ESTADOS UNIDOS: Legado del 4 de julio quedó por el camino

En 1776, un grupo de colonos británicos en la costa atlántica de lo que ahora es Estados Unidos declararon la independencia de sus tierras respecto de la madre patria. Al hacerlo, trataron de justificarse ante el mundo entero.

Los "padres fundadores" dijeron entonces sentirse obligados a dar explicaciones por "respeto decente hacia las opiniones de la humanidad".

La justificación incluía un desglose detallado por una gran cantidad de ofensas cometidas por el rey Jorge II, desde violaciones a lo que más tarde se llamaría derechos humanos. La intención era amalgamar a la opinión pública británica y europea en favor de la causa de los colonos.

Eso sucedió hace exactamente 230 años, un 4 de julio como el de este martes.

Una serie de encuestas realizadas en los últimos tres años en todo el mundo dejan bien claro que la humanidad contemporánea considera que Estados Unidos ya no concede a sus opiniones el mismo "respecto decente" al que se referían quienes fundaron este país.

Estados Unidos cultivó deliberadamente durante más de un siglo una imagen de potencia hegemónica benéfica que toma en cuenta los intereses y opiniones de las otras naciones.

Esa imagen se hizo trizas por el unilateralismo del gobierno de George W. Bush, y especialmente por la invasión a Iraq.

"Una de las razones por las que en todo el mundo hay tanto enojo hacia Estados Unidos es la percepción de que, tras la Segunda Guerra Mundial, ese país pudo haber dominado el planeta pero lideró un orden mundial basado sobre el derecho internacional y la contención recíproca", indicó el investigador Steven Kull.

"Como líder y promotor de ese sistema, se esperaba que Estados Unidos diera el ejemplo. Pero ahora se considera que Washington viola las mismas reglas que tanto le costó establecer", agregó Kull, director del Programa de Actitudes Políticas Internacionales (PIPA) de la Universidad de Maryland.

Kull se refería a la decisión de Bush de ignorar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuando decidió unilateralmente desatar la guerra contra Iraq, y a las Convenciones de Ginebra, en el trato dispensado a los detenidos en el marco de su "guerra contra el terrorismo".

Ambas políticas indignaron a la opinión pública internacional.

La secretaria de Estado (canciller), Condoleezza Rice, está dedicada a intensas gestiones para tranquilizar a aliados y posibles rivales, como China y Rusia, de que Washington tiene en cuenta sus opiniones y estaba a favor de un enfoque multilateral.

Pero la opinión pública internacional permanece tercamente escéptica, observó veterano editor de información internacional Fareed Zakaria, en una columna publicada por la revista Newsweek titulada "Por qué no nos respetan".

Rice "preparó un profundo cambio en la diplomacia estadounidense en el último año, tratando de que la política exterior se inclinara hacia el multilateralismo, la cooperación y el sentido común, respecto de Corea del Norte, Irán, Iraq y muchos otros asuntos", escribió Zakaria.

Pero esas gestiones "aún no ha producido ningún cambio en la actitud hacia Estados Unidos", prosiguió, citando las encuestas publicadas el mes pasado por el centro de estudios Pew Global Attitudes Project y el diario británico The Financial Times.

Esa encuesta reveló que, para la opinión pública europea, Estados Unidos con Bush en la presidencia es más peligroso que Corea del Norte e Irán.

La encuesta de Pew, realizada en 14 países, mostró que en todos ellos, excepto dos, la gran mayoría de los encuestados consideraba que la guerra de Iraq hizo al mundo más peligroso.

También advirtieron que la presencia de Estados Unidos en ese país era "más peligrosa" para la paz mundial que las supuestas pretensiones nucleares de Corea del Norte e Irán.

Esos resultados coinciden ampliamente con encuestas previas, incluyendo una de Globescan-PIPA en 35 países, publicada en febrero, y otra de Pew, publicada en junio de 2005.

Esa encuesta reveló la drástica pérdida de credibilidad de los encuestados en Europa y el mundo islámico, acerca de que Washington toma en cuenta los intereses de sus países al tomar decisiones sobre política exterior, en comparación con el periodo previo a la guerra de Iraq.

En otro sondeo de Globescan-PIPA, publicado en enero de 2005, una amplia mayoría de los encuestados en 18 de los 21 países estudiados dijeron creer que la reelección de Bush tendría un impacto negativo en la paz y seguridad mundial.

Lo que más llama la atención de la última encuesta de Pew es hasta qué punto la imagen de Washington, especialmente en Europa y Medio Oriente, se había degradado respecto del año anterior, cuando comenzaba la campaña de Rice.

En mayo de 2005, Pew había mostrado una recuperación en la actitud de los extranjeros hacia Estados Unidos, ante el resultado de encuestas realizadas el mismo año de la invasión a Iraq, cuando la imagen de Washington, y especialmente de Bush, se precipitó a su sima histórica.

Muchos analistas habían previsto una mejora continua, aunque moderada, entre 2005 y 2006.

Pero la popularidad de Estados Unidos, así como el respaldo a su "guerra contra el terrorismo", siguió cayendo como tras la invasión a Iraq, tanto en Europa como en el mundo islámico, con un declive especialmente pronunciado en España, Indonesia, Jordania, Rusia y Turquía.

Zakaria sostuvo que esto se debió a varios factores, incluida la distancia que separa a la población de los gobiernos —especialmente en Europa—, que han estado muy agradecidos con los esfuerzos de Rice y Bush, insistió.

Otros factores importantes incluyen la presencia continua en el gobierno de los archiconservadores, incluyendo como el vicepresidente Dick Cheney y el secretario (ministro) de Defensa Donald Rumsfeld, quienes pueden forzar la flexibilidad de Rice, especialmente respecto de Corea del Norte e Irán.

Además, Zakaria considera que el estilo polémico del embajador de Estados Unidos en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), John Bolton, ha sido particularmente destructivo y ha contribuido a la percepción de que el gobierno sigue profundamente dividido.

El nuevo énfasis puesto en la diplomacia y el multilateralismo, tienen más que ver con la necesidad que con la convicción, evaluó el periodista.

"En cinco minutos delante de un micrófono, Bolton deshace cinco meses del meticuloso trabajo realizado por su jefa, la secretaria de Estado", escribió.

De hecho, el problema es mucho más profundo e incluye la convicción de que Estados Unidos, especialmente con Bush, sigue sin tener un "respeto decente" por las opiniones y perspectivas de otros países, en una gran variedad de asuntos.

Esos asuntos tienen que ver con la invasión a Iraq y su negativa a respetar las Convenciones de Ginebra en su "guerra contra el terrorismo" y con el recalentamiento global, la Corte Penal Internacional para crímenes de guerra y los obstáculos de impone Washington a las importaciones.

"Si Estados Unidos no entiende por qué no es bien visto en el extranjero, y si no se esfuerza mucho, casi seguro será rechazado y será ineficaz en muchos lugares del mundo", señaló el analista político, David Rieff, al comentar para la revista dominical de The New York Times la última encuesta de Pew y el "excepcionalismo" de este país. (

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