CUMBRE DE LOS OCHO: Comercio injusto contrarresta ayuda

La ayuda al desarrollo que pueda ofrecer la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) inaugurada este miércoles no resolverá la pobreza mundial, porque es insuficiente y no se acompañará de un comercio más justo, advirtió el grupo War on Want (Guerra a la Pobreza).

La organización no gubernamental (ONG) con sede en Londres calculó que el dinero que están dispuestos a ofrecer Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Japón y Rusia representa menos de cinco por ciento del alivio de la deuda y menos de 20 por ciento de la ayuda necesaria para cumplir las metas de la campaña internacional Hagamos Historia la Pobreza.

“Nuestra información se basa en informes que obtuvimos del Tesoro” británico, explicó a IPS el director de campañas de War on Want, John Hilary.

El paquete de ayuda que probablemente se anuncie rondará los 25.000 millones de dólares, “y gran parte de esa cantidad ya fue prometida”, observó.

El presidente estadounidense George W. “Bush dijo que ofrecerá 4.500 millones de dólares adicionales, pero de esa cifra, 3.000 millones ya fueron prometidos bajo la Cuenta del Desafío del Milenio”, recordó Hilary.
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Japón también anunció nuevos fondos de cooperación, pero gran parte es “sólo reasignación” de recursos. “No percibimos nada nuevo. A lo sumo, un poco más aquí o allá en acuerdos particulares”, declaró.

La cooperación, el alivio de la deuda y el comercio se consideran los tres principales pilares del desarrollo.

En cuanto a la deuda, los ministros de Finanzas del G-8 acordaron el 11 de junio en Londres condonar “de inmediato” la deuda de 18 de los países más pobres del mundo, 14 de ellos de África subsahariana y cuatro de América Latina.

Pero en materia de comercio, “parece que Estados Unidos y la Unión Europea lanzarán un salvaje ataque a los regímenes comerciales de los países en desarrollo. Por lo tanto, las migajas que ofrezcan por concepto de ayuda y alivio de la deuda serán barridas por las políticas comerciales de los países del G-8”, lamentó Hilary.

La ayuda económica ofrecida por los miembros del G-8 “apenas rasca la superficie”, sostuvo el secretario general de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), Don McKinnon.

“Las verdaderas oportunidades económicas pueden brindarlas Estados Unidos y la Unión europea eliminando sus subsidios a las exportaciones agrícolas”, exhortó.

Esos subsidios permiten a los países ricos colocar sus productos a precios muy por debajo de los costos de producción de los países pobres, cuyos agricultores quedan así desplazados del mercado.

Casi la mitad del presupuesto de la Unión Europea se destina a subsidios agrícolas, pero el presidente francés Jacques Chirac declaró a la prensa el 10 de junio que no estaba dispuesto a aceptar cambios al respecto.

McKinnon no cree que la cumbre del G-8 ayude a que el comercio internacional sea más justo.

“Debo decir que me sentí muy decepcionado cuando escuché al presidente francés decir que los subsidios agrícolas son parte de la esencia de Europa… Eso demuestra una gran ignorancia sobre las necesidades de los países en desarrollo”, manifestó a IPS.

Las oportunidades comerciales de los países en desarrollo dependen en gran medida del resultado de la actual ronda de negociaciones comerciales multilaterales, lanzada en la Cuarta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), realizada en diciembre de 2001 en Doha, la capital de Qatar.

La Ronda de Doha está dedicada principalmente a la apertura comercial de la agricultura y los servicios, los aranceles industriales y temas específicos a favor de los países en Desarrollo, pero hasta ahora ha cosechado más fracasos que éxitos. Se espera que las negociaciones cobren impulso antes de la Sexta Conferencia Ministerial, que se realizará en diciembre en Hong Kong.

War on Want lamentó que los países industrializados que integran el G-8 hayan respondido al llamado de Hagamos Pobreza la Historia a la justicia comercial endureciendo sus posturas comerciales.

“La Unión Europea y Estados Unidos lanzaron un nuevo ataque a las industrias y los servicios de los países en desarrollo en la OMC, e intentan abrir por la fuerza esos ‘mercados emergentes’ para beneficio de sus propias empresas”, declaró War on Want.

Sin embargo, “admiten que esas políticas provocarán quiebras en gran escala, desempleo masivo y pobreza generalizada en el Sur”, señaló el grupo.

Mientras, el gasto militar de los miembros del G-8 aumentó el año pasado por sexto año consecutivo. El presupuesto de defensa de esos países constituye la gran mayoría del gasto mundial en defensa, que pasó de un billón de dólares en 2004.

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