URUGUAY-EEUU: Acuerdo, pese a todos

Tras una gran polémica interna y la fuerte oposición del resto del Mercosur, Uruguay acordó un acercamiento económico con Estados Unidos.

Ministro Astori, solo y triunfante Crédito: Presidencia de Uruguay
Ministro Astori, solo y triunfante Crédito: Presidencia de Uruguay
El Acuerdo Marco sobre Comercio e Inversiones (TIFA, por sus siglas en inglés), firmado este jueves, fue objeto de duras críticas de los sectores más radicales de la gobernante coalición izquierdista Frente Amplio, histórica crítica de la política exterior y comercial de Washington.

El gobierno de Tabaré Vázquez eligió emprender un camino en solitario y avanzar hacia ese acuerdo bilateral, a pesar de las discrepancias también manifestadas por socios de este país en el Mercosur, como Argentina, Brasil y Venezuela, que prefieren apostar a la integración comercial con el mundo a través del bloque.

"Éste es un nuevo paso que los gobiernos de Uruguay y de Estados Unidos están dando en búsqueda de una profundización de sus relaciones en materia de comercio y de inversiones", dijo el ministro de Economía uruguayo Danilo Astori este jueves, tras la firma del acuerdo.

Astori subrayó entonces que su país necesita "diversificar sus posibilidades de inserción internacional".
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Por su parte, el representante adjunto de Comercio de Estados Unidos, John Veroneau, señaló que el TIFA representa "la necesidad de las economías en el siglo XXI de mirar hacia fuera y no hacia adentro, de ser abiertas".

El texto del TIFA, que constituye un paso previo a la firma de un eventual y cuestionado tratado bilateral de libre comercio, subraya la intención de promover un ambiente adecuado para las inversiones y promover y diversificar el intercambio de bienes y servicios.

El objetivo del convenio es "evaluar las relaciones comerciales y de inversión, así como identificar oportunidades para liberalizar el comercio y las inversiones bilaterales".

En abril comenzará a funcionar, probablemente en Estados Unidos, un Consejo sobre Comercio e Inversiones integrado por delegados de ambos países que se reunirán al menos dos veces por año para discutir cada punto.

En el texto del TIFA se subraya la importancia de cooperar por el éxito de la estancada Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, negociaciones que incluyen temas clave como acceso a mercados, eliminación de barreras a los productos agrícolas y subsidios a la exportación.

Uruguay se convirtió así en la última escala de la cruzada del gobierno estadounidense de George W. Bush por firmar acuerdos comerciales bilaterales u otros acuerdos más laxos con los países latinoamericanos, tras el fracaso de su proyectada Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Washington tiene vigentes tratados de libre comercio con Chile y con cinco países de América Central y República Dominicana en conjunto, mientras que están en su fase final de ratificación otros tres por separado, con Colombia, Panamá y Perú.

Amplió, además, la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga, que exonera de aranceles a productos bolivianos, colombianos, ecuatorianos y peruanos para su ingreso al mercado estadounidense con el fin de apuntalar la política antidrogas de esas naciones andinas.

Sin embargo, condicionaron beneficios a los países según la disposición que muestren a avanzar en acuerdos bilaterales de libre comercio.

Estados Unidos parece haber aprovechado los problemas actuales en el Mercosur (Mercado Común del Sur), que conforman Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y al que Bolivia ha solitado ingresar también como miembro pleno.

El bloque ha sido impactado por la disputa de Buenos Aires con Montevideo por los bloqueos en la frontera en contra de la instalación de fábricas de celulosa en territorio uruguayo, así como por la falta de atención de las grandes economías a las asimetrías que han caracterizado al grupo desde su creación en 1991.

Astori solicitó al Mercosur una mayor flexibilidad para lograr acuerdos bilaterales extrarregionales, como forma de que los países más pequeños del bloque puedan sobrellevar las asimetrías.

El gobierno de Vázquez, en especial por el impulso de Astori, decidió, frente a estas dificultaes, reactivar la Comisión Conjunta para el Desarrollo del Comercio y de las Inversiones Uruguay-Estados Unidos, creada durante la administración del liberal Jorge Batlle (2000-2005).

Vázquez anunció el inicio de conversaciones formales con Estados Unidos en mayo pasado, tras visitar la Casa Blanca, y desde entonces defendió la idea de un acercamiento comercial. "El tren, algunas veces, pasa una sola vez", señaló.

Sin embargo, ante la resistencia de sus socios del Mercosur y de sectores de su propio gobierno, de los sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, Vázquez optó por un acuerdo más modesto que algunos entienden prepara el camino para un tratado de libre comercio.

Dentro del Frente Amplio, varios sectores de peso se oponen a un tratado típico de libre comercio. Por eso la Mesa Política (dirección de la coalición gobernante) convocó una reunión urgente el lunes para analizar el tema, y en ella se echó en cara al gobierno por no haber consensuado con toda la fuerza el texto del tratado firmado este jueves.

Sin embargo, la Mesa terminó la reunión sin consenso y se convocó otra para el miércoles, que concluyó sin resolución, dejando al gobierno en libertad de acción.

Ante la polémica, Astori intentó disociar el acuerdo firmado este jueves con los pactos firmados por Estados Unidos con Colombia, Panamá y Perú, y trató de calmar los temores de que derive en un tratado de libre comercio.

"Tenemos que concentrarnos en la realidad uruguaya y en sus relaciones con Estados Unidos. No sienta ningún precedente la realidad correspondiente a otros acuerdos que se puedan haber concretado con otros países de la región", señaló.

"Nos vamos a concentrar en este acuerdo marco. Lo que vendrá después no lo podemos saber, no lo podemos anticipar, no lo podemos anunciar ni descartar. Vamos a dejar que se seque la tinta primero", añadió.

Así, Washington parece haber encontrado una puerta para dividir al bloque que, más hoy que nunca debido a la coincidencia general política e ideológica de sus líderes, supone una amenaza para sus planes de crear una gran zona comercial americana.

Veroneau dejó bien en claro el interés de Estados Unidos por Uruguay y manifestó satisfacción con su política económica. "Si Uruguay fuera una acción, yo gustosamente la compraría", afirmó.

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