ALGODÓN-KENIA: Por un nuevo impulso

La industria algodonera de Kenia, otrora una de las principales generadoras de divisas para el país, decayó sustancialmente tras la liberalización del sector en 1991. Ahora lucha por recuperarse.

"La competencia continuada de los productos sintéticos, que reduce los precios mundiales, la introducción de importaciones baratas de ropa de segunda mano y la menor rentabilidad del algodón" fueron algunos de los factores que asestaron un duro golpe a la producción de esa materia prima y a las industrias textil y de vestimenta, según el no gubernamental Instituto de Asuntos Económicos, con sede en Nairobi.

Sin embargo, hay esfuerzos del gobierno para abordar estos problemas, en particular a través de Kenia Visión 2030, una iniciativa presentada el año pasado que impulsa los sectores económicos clave para hacer frente a la pobreza, con la mira puesta en 2030.

Como el algodón prospera en áreas con pocas lluvias, tiene el potencial de reducir la pobreza en las tierras áridas y semiáridas que constituyen 80 por ciento de Kenia, según las autoridades. El producto es cultivado en cinco de las ocho provincias del país.

Reunidos la semana pasada en Nairobi, unos 60 agricultores, representantes del sector privado, del gobierno y de la sociedad civil también analizaron los desafíos que afronta la industria, entre ellos el alto costo de la producción.

"Uno gasta mucho dinero cultivando, pero la cosecha es muy desalentadora. Yo gasto unos 217 dólares en insumos agrícolas en mi predio de unos 2.024 metros cuadrados. El año pasado coseché 300 kilogramos de algodón, que vendí a 0,3 dólares el kilo (90 dólares en total). ¿Dónde está la ganancia?", preguntó Leonora Were, presidenta de loa organización Cultivadores de Algodón de Kenia Occidental.

Esas dificultades llevaron a algunos productores a abandonar el algodón, explicó a IPS. "Cuando comenzamos como organización éramos más de 2.000, pero ahora somos apenas 600. El resto se retiró a causa de las dificultades", señaló.

Según el Consejo del Algodón de Kenia, alrededor de 350.000 hectáreas en el país son adecuadas para esa producción y tienen el potencial de generar unos 260.000 fardos anuales.

Sin embargo, actualmente el algodón es cultivado en apenas 25.000 hectáreas, con una producción anual de 20.000 fardos.

Otros agricultores intentaron reducir costos, en parte dejando de usar pesticidas y otros productos químicos, que representan 40 por ciento del costo total de la producción de algodón. Pero esto derivó en un bajo rendimiento.

"La estrategia para 2030 tiene que abordar lo relativo a costos. El precio de los pesticidas es muy elevado. Además, los cultivadores en Kenia están operando sin semillas certificadas. La estrategia debe abordar un sistema de certificación de semillas para garantizar que los cultivadores tengan acceso a semillas de calidad", observó Peter Kegode, de TechnoServe, organización con sede en Washington que ayuda a productores pobres del Sur en desarrollo.

La escasez de establecimientos dedicados a la limpieza, donde las semillas y la suciedad son eliminadas del algodón, presenta dificultades adicionales.

En años anteriores, esos lugares pertenecían al gobierno. Sin embargo, la liberalización trajo aparejados muchos cierres. Actualmente hay unos 24 establecimientos de limpieza que son privados, apenas 60 por ciento de los cuales están operativos.

Las industrias textil y de vestimenta en Kenia también necesitan ser revitalizadas.

Según el gubernamental Instituto de Kenia para la Investigación y el Análisis en Políticas Públicas, las industrias ganaron destaque luego de la independencia, en 1963, para convertirse en los años 80 el segundo mayor empleador del país, detrás de las oficinas públicas. Esto se debió en buena medida a una falta de competencia de empresas extranjeras.

La liberalización resultó en un influjo de importaciones de segunda mano que abrumaron al mercado interno. Las firmas keniatas también tuvieron que competir con las importaciones chinas baratas que inundaron el país, particularmente al expirar el internacional Acuerdo Multi-Fibra, en diciembre de 2004.

Desde 1974, ese documento permitía a los países establecer cuotas sobre las importaciones textiles para proteger la industria local. Fue eliminado paulatinamente en el marco de políticas de la Organización Mundial del Comercio que buscaban liberar el comercio de productos textiles.

El secretario permanente del Ministerio de Comercio e Industria, David Nalo, sostuvo que el sector textil de Kenia todavía puede prosperar, mediante la Ley Africana de Crecimiento y Oportunidades, argumento con el que algunos discrepan.

Esta iniciativa de Washington exonera de impuestos a diversos productos de 37 países de África subsahariana que ingresan al mercado estadounidense, incluyendo los textiles.

Con el paso de los años, esto hizo crecer los réditos procedentes de las exportaciones textiles y de vestimenta a Estados Unidos.

La ley fue sancionada en 2000 y expirará en 2015. Los países de África subsahariana pueden beneficiarse si demuestran que progresan en establecer economías de mercado, observando las leyes y protegiendo la propiedad intelectual, entre otros requisitos.

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