IRAQ: Corrupción y violencia impiden reconstrucción

Los tan mentados esfuerzos de Estados Unidos para reconstruir la infraestructura de Iraq están a punto de sucumbir debido a la creciente corrupción y el deterioro de la seguridad.

"El primer gobierno democrático de Iraq afronta desafíos enormes, como sostener la infraestructura, combatir la corrupción y reforzar la seguridad en un ambiente cada vez más hostil", señaló el inspector general especial para la Reconstrucción de Iraq, Stuart Bowen.

La oficina de Bowen, comisionada por el Congreso legislativo estadounidense para auditar las tareas de reconstrucción en Iraq, presentó dos informes esta semana revelando que Iraq pierde unos cuatro millones de dólares al año a causa de la corrupción desde la invasión de Estados Unidos en marzo de 2003.

Bowen dijo el miércoles ante el Comité de Reforma Gubernamental y de Seguridad Nacional del Senado que sen Iraq hay actualmente más de 1.400 casos abiertos sobre corrupción, por unos 5.000 millones de dólares.

Uno de los informes cita una encuesta en la que un tercio de los iraquíes consultados admitieron haber pagado sobornos alguna vez este año a cambio de productos y servicios.
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La oficina de Bowen también subrayó la desconfianza popular hacia la policía iraquí y el ejército estadounidense, considerados incapaces o mal dispuestos a hacer que se respete la ley.

"La corrupción es una virtual pandemia en Iraq", sostiene uno de los informes, que a la vez pide un urgente respaldo internacional para luchar en forma efectiva contra ese flagelo.

El Banco Mundial ya está colaborando.

A fines de julio, ese organismo multilateral de crédito organizó en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, un taller sobre lucha contra la corrupción, que reunió a personalidades iraquíes y de países donantes.

En el encuentro se subrayó cómo actores internacionales pueden contribuir en forma efectiva a combatir este problema.

El actual presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, fue uno de los principales arquitectos de la invasión y ocupación de Iraq cuando se desempeñaba como subsecretario de Defensa de Estados Unidos.

El principal mensaje de los informes de Bowen es que la corrupción en Iraq y el deterioro de la seguridad disuadieron a inversores internacionales y erosionaron la confianza en el nuevo gobierno.

El inspector general señaló, como ejemplo, que en el estratégico sector petrolero la corrupción no sólo amenaza la capacidad de Iraq para hacer nuevas inversiones, sino también para sostener e incrementar la producción de crudo.

La mayor parte de la corrupción en ese sector está motivada por la gran rentabilidad del contrabando de petróleo y combustibles refinados.

Al menos 10 por ciento de los combustibles refinados se venden en el mercado negro y 30 por ciento del combustible importado por Iraq sale luego del país en forma ilegal, según un inspector general del Ministerio de Petróleo iraquí.

Los informes también proporcionan ejemplos de fondos malgastados, fraudes y abusos. La oficina de Bowen trabaja actualmente en 82 casos. Las investigaciones permitieron hasta ahora cinco detenciones y dos condenas, mientras que otros 23 casos están a la espera de una acción judicial.

Un contratista estadounidense fue detenido en marzo tras ser acusado de haber querido sobornar a un policía a cambio de que le facilitara la compra de chalecos antibalas y equipamiento por un valor de un millón de dólares.

Bowen mencionó defectos en las políticas administrativas estadounidenses en Iraq, muchas de ellas dispuestas por Wolfowitz cuando era el número dos del Departamento (ministerio) de Defensa.

Entre las fallas señaló la falta de competencia entre los aspirantes a algunos contratos.

También indicó que la participación de diferentes órganos del gobierno de Estados Unidos hizo que se desarrollaran operaciones superpuestas y que aumentara la burocracia.

Además, Bowen sostuvo que haber asignado pequeños contratos a grandes corporaciones produjo pérdidas en Iraq, y recomendó a Washington que evite contratos caros para llevar a cabo proyectos de pequeña escala.

"La mayoría de los proyectos de Iraq eran menores y pudieron haber sido ejecutados mediante una contratación directa a precio fijo", señaló.

Las conclusiones de los informes aumentaron la preocupación de los congresistas estadounidenses, quienes señalaron que los documentos del inspector general demuestran los vaivenes de los esfuerzos de reconstrucción en Iraq, con costos excesivos, irregularidades contables, obras inconclusas, despilfarro y corrupción.

"Los informes del inspector general demuestran que, a pesar de que se gastaron miles de millones para la reconstrucción, los resultados fueron muy inferiores a los prometidos", señaló la presidenta del Comité, Susan Collins, del gobernante Partido Republicano.

"Se malgastaron los fondos destinados a construir centros médicos y de enseñanza, a mejorar el acceso a la electricidad y a reparar la infraestructura petrolera", añadió.

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