FINANZAS-PALESTINA: Sanciones aplastan la economía

El embargo impuesto por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos contribuyó de manera decisiva con la caída de la economía de Palestina en 2006, que ascendió a entre cinco y 10 por ciento, según el Banco Mundial y el FMI.

Luego de la modesta recuperación de los dos años anteriores, "es obvio que 2006 fue difícil para la economía y la población de Palestina", dice el estudio al respecto, realizado en conjunto del Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) y presentado el lunes.

El informe señala que la mayor parte del flujo de asistencia oficial y privada, más fuerte de lo esperado, se dirigió a las áreas presupuestales que maneja el presidente palestino Mahmoud Abbas, respaldado por Occidente.

Esos aportes ayudaron a impedir una caída más grave de los ingresos y el consumo en 2006. Pero el producto interno bruto real por habitante se ubica casi 40 por ciento debajo de los valores de 1999.

El estudio destacó una gran regresión en materia de inversiones, partiendo de registros ya bajos y conduciendo a lo que el estudio describe como "un gran vaciamiento de la economía palestina" y un aumento de su dependencia de la ayuda extranjera.
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Los palestinos viven bajo sanciones internacionales impuestas por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea luego del triunfo electoral del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) en los comicios parlamentarios del 25 de enero de 2006.

Los donantes internacionales, cuyos fondos sostuvieron a la Autoridad Nacional Palestina durante buena parte de su vida, recortaron su asistencia, llevando a la bancarrota al gobierno de Hamas.

El Banco Mundial calcula que 1.100 millones de dólares del presupuesto de la Autoridad en 2005 —alrededor de la mitad del total — procedían antes del triunfo de Hamas de donantes extranjeros.

Hamas dijo que continuará combatiendo a Israel mientras ese país ocupe tierra palestina. Sin embargo, luego de su victoria, funcionarios del partido islamista ofrecieron a Israel extender por un año la actual tregua.

Tanto Estados Unidos como Israel califican a Hamas de organización terrorista, e insisten en que el grupo renuncie a la violencia para levantar las sanciones.

El triunfo electoral de Hamas agravó la tensión con Israel. Luego que el movimiento islamista secuestró, el 25 de junio de 2006, al soldado israelí Guilad Shalit, el ejército de ese país volvió a ocupar Gaza. Se había retirado unilateralmente de la franja en agosto de 2005.

Israel intensificó sus restricciones a los movimientos y el cruce entre uno y otro territorios durante 2006, particularmente en Gaza, lo que limitó severamente el flujo de bienes y personas.

Israel también detuvo a varios ministros y parlamentarios de Hamas, lo que, en la práctica, imposibilitó el funcionamiento del gobierno palestino.

El informe señala que, desde marzo de 2006, Israel retuvo la mayor parte del dinero de los impuestos indirectos que recauda ese país en nombre de la Autoridad Nacional Palestina, lo cual contribuyó a la severa crisis fiscal.

El estudio también afirma que los ataques militares de Israel contra infraestructura palestina doblegaron a la producción local.

"Se perdió producción debido a la total destrucción de infraestructura física y de bienes, o fue desalentada por los numerosos cierres y puestos de control (israelíes), la escasez de fondos para financiar el gasto del gobierno, así como por la mayor incertidumbre sobre las perspectivas de los territorios palestinos", establece el informe.

En otro informe también difundido el lunes, el FMI dijo que en 2006 el gobierno palestino se vio enfrentado a una severa crisis fiscal, dado que los recursos para financiar los recurrentes gastos del gobierno cayeron más de un tercio, comparados con el año anterior.

Los empleados del gobierno recibieron un promedio de alrededor de la mitad de sus ingresos regulares, lo cual contrajo el gasto general.

La mayoría de los donantes se abstuvieron de brindar asistencia financiera directa al gobierno palestino y optaron por usar canales que pasaran por encima de la Autoridad liderada por Hamas.

Pero el financiamiento extranjero para apoyar operaciones presupuestarias alcanzó casi 750 millones de dólares en 2006, más del doble de la suma recibida en 2005.

De todos modos, la mayor parte de los fondos fueron canalizados a través del presidente Abbas —quien es apoyado por Estados Unidos e Israel— y otros rivales de Hamas.

Israel afirma que dio a Abbas 100 millones de dólares y retuvo 475 millones en impuestos pertenecientes a los palestinos.

El informe también indica que las dificultades políticas internas y las luchas entre Abbas y Hamas solamente agravaron la situación para los palestinos comunes a lo largo del año pasado.

Fatah, el partidoi secular y moderado que lidera Abbas, luchó con Hamas por el poder, lo que a menudo resultó en violencia y sumó dificultades a la vida diaria del pueblo palestino, uno de los más pobres del mundo, según el cálculo de varias agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e instituciones no gubernamentales.

Ambas facciones formaron un gobierno de coalición el mes pasado, con el patrocinio de Arabia Saudita.

Los palestinos pobres fueron los más perjudicados, dado que los hogares de bajos ingresos son los que dependen más de la asistencia del gobierno.

A esos mismos hogares les quedarán menos —si es que les quedan algunas— mercaderías para vender, y tendrán poco o ningún acceso a bancos u otros medios de financiamiento, pronostica el informe.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtieron hace poco que el creciente desempleo y la pobreza estaban amenazando la seguridad alimentaria, dejando a muchos hogares totalmente dependientes de la asistencia extranjera.

Recientemente la ONU informó que fue solamente mediante un aumento de la asistencia humanitaria y de una fuerte solidaridad entre los palestinos que los pobres se las arreglaron para evitar una hambruna en 2006.

El estudio del Banco Mundial y el FMI concluye que se necesita un robusto esfuerzo internacional para que alguna vez la economía vuelva a equilibrarse.

"Será necesario un fuerte ajuste para colocar las finanzas del gobierno en un camino sostenible, pero (también) continuará siendo necesario un considerable apoyo externo en el periodo de ajuste. Una fuerte recuperación económica ayudará mucho al proceso de ajuste", indica.

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