ENERGÍA-VENEZUELA: Orimulsión cede paso a petróleo sintético

El programa que asoció a Venezuela y China en la producción de orimulsión, un combustible sustituto del carbón para alimentar plantas generadoras de energía eléctrica, dejará su destino original y pasará a elaborar otros hidrocarburos desde el año próximo.

Sinovensa, creada por Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa) en conjunto con China National Petroleum Corporation (CNPC) y que es la última productora de orimulsión en actividad, comenzará a partir del 31 de diciembre su reestructura para constituirse en una planta de crudos sintéticos, mejorados con mezclas de pesados y livianos.

La orimulsión, una composición de dos tercios de hidrocarburos extrapesados con un tercio de agua y elementos surfactantes (reducen la tensión superficial de un líquido), fue durante casi dos décadas una estrella en la cesta de combustibles que ofertó Venezuela y con la cual buscó asociarse a importantes economías emergentes, como las de China, India, Brasil y Corea del Sur.

Pero en 2004, cuando los precios del petróleo comenzaban su ascenso, el Estado venezolano reestructuró negocios y buscó más ingresos, ante lo cual el ministro de Energía, Rafael Ramírez, sentenció entonces que la orimulsión no se hacía más. "Es un pésimo negocio y debemos acabar con ese tipo de proyectos", dijo.

Venezuela mantuvo desde fines de los años 80 un módulo para producir cinco millones de toneladas anuales de orimulsión en la Faja del Orinoco, un gigantesco depósito de combustibles en el subsuelo de 60.000 kilómetros cuadrados de llanuras al norte de ese río.
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La Faja contendría, en sitio (total de existencias), 1,2 billones de barriles de crudos, sobre todo extrapesados. Venezuela inició este año trabajos que pueden certificar como posibles de extraer (reservas probables) unos 260.000 millones de barriles de 159 litros.

Sumados a sus 78.000 millones de unidades ya probadas (prontas para explotar) fuera de la Faja, Venezuela podría disponer en un futuro próximo de casi 338.000 millones de barriles de petróleo, las mayores reservas del mundo, por delante de las de Arabia Saudita, que reivindica en su subsuelo 270.000 millones.

Los crudos pesados son los de menos de 21,9 a 10 grados API y los superpesados o extrapesados los de 9,9 o menos, más difíciles y costosos de refinar y de los que se extrae menor cantidad de derivados "blancos" como la gasolina.

La escala por la gravedad API (siglas de American Petroleum Institute), que compara la de otros líquidos con la del agua a 60 grados Fahrenheit, se completa con los medianos, de 22 a 29,9, livianos, de 30 a 39,9, y condensados, con 40 o más grados.

Para aprovechar sus crudos pesados y bitúmenes (casi sólidos), Venezuela había pactado con firmas de China, en 2001, y de Corea del Sur, en 2003, la construcción de nuevos módulos de orimulsión, capaces de producir 6,5 millones de toneladas anuales cada uno.

Caracas también había comprometido suministros a plantas térmicas de generación eléctrica de Canadá, Singapur, Japón y Europa, en particular Italia y Lituania.

La firma canadiense New Brunswick Power ha presentado una demanda contra la empresa estatal Pdvsa por 1.700 millones de dólares, como compensación por sus inversiones para quemar orimulsión.

A varios de esos clientes, que Pdvsa atendía a través de su filial Bitor (Bitúmenes del Orinoco), se les ofrece ahora renegociar contratos para suministrarles fuel oil u otros combustibles, con transacciones que compensen a las partes.

Bitor cerró su planta de orimulsión y Sinovensa ya no elaborará el producto a partir del 31 de diciembre.

Negociadores del gobierno chino y de su empresa de CNPC trataron durante meses de mantener el proyecto, para obtener orimulsión con destino a plantas eléctricas y acerías, y también se enfrascaron en negociaciones con compradores de Japón, Lituania, Italia y Singapur.

Un comunicado del Ministerio de Energía, que trajo el anuncio del cese definitivo para la orimulsión, señaló que ese producto "no era un uso apropiado para los crudos extrapesados venezolanos", en tanto el mejoramiento de ese petróleo mediante mezclas "resulta en una mayor valorización del recurso natural".

La orimulsión tenía al carbón como referencia para sus precios y, por ejemplo, en 2003 un barril del producto se vendió a 4,60 dólares, 12,30 dólares menos de lo que Pdvsa pudo obtener por unidad de crudo superpesado llevado a mezclas de petróleo sintético, explicó en esa oportunidad Ramírez.

Así, el país dejó de percibir a comienzos de esta década hasta 600 millones de dólares anuales por la diferencia de precios.

Pero la decisión del gobierno de Hugo Chávez tiene detractores. Uno de ellos, Humberto Calderón, ex ministro de Energía y ex presidente de Pdvsa, se lamentó de la desactivación de este proyecto al ser consultado por IPS.

"La orimulsión no es una operación extremadamente rentable, pero se elabora a partir de hidrocarburos muy pesados, de los que Venezuela tiene cuantiosas reservas y para los que se abren, por esa vía, ventanas de oportunidad en los mercados", sostuvo ante IPS.

Francisco Mieres, profesor de posgrado en Economía Petrolera de la Universidad Central de Venezuela, comentó a IPS que "falta un debate profundo sobre las ventajas de la orimulsión para nuestro país y la integración latinoamericana". "El cese de su producción es sorpresivo y puede ser una medida apresurada", apuntó.

En su opinión, no se han discutido suficientemente otras posibilidades de aprovechamiento del potencial calórico del combustible orimulsión, "que según estudios contiene 30 millones de BTU (Unidades Térmicas Británicas) por tonelada, y cada millón de esas unidades se vende a cinco dólares en Argentina, a seis dólares en Brasil y al doble de ese valor en Estados Unidos".

Por otra parte, según Mieres, no se ha discutido la orimulsión como alternativa al proyectado Gasoducto del Sur, que prevé la construcción de 8.000 kilómetros de tuberías para cruzar la Amazonía y Guayana con el fin de llevar gas natural desde el Caribe venezolano hasta el Río de la Plata.

La tesis de otro profesor de Economía Petrolera, Víctor Poleo, del grupo de opinión Soberanía, es que "la decisión de abortar la orimulsión fue gestada en (centros de poder económico de) Washington y ejecutada por Caracas", porque al igual que en Europa, pujan por desprenderse de un competidor para sus grandes reservas de carbón.

De los casi 300.000 millones de toneladas de carbón que tiene el mundo en reservas probadas, Estados Unidos tiene 27 por ciento, Europa y gran parte de Asia 30 por ciento y la región Asia-Pacifico 33 por ciento, mientras que América del Sur posee menos de dos por ciento, según el Consejo Mundial de Energía, basado en Londres.

Para Gilberto Zerpa, un ingeniero que en 1981 dio con la clave para formular la emulsión inversa (de petróleo en agua), llamada luego orimulsión, la "muerte" de ese producto beneficiará a los países del Norte con grandes reservas de carbón y que no han podido convertir ese recurso en hidrocarburos líquidos, aunque disponen de la tecnología.

La orimulsión, deploró Zerpa, "se sustenta sobre unas reservas de crudos pesados, extrapesados y bitúmenes (los de la Faja del Orinoco) que representan 90 por ciento del total de reservas de esos hidrocarburos y servirían para la integración eléctrica latinoamericana en vez de ese imposible gran Gasoducto del Sur".

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