Líderes empresariales y políticos de América Latina que participaron en el Foro Económico Mundial (FEM) sobre la región propusieron el llamado Consenso de Santiago, con tres prioridades: la educación de calidad, el cuidado del ambiente y la inversión en investigación y desarrollo.
En orden de importancia, las otras siete propuestas del Consenso de Santiago son la eficiencia fiscal, la inversión en infraestructura, el fortalecimiento de las instituciones públicas y la lucha contra el crimen y la corrupción. El propósito de todas ellas es aumentar el crecimiento económico y mejorar la distribución de la riqueza.
Los participantes del FEM sobre América Latina, que finalizó este jueves en la capital chilena, también proponen reformas institucionales, la creación de redes de seguridad social y la flexibilidad del mercado laboral.
"Son prioridades que en general tienen que ver con el tema social, con la infraestructura, que creemos deben ser bien acogidos (por los gobiernos) porque de estas variables depende el bienestar de las poblaciones", dijo a IPS el mexicano Emilio Lozoya, director del FEM para América Latina.
Lozoya explicó que las labores para alcanzar el Consenso de Santiago empezaron hace más de dos años, cuando el FEM consultó a cientos de empresarios sobre las 10 políticas que consideraban necesarias para asegurar el crecimiento económico y la equidad en la región más desigual del mundo.
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De ese proceso surgieron 26 propuestas que fueron votadas durante la reunión de Santiago, iniciada el miércoles con la presencia de 400 dirigentes empresariales, políticos, académicos y sociales de América, Europa y Asia Pacífico.
De esta forma, 90,4 por ciento de los votantes consideraron que la educación era el principal desafío de los países de la región, seguida por la "protección de la vitalidad de los ecosistemas naturales", con 65,4 por ciento, y la "promoción pública y privada de las inversiones en investigación y desarrollo", con 63,5 por ciento.
La vicepresidenta de Banco Mundial para América Latina, Pamela Cox, quien fue moderadora del panel dedicado a debatir el tema, señaló que el cuestionado Consenso de Washington, que surgió a comienzos de la década del 90 con la postulación de políticas de ajustes del Estado, permitió que los países de la región lograran estabilidad macroeconómica, pero que ahora era necesario volcarse a "reformas de segunda generación".
Cox se dijo sorprendida porque "un grupo de gente del sector privado" votara en segundo lugar la necesidad de preocuparse de la conservación del ambiente.
"A todo el mundo le sorprendió la votación del medio ambiente y eso debería tenernos a todos contentos", complementó Lozoya.
Además de los presidentes Michelle Bachelet, de Chile, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, en el FEM participaron el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, José Luis Machinea, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza.
También asistieron 100 presidentes de empresas internacionales, 20 ministros de la región y representantes de la Organización Mundial del Comercio, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Fondo Monetario Internacional.
Ésta es la segunda reunión en América Latina del foro de negocios que se celebra cada año en la localidad turística de Davos, Suiza. El primer encuentro regional se realizó en 2006 en Brasil.
Uno de los desafíos más señalados en Santiago es la incorporación de la innovación tecnológica que agregue valor a las exportaciones regionales centradas en los productos básicos.
"Nuestra obligación es darle valor a nuestra materia prima y debemos comenzar ahora", aprovechando los altos precios que han alcanzado esos productos, dijo el co-director del FEM, el empresario chileno Andrónico Luksic Craig, vicepresidente del Banco de Chile.
El presidente de la división de metales no ferrosos de la empresa China Minmetals, Zhang Shoulian, otro de los directores del encuentro, dijo que su país seguiría invirtiendo en la región, con la cual se "complementa estructuralmente", y que en el gigante asiático también había un enorme espacio para la inversión latinoamericana.
El ex ministro de Desarrollo de Lula, Luiz Fernando Furlan, advirtió la no existencia de una política común de América Latina ante China, pero sostuvo que "hay conversaciones para hacer un acuerdo con el Mercosur", Mercado Común del Sur, cuyos miembros son Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. "Eso puede estimular una relación más próxima", acotó.
Varias organizaciones chilenas, como el capítulo nacional de la Asociación por una Tasa a las Transacciones Financieras Especulativas y la Acción Ciudadana (Attac) y la Red por una Economía Solidaria, pusieron en duda la materialización de las buenas intenciones expresadas en el foro de empresarios.
"Frente a los grandes acuerdos libremercadistas que impulsa este tipo de foros, postulamos un modelo de integración regional no sólo comercial, sino cultural, social, económica y política, que privilegie a los pueblos y que tenga como principal fundamento los lazos de cooperación y fraternidad", señaló la Red por una Economía Solidaria en un comunicado divulgado este jueves.
"Creemos firmemente que otra economía es posible, centrada en las personas y que tenga como objetivo principal la satisfacción de las necesidades sociales", sostuvo el documento.