Brasil será sede en los próximos días de dos reuniones internacionales que reflejan sus prioridades diplomáticas: articular intereses concretos, especialmente comerciales, en grupos limitados de naciones en desarrollo, en lugar de la amplitud del Movimiento de Países No Alineados (NOAL).
El Grupo de los 20 (G-20) países en desarrollo que promueven un comercio agrícola menos distorsionado por los subsidios de los ricos, se reunirá en un ámbito ministerial este sábado y el domingo en Río de Janeiro. El miércoles, Brasilia acogerá la primera Cumbre del Foro de Diálogo India, Brasil y Sudáfrica (IBSA).
La actual política externa brasileña es acusada de "tercermundista", pero mantiene al país sólo como miembro observador en el NOAL, un movimiento de corte más político que congrega a 116 países en desarrollo y que celebrará su XIV reunión cumbre la próxima semana en La Habana, desde el lunes 11 hasta el sábado 16.
En cambio, Brasil encabeza su movilización en relación al G-20 con el objetivo de acelerar la reanudación de las negociaciones de la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC), suspendidas en julio ante la negativa estadounidense de reducir sus subsidios agrícolas domésticos al grado requerido por los países en desarrollo.
La iniciativa de una "reunión de alto nivel" del grupo obtuvo dimensiones imprevistas y de representatividad mundial, porque decidieron concurrir representantes de países ricos claves para las negociaciones, coordinadores de otros grupos del mundo en desarrollo y el director general de la OMC, el francés Pascal Lamy.
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Confirmaron su presencia tanto la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, como el comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson, y el ministro de Agricultura, Bosques y Pesca de Japón, Shoichi Nakagawa.
El diálogo involucrará a coordinadores de diferentes grupos de países pobres con intereses específicos, como los de menor desarrollo relativo, las ex colonias europeas de África, Caribe y Pacífico, los africanos exportadores de algodón, muy afectados por los subsidios estadounidenses, y el Grupo de los 33 (G-33).
Los miembros del G-33, que ya son 42, coinciden con el G-20 en la lucha contra los subsidios y el proteccionismo del Norte industrial en el sector agrícola, pero defienden también mecanismos de protección a productos especiales de sus pequeñas agriculturas familiares volcadas al consumo interno.
Ese proteccionismo de países de enorme población, especialmente de India, sirve de argumento a la posición estadounidense y contraría intereses de grandes exportadores agrícolas, como Argentina y Brasil, que ganarían con una amplia liberalización comercial del sector, evaluó André Nassar, gerente del Instituto de Estudios del Comercio y Negociaciones Internacionales.
Esas diferencias amenazan la unidad del G-20, teniendo en cuenta que muchos de sus miembros, como China, India, Indonesia y Nigeria, también componen el G-33.
Pese a la presencia de negociadores decisivos, como Schwab y Mandelson, y de una veintena de ministros, la reunión de este fin de semana nada decidirá, será sólo un diálogo en el que todos manifestarán su descontento por la suspensión de la Ronda de Doha, prevé el director del Departamento Económico de la cancillería brasileña, Roberto Azevedo.
Sin que Washington ofrezca un recorte mayor de sus subsidios, seguirá paralizada la Ronda de Doha, lanzada a fines de 2001 en la capital de Qatar, dijo el comisario de Comercio de la UE.
El comercio también será tema central de la Cumbre de IBSA, pero este grupo de grandes países de tres continentes incluye otros propósitos y razones para su alianza. Como líderes naturales de sus regiones, India, Brasil y Sudáfrica son candidatos a un asiento permanente en caso de que se ampliara el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
El primer ministro de India, Manmohan Singh, llegará en visita oficial a Brasil este martes, antes de la Cumbre. Empresarios de su país y de Sudáfrica se encontrarán con pares brasileños desde este lunes al miércoles en Brasilia, para discutir y pactar negocios. Las empresas indias están ampliando agresivamente sus inversiones en América Latina.
La cumbre de IBSA anunciará estudios destinados a un acuerdo de libre comercio entre el Mercado Común del Sur (Mercosur), compuesto de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, con India y la Unión Aduanera de África Austral, encabezada por Sudáfrica.
Por ahora hay un acuerdo limitado de preferencias arancelarias firmado entre el Mercosur e India el año pasado, pero aún pendiente de ratificación parlamentaria en Argentina y en Brasil.
La intensificación del comercio de Brasil con India, que se multiplicó por cinco desde 1997, alcanzando 2.339 millones de dólares el año pasado, reproduce el desequilibrio del intercambio con China, en el cual "exportamos productos agrícolas y minerales, mientras importamos bienes industriales y de alta tecnología", observó a IPS el profesor de la Universidad Estadual de Sao Paulo, Tullo Vigévani.
Sin un comercio más equilibrado y relaciones económicas más amplias, que comprendan también inversiones y cooperación tecnológica, la integración será débil, advirtió. Aun así, el experto en relaciones internacionales consideró estratégico un acercamiento de los países "no centrales" pero cuyo peso económico les permite reivindicar un papel más decisivo en el mundo.
La mayor presencia de alianzas y coaliciones entre países en desarrollo no configura un resurgimiento del "tercermundismo", representado en los años 60 y 70 por el NOAL, sino que algunos países, como Brasil, China e India, están decididos a fortalecer sus intereses y posiciones en el mundo, "sin confrontación ideológica" y manteniendo buenas relaciones con Estados Unidos y con otras potencias, evaluó Vigévani.
El NOAL se fundó en 1961 con el fin de reunir a países en desarrollo que no estaban alineados con Estados Unidos ni con la entonces Unión Soviética. Terminada la Guerra Fría, el movimiento busca redefinir su papel en un contexto mundial inestable y marcado por la hegemonía estadounidense.
