Quince muertos, dos personas desaparecidas y más de 25.000 damnificadas dejó el temporal de lluvia que azotó el centro y sur de Chile esta semana. Estas consecuencias, que podrían haberse evitado, son responsabilidad del gobierno y las centrales hidroeléctricas, afirman varias voces.
"A veces no somos lo suficientemente estrictos, ya sea en el ordenamiento del desarrollo urbano como en la aplicación de regulaciones. No puede ser que a veces se construyan viviendas cercanas a cauces naturales", reconoció este jueves el ministro de Obras Públicas de Chile, Eduardo Bitrán, al advertir las consecuencias del temporal del martes y el miércoles.
Mientras, un habitante de Hualqui, localidad ubicada 532 kilómetros al sur de Santiago, acusaba "a las represas" de ser culpables de las inundaciones, en referencia a las ocho centrales hidroeléctricas que se han construido en la región, especialmente Ralco y Pangue, de la firma española Endesa.
El vínculo fue señalado también por el presidente del no gubernamental Instituto de Ecología Política, Manuel Baquedano, quien aseguró a IPS que "este era uno de los impactos negativos que se preveía iban a causar las centrales, dado que al aumentar el caudal de los ríos por las lluvias se tienen que abrir las compuertas de las represas, provocando un golpe de agua no habitual".
"Por eso creemos que Endesa debería asumir las consecuencias de las inundaciones, al igual que el Estado, que permitió la construcción de las centrales", indicó el ecologista, quien recordó que en 2003 se produjo una situación similar en el sector de Hualqui.
Precisamente la zona más afectada por el temporal es la octava región, unos 500 kilómetros al sur de Santiago, con desborde de ríos (principalmente el Bío-Bío), caminos cortados, localidades aisladas, además de casas y negocios inundados. Aunque la quinta, sexta y séptima regiones, además de la capital, también sufrieron los efectos de la lluvia por el rebase de ríos, esteros y tranques (aguadas).
El hecho más grave se produjo la noche del martes, cuando unas 10 personas murieron aplastadas por un alud que cayó sobre dos casas ubicadas en la ladera de un cerro en la localidad Chihuayante, en las inmediaciones de la ciudad de Concepción. Entre los muertos había tres bomberos que participaban en el desalojo de las viviendas, ya que se vaticinaba un derrumbe.
Alfonso Toledo, de 27 años, ayudaba en el traslado de los enseres, junto a otros vecinos, cuando sintió el desprendimiento. Después de estar tres horas atrapado en el lodo, fue rescatado por personal de bomberos, que lo derivó al hospital más cercano con síntomas de hipotermia y dos paros cardíacos. Toledo fue uno de los pocos sobrevivientes y sólo piensa en buscar un nuevo hogar.
El miércoles, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, visitó la octava región para dar personalmente las condolencias a las familias afectadas por el alud, pero los pobladores la acusaron de abusar de la tragedia para enfrentar su baja de popularidad en las encuestas y protestaron por la ausencia de las autoridades locales.
Más aun, cuando estaba reunida con ellos en las faldas del cerro, los socorristas hallaron uno de los cuerpos hundidos en el barro. Entonces una mujer pidió a la mandataria que se fuera porque estaba entorpeciendo los trabajos de auxilio.
Bachelet señaló que el lugar no era recomendable para vivir, puesto que se trata de un terreno que puede ceder ante temporales, usuales en la región, e indicó que las personas que perdieran sus casas en este tipo de tragedias no deberán postular a los subsidios habitacionales, sino que los recibirán de manera automática.
La presidenta también se comprometió a estudiar el caso de los bomberos, quienes no dudan en arriesgar su vida en este tipo de tragedias, aunque trabajan de manera voluntaria, sin recibir remuneración alguna.
El ministro del Interior, Andrés Zaldívar, señaló que los alcaldes deberían actuar de forma más estricta para dar los permisos de construcción. "Siempre llega el invierno y es ahí cuando se dan cuenta de lo minucioso que tienen que ser en dichas decisiones", apuntó.
Además del desborde de los esteros Lampa y Colina, en Santiago hubo ocho pasos bajo nivel inundados, calles anegadas, caídas de árboles, voladuras de techos y cortes de energía eléctrica en 11 comunas (barrios). Los vecinos de la comuna de Lampa protestaron porque todos los años vivían la misma situación y acusaron a las autoridades de no hacer nada.
El martes, la mandataria la había decretado a la octava región como zona de catástrofe con el objetivo de que las autoridades locales pudieran disponer de los recursos necesarios para hacer frente a la crisis, que mantiene a 1.528 chilenos albergados en dependencias dispuestas por el Estado.
En la localidad del Salto del Laja, en la octava región, se socavó un puente que había sido construido en 2000, causando la caída al estero Batuquito de un hombre que viajaba en su automóvil, que no pudo ser rescatado con vida. El ministro Bitrán adelantó una investigación al respecto.
Unas de las historias que más conmovieron a la opinión pública fue la del carabinero (policía uniformado) Ricardo Hidalgo, rescatado con vida en un islote del río Teno, en la séptima región, unos 178 kilómetros al sur de Santiago, después de pasar 12 horas luchando contra la corriente.
Hidalgo y su compañero Marcial Gutiérrez, quien aún no es ubicado, cayeron a las aguas del río después de ayudar a un grupo de indigentes que se encontraban en el sector.
A pesar de que la ayuda se despachó de inmediato desde la capital, una huelga de camiones que afecta a la séptima, octava y novena región del país desde el día 10 ha retrasado su entrega, por lo cual Bachelet dispuso un avión de la Fuerza Aérea para el traslado de 30 toneladas de alimentos y ropa.
El gremio de los transportistas protesta contra el impuesto específico al petróleo, aprobado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y mantenido por los gobiernos democráticos, que encarece el costo de los combustibles. En algunas ciudades del sur del país ya hay desabastecimiento de frutas y verduras, productos lácteos y bencinas a consecuencia de la paralización..
Según las últimas informaciones meteorológicas de la Oficina Nacional de Emergencias, el frente de mal tiempo comienza a declinar, desplazándose hacia Argentina.
