COBRE-CHILE: Mineros en huelga no retroceden

Mientras el gobierno de Chile intenta facilitar el diálogo entre más de 2.000 huelguistas de la mina Escondida, el yacimiento de cobre más grande del mundo, y la empresa extranjera que la explota, los expertos analizan los efectos del conflicto en el precio del metal.

Los trabajadores cumplieron este martes 16 días de huelga tras rechazar la última oferta salarial de la empresa, que optó por paralizar totalmente las faenas. Los mineros justifican sus demandas en las millonarias ganancias de la industria del cobre en los últimos tres años, ya que en ese periodo la libra (373 gramos) del metal rojo pasó de 80 centavos de dólar a los actuales 3,4 dólares, principalmente por la enorme demanda de China.

Escondida, la mayor productora privada de cobre del mundo, obtuvo en el primer semestre de este año 2.919 millones de dólares de ganancias, más del triple de la que logró en los primeros seis meses del año 2005. Se estima que al finalizar 2006, las utilidades pueden alcanzar los 7.000 millones de dólares.

En la tarde del lunes, 98 por ciento de los 2.052 trabajadores en huelga de ese yacimiento ubicado en la segunda región de Antofagasta, 1.300 kilómetros al noreste de Santiago, rechazaron la última propuesta de la empresa para solucionar el conflicto que se inició el lunes 7.

"Esto nos da más fuerza para seguir adelante, para demostrarle a la compañía que lo que estamos solicitando es algo totalmente justo", afirmó Luis Troncoso, presidente del sindicato, al finalizar la votación.

El último ofrecimiento de la empresa fue un aumento de cuatro por ciento del salario y bonos (pagos extraordinarios por productividad) de 9,5 millones de pesos para cada trabajador (cerca de 20.000 dólares). Pero el sindicato pide un incremento de 10 por ciento del sueldo, además de 16 millones de pesos para cada empleado. En un comienzo, los mineros exigían 13 por ciento de mejora salarial.

Los salarios de los mineros son en promedio de 500.000 pesos, unos 950 dólares.

Los mineros en huelga calificaron de "lamentable" que desde este martes la empresa esté autorizada por la ley laboral a contratar reemplazantes y negociar individualmente con cada trabajador, lo cual puede atomizar el movimiento. Como respuesta a esta situación, el sindicato ha anunciado manifestaciones públicas.

La minera Escondida, que produce anualmente 1,3 millones de toneladas de cobre, es explotada por la empresa australiana BHP-Billiton, que posee 57,5 por ciento de las acciones. El resto del capital accionario se reparte entre Río Tinto, de origen británico, y JECO Corporation, consorcio japonés liderado por Mitsubishi Corporation, y la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial.

Este yacimiento a rajo abierto que produce cobre concentrado, aporta ocho por ciento de la producción de cobre del mundo y más de la quinta parte de la producción de Chile.

Durante las dos semanas de huelga, se han registrado numerosas manifestaciones, cortes de caminos y quema de neumáticos en los accesos a la mina, el centro de la ciudad de Antofagasta y el puerto de Coloso, donde se embarca el metal. Desde el inicio de la medida, los trabajadores están acampando en el recinto polideportivo de la mina, ubicada a 3.100 metros de altura.

Pero los hechos más violentos tuvieron lugar el jueves 17 en el ingreso a la mina, donde unos 400 operarios se enfrentaron con la policía. Esto motivó que la empresa paralizara todas sus faenas en forma indefinida. Hasta ese momento, el yacimiento seguía operando con 40 por ciento de la producción.

A pesar de que el gobierno se había mantenido relativamente al margen de las negociaciones, el viernes 18, la presidenta Michelle Bachelet pidió al ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, que tratara de generar un buen clima para el diálogo entre las partes, hasta ahora sin mayores resultados.

El funcionario afirmó que el país no se vería afectado por la situación que vive la minera, destacando que la conflictividad laboral en Chile es menor que la de otros países.

Asimismo, descartó la posibilidad de que la huelga de Escondida influyera en futuras negociaciones colectivas de otras empresas del sector. Sin embargo, existe preocupación por lo que pueda suceder en la estatal Corporación Nacional del Cobre (Codelco) que en septiembre iniciará las conversaciones con sus trabajadores.

Hasta el jueves 17, Escondida había perdido más de 100 millones de dólares, y se estima que cada día deja de percibir entre 15 y 20 millones de dólares. La empresa ha informado que sigue cumpliendo con sus compromisos internacionales gracias a las reservas.

La cotización del cobre en la Bolsa de Metales de Londres (BML) no reaccionó a la huelga la semana pasada, cerrando el viernes en 3,42 dólares por libra, una caída de 4,7 por ciento respecto del viernes anterior.

Sin embargo, el lunes varió el panorama con un alza de 0,60 por ciento, transándose en 3,44 dólares la libra. Este martes se registró un nuevo aumento a 3,45, según informó la Comisión Chilena del Cobre.

No obstante, el director del Centro de Minería de la Universidad Católica, Gustavo Lagos, cree que la huelga en Escondida no elevará los precios internacionales del cobre, pues la paralización de la minera será compensada por un menor crecimiento en Estados Unidos. El experto augura incluso una baja de los valores del metal rojo en los próximos días.

"Otra de las consecuencias que está teniendo la huelga es la pérdida de cuatro millones de dólares diarios por parte del fisco por concepto de impuestos, entre ellos el royalty (regalías) además de efectos en el Indicador Mensual de Actividad Económica y producto interno bruto", dijo Lagos a IPS.

Carmen Espinoza, directora del no gubernamental Programa de Economía del Trabajo (PET), señaló a IPS que la huelga de los trabajadores de Escondida es un "valiente esfuerzo por mejorar la distribución de la riqueza de este sector productivo que ha registrado enormes utilidades en los últimos años".

La abogada planteó que la empresa no ha querido ceder en las demandas de los mineros por no sentar un "precedente simbólico", ya que a su juicio hasta un incremento de 30 por ciento en el salario de los trabajadores no le significa a la minera mermar de forma importante su rentabilidad.

"La empresa quiere que los trabajadores acepten todo lo que se les ofrece. Por eso, cuando vieron una respuesta negativa de parte del sindicato, paralizaron la producción. Los trabajadores están conscientes que esta es una lucha política y están arriesgando su fuente laboral. Creo que están siendo muy generosos con el mundo laboral", dijo Espinoza.

Además, criticó la forma en que la prensa chilena ha tratado el conflicto, ya que los medios subrayan que las remuneraciones que reciben los mineros son mayores que las del resto de los trabajadores del país, dejando entrever que sus demandas son excesivas.

"En primer lugar, los trabajadores de la minería chilena ganan menos que sus pares internacionales. También hay que considerar el gran esfuerzo físico, mental y afectivo que realizan los mineros, dado que trabajan en altura, alejados de sus familias, con gran presión por los resultados", explicó.

De igual forma, la directora del PET alegó que los empleados de Escondida no han recibido un apoyo certero de parte de otras organizaciones sociales y sindicales, que a su juicio se han quedado en la superficie del conflicto, es decir, en la negociación por el salario. "El problema de fondo es la distribución de la riqueza y cómo se buscan mecanismos para que ésta se haga efectiva", arguyó.

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