PERIODISMO-MÉXICO: El narcotráfico se ensaña y acalla

La zona más peligrosa de América Latina para los periodistas es la frontera de México con Estados Unidos, donde narcotraficantes los asesinan, raptan y amenazan, según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

La violencia contra los periodistas se expresó por enésima vez este lunes de noche, cuando dos encapuchados ingresaron al diario El Mañana de la ciudad de Nuevo Laredo, donde dispararon más de 30 veces y lanzaron una granada, hiriendo de gravedad a un periodista.

"Lo de El Mañana ya superó cualquier límite, y es evidente que gobierno no puede, no quiere o no sabe cómo enfrentar esta ola de violencia contra los periodistas y la libertad de prensa", dijo a IPS Eréndira Cruz, directora del no gubernamental Centro Nacional de Comunicación Social.

En su edición de este martes, el diario, cuyo director editorial fue asesinado en 2004, señaló en un editorial que el nuevo atentado fue "una página más de la violencia que llega al terrorismo" y sostuvo "que el problema del narcotráfico ha rebasado a las autoridades".

El ataque contra El Mañana se produjo en medio de una racha de asesinatos y enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes, que dejaron ya más de 100 muertos desde el 1 de enero y unos 1.500 en todo 2005.

La Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y la Federación Latinoamericana de Periodistas informaron que durante la presidencia de Vicente Fox, iniciada en 2000, fueron asesinados 20 profesionales.

Durante el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), los periodistas muertos sumaron 19, y 57 en la administración de Carlos Salinas (1988-1994).

Como en anteriores ocasiones, portavoces del gobierno de Fox condenaron el último ataque, ofrecieron apoyo a las víctimas y prometieron desarrollar una investigación profunda.

"Lo que está demostrado es que el gobierno no atiende el problema y que sus promesas solo han quedado en palabras", sostuvo Cruz.

En los últimos años, el gobierno recibió en varias ocasiones a las asociaciones de periodistas y grupos afines y se comprometió a garantizar su trabajo, pero los atentados y las amenazas, especialmente en la zona fronteriza con Estados Unidos, no cesan.

Según la SIP, que reúne a dueños y directivos de medios de prensa de América Latina y el Caribe, la zona más peligrosa para ejercer el periodismo en la región es la extensa frontera mexicana con Estados Unidos.

La mayoría de los periodistas y medios de comunicación de esa zona, incluido El Mañana, reconocen que ante el miedo y las amenazas han optado por autocensurarse a la hora de informar sobre el narcotráfico.

Muchos hechos ocurridos en la frontera y reseñados en medios de la capital, ya no aparecen en esos diarios.

Quienes denuncian haber sido amenazados no son solo periodistas dedicados a la información policial, sino también otros que se dedican a otras áreas informativas.

La mayoría de los crímenes contra periodistas permanecen impunes, igual que casi todos los cometidos por bandas de narcotraficantes.

Organizaciones internacionales como el Comité para la Protección de Periodistas y Reporteros Sin Fronteras advierten que ejercer el periodismo en México es hoy una de las actividades más peligrosas.

En enero, delegados de 40 diarios del país se reunieron en Nuevo Laredo y acordaron trabajar en conjunto para aclarar los crímenes y continuar con las investigaciones sobre narcotráfico que realizaban los periodistas asesinados.

El gobierno de Fox celebró la iniciativa y prometió colaborar.

Las organizaciones de periodistas demandan al gobierno federal que se ocupe de la investigación de los crímenes, usualmente confinadas al ámbito de la policía de los diferentes estados.

El gobierno, al que se reconoce como respetuoso de la libertad de expresión, asignó varios casos a fiscales federales. Pero afirma que las leyes acotan la jurisdicción federal en la investigación de delitos cometidos en los estados.

Los narcotraficantes mexicanos, que actúan en coordinación con los de Colombia y otros países productores de drogas, son responsables del transporte de 70 por ciento de la cocaína consumida en Estados Unidos, el principal mercado mundial, además de importantes cantidades de heroína, metanfetaminas y marihuana.

El gobierno y los observadores atribuyen el aumento exponencial de la violencia en la frontera a una guerra interna entre las organizaciones narcotraficantes por el control de las rutas de acceso a Estados Unidos.

Tal enfrentamiento estaría originado en la detención de los principales jefes de las mafias, un logro que se reconoce a la administración de Fox.

El gobierno ha desplegado cientos de soldados y policías en las zonas de mayor violencia y ha anunciado estrategias para combatir a sus responsables, pero no ha logrado detener los crímenes.

(*) Esta versión corrige la fecha de transmisión: 7 de febrero.

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