DERECHOS HUMANOS: Escoba nueva barre bien

El flamante Consejo de Derechos Humanos de la ONU deberá satisfacer desde la próxima semana las expectativas de despolitización en el campo de la promoción y protección de las garantías de los ciudadanos.

El Consejo fue creado el 15 de marzo por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para reemplazar a la Comisión de Derechos Humanos, desacreditada en los últimos años por acusaciones de parálisis y de parcialidad en sus procedimientos.

El comité ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias reclamó al nuevo órgano de la ONU que "evite las políticas y prácticas de doble rasero" que precipitaron el "fin vergonzoso" de la Comisión, dijo el director de Relaciones Internacionales de esa institución cristiana, Peter Weiderud.

La ONU redujo a 47 el número de estados miembros del Consejo, respecto de los 53 que tenía la Comisión. Por otra parte, extendió y dividió los períodos de sesiones, que eran de seis semanas continuadas en vida de la Comisión.

La sesión inaugural de este año se desarrollará del 19 al 30 de este mes. La segunda sesión se efectuará entre los meses de septiembre y octubre, y la tercera, entre noviembre y diciembre.
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Pero la innovación más trascendente es la introducción de un sistema de revisión periódica y universal del acatamiento, por parte de cada uno de los 191 estados de la ONU, a los tratados internacionales de derechos humanos que han ratificado.

De esa manera se evitarán exámenes selectivos del apego a esas normas de únicamente ciertos países, dedujeron activistas de derechos humanos.

Esas son algunas de las características del nuevo organismo que deberían erradicar las prácticas atribuidas a la antigua Comisión, como eran las votaciones en bloques de países y la politización propias del cuerpo desaparecido, recordó Weiderud.

Sin embargo, las reuniones oficiosas preliminares del Consejo, efectuadas durante las últimas semanas, insinuaron que el organismo aún no ha alcanzado el grado de consenso entre sus miembros para avanzar en los trabajos encomendados por la Asamblea General de la ONU.

Por lo pronto, la primera semana de sesiones se dedicará prácticamente a asuntos protocolares, en el llamado segmento de alto nivel, que consiste en ceremonias solemnes convocadas para escuchar discursos de ministros y otros altos funcionarios gubernamentales.

El lunes hablarán el secretario general de la ONU, Kofi Annan, el presidente de la Asamblea General, Jan Eliasson, y representantes de 33 países. La serie de discursos se prolongará hasta el jueves. La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, leerá su mensaje en la sesión del viernes.

Durante toda esa primera semana, el Consejo carecerá de un orden del día porque la discusión de ese documento se ha demorado a causa de divergencias entre delegaciones.

Un diplomático latinoamericano, que pidió reserva de su identidad, adelantó a IPS que la agenda se aprobadará probablemente el jueves por la tarde porque se ha querido evitar que afloren discrepancias durante la presencia de los ministros en Ginebra, que será la sede permanente del Consejo.

El grupo de países miembros del Consejo que pertenecen a la Organización de la Conferencia Islámica han presionado en las últimas semanas para que el orden del día incluya el debate de la situación humanitaria en los territorios palestinos ocupados por Israel.

Entre los asuntos propuestos por otras delegaciones figuran las situación de los derechos humanos en Nepal y en la occidental región sudanesa de Darfur.

De todas maneras, la discusión de los temas substantivos ha quedado postergada para la segunda semana, cuando el Consejo deberá también dedicar atención a la aprobación de sus normas de funcionamiento.

El diplomático aseguró que los estados miembros del Consejo han acordado que el organismo examine y apruebe en esa misma semana el proyecto de convención sobre desapariciones forzadas.

Ese texto, convenido por un grupo de trabajo creado por la disuelta Comisión, debe ser aprobado por el Consejo y luego remitido a la Asamblea General de la ONU para su adopción final.

El Consejo ha aceptado la designación del representante de México, embajador Luis Alfonso de Alba Góngora, como presidente de la primera sesión del organismo. Sin embargo, hasta ahora no han sido designados los cuatro vicepresidentes por falta de consenso.

Se espera que este punto quede resuelto el mismo jueves, luego de la partida de los ministros, dijo la fuente.

El mismo informante explicó que el bajo rango de la delegación que Estados Unidos enviará a la ceremonia inaugural del Consejo guarda relación con el hecho de que ese país no se postuló para integrarlo.

Pero los representantes estadounidenses participan de todas las consultas, aunque en calidad de observadores porque no son miembros del Consejo.

Al parecer, los delegados de Estados Unidos "guardan sus cartuchos para el momento apropiado", durante la sesión de septiembre, cuando se discutirán los informes de los relatores sobre la situación de los derechos humanos en Cuba y en Corea del Norte, explicó el diplomático.

Con relación a la actual actitud de Estados Unidos respecto del Consejo, el director general de la Organización Mundial Contra la Tortura, Eric Sottas, estimó que el gobierno de George W. Bush espera que el nuevo organismo fracase.

Ellos esperarán, sin crear mayores problemas al Consejo para no involucrarse demasiado, comentó Sottas a IPS. Estados Unidos está convencido de que dentro de dos o tres años será necesaria una nueva reforma del sistema de derechos humanos de la ONU, arguyó.

Washington cree que el hecho de no formar parte del actual sistema le permitirá entonces presentarse como una fuerza que desde el comienzo se mostró reacia a unirse a un sistema que no considera digno de confianza ni aceptable, expuso Sottas.

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