METAS DEL MILENIO-KENIA: Usando los votos como armas de género

Las mujeres de Kenia tienen una carta poderosa para lidiar con los políticos que ignoran la igualdad de género: votar por quienes se ocupen de ellas.

Sesenta por ciento de las personas analfabetas son mujeres en este país de 30 millones de habitantes. Pero las mujeres también constituyen la mitad del electorado y de quienes ejercieron su derecho al sufragio en los últimos comicios generales de 2002.

"Si sensibilizamos a todas las mujeres sobre su derecho a pedir explicaciones a sus líderes por las promesas que no han sido cumplidas, podemos lograrlo", dijo a IPS Mónica Amolo, directora ejecutiva del Programa para la Rehabilitación de Mujeres con Dificultades Socio Económicas (Prowed, por sus siglas en inglés).

"Estamos cansadas de promesas vacías. Lo que las mujeres queremos ahora es acción. Esto convoca a intensificar esfuerzos en el área de la educación cívica", agregó. Prowed trabaja con comunidades en Kenia occidental.

Aun con la mejor voluntad del mundo, ¿pueden Prowed y otras organizaciones similares dar a las mujeres de Kenia la información que necesitan para tomar decisiones informadas en las urnas? Y, en caso contrario, ¿serían capaces las mujeres de obtener esta información en otra parte?

Por ejemplo, los medios impresos pueden parecer una buena fuente para conocer qué son los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio y el análisis sobre lo que han hecho los políticos para implementarlos. Pero el analfabetismo impide que millones de mujeres se beneficiaran de esta información.

Uno de esos ocho objetivos, adoptados por la comunidad internacional en 2000, establece la equidad de género en todas las ramas de la educación, mejoras en la salud materna e infantil y la reducción a la mitad de la proporción de personas indigentes o que pasan hambre en el mundo, entre otros propósitos.

Según los últimos datos disponibles (de 1999) del Departamento de Educación para Adultos del Ministerio de Género, Deportes, Cultura y Servicios Sociales, cinco millones de personas son analfabetas. De ellas, 60 por ciento son mujeres.

Se puede alegar que los medios de comunicación deberían llenar la brecha, ya que los programas de radio y televisión sobre temas de desarrollo pueden saltar el muro del alfabetismo. Las radios comunitarias, enfocadas a los problemas locales, parecen un camino prometedor, especialmente aquellas que transmiten en lenguas autóctonas.

Sin embargo, la preocupación del gobierno por los posibles efectos de crear una activa red de estaciones comunitarias debilita el rol que tales emisoras pueden jugar en informar a las mujeres sobre los Objetivos de Desarrollo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

"Cuando se da información sobre temas delicados como la gobernanza y se permite a las comunidades que difundan sus puntos de vista sobre ellos, se está democratizando información, para enojo del gobierno", dijo a IPS Grace Githaiga, coordinadora de la Red de Medios Comunitarios de Kenia (Kcomnet, por sus siglas en inglés), que reúne a periodistas y organizaciones no gubernamentales, con sede en Nairobi.

"El gobierno teme que una audiencia informada lo desafíe", agregó Githaiga.

Es elocuente que Kenia tenga sólo una emisora de este tipo: la Radio Comunitaria Mang'elete, ubicada en el este del país. El año pasado obtuvo su permiso para transmitir, después de una década de intensa presión por parte de activistas.

Pero aun si las mujeres consiguen informarse sobre lo que hacen los gobernantes para cumplir promesas relativas al desarrollo, sus votos pueden ir a políticos que no se lo merecen, advirtió Amolo.

"La mayoría de las mujeres en las áreas rurales vota por cualquiera que les dé limosnas como azúcar, harina y dinero, dado el alto grado de pobreza", dijo. La información sobre temas de desarrollo debe ir de la mano con las iniciativas para aliviar la pobreza, si se quiere evitar que el hambre y la necesidad ahoguen los esfuerzos para hacer que los políticos asuman sus responsabilidades, agregó.

"Esto sólo puede tener éxito si nos embarcamos en programas socio-económicos para dar poder a las mujeres, especialmente a las rurales", opinó Amolo.

"Hay una necesidad de recabar datos sobre cuántas mujeres rurales tienen alguna fuente de ingresos y luego averiguar cómo se puede ayudar a las que carecen de ellos para que se mantengan a sí mismas", agregó. "Se vuelve más fácil hablar a alguien que es capaz de ayudarse a sí misma".

Las estadísticas del gobierno indican que aproximadamente 56 por ciento de los keniatas viven con menos de un dólar diario, límite internacional para medir la pobreza extrema.

La cuestión étnica puede desbarrancar el trabajo de los activistas y las radios comunitarias.

"La gente no vota desde un punto de vista informado. Hay una tradición de que el poder pertenece al hombre, la pertenencia étnica determina que uno sólo pueda votar por alguien de su étnica, etcétera", dijo a IPS Winnie Mitullah, investigadora del Instituto de Estudios de Desarrollo en la Universidad de Nairobi.

Kenia tiene varias docenas de grupos étnicos, de los cuales el kikuyu es el más grande, con alrededor de un quinto de la población.

Los ocho Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio fueron acordados por la comunidad internacional durante la Cumbre realizada en Nueva York en 2000. La fecha fijada para cumplir la mayor parte de ellos es 2015.

Los objetivos se centran en reducir a la mitad la proporción de personas con hambre y en pobreza extrema, lograr la educación primaria universal y promover la igualdad de género (que se medirá de acuerdo a si niños y niñas tienen acceso y reciben una educación igual en la escuela primaria y secundaria).

Los objetivos también se proponen reducir la mortalidad infantil y materna, combatir el sida y otras importantes enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y abordar problemas de desarrollo, como los desequilibrios comerciales y los altos niveles de endeudamiento

Entre el 14 y el 16 de septiembre, otra cumbre tendrá lugar en la sede de la ONU para evaluar el progreso de los objetivos.

Se espera que las discusiones infundan un nuevo ímpetu a la campaña, ubicando a las mujeres de Kenia —y del resto del continente — en una posición en la que puedan "usar sus votos inteligentemente", como afirmó la activista por los derechos humanos Yassine Fall.

Fall hizo este comentario en mayo, durante la conferencia organizada por Iniciativa para el Milenio de las Mujeres Africanas sobre Pobreza y Derechos Humanos, una organización no gubernamental sede en Dakar, Senegal, que preside. Este encuentro abordó la implementación de los objetivos.

"Antes de votar, (las mujeres) deben reclamar a sus líderes (el derecho a) saber cuándo serán implementadas las leyes o los tratados firmados en su favor", dijo Fall a IPS. "Debería ser algo así como 'si quieres que te dé mi voto, dime qué vas a hacer por mí y cuándo'".

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe