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