El mantenimiento de un paquete enérgico de medidas ambientales por parte de la Unión Europea (UE), a pesar de las preocupaciones por el eventual aumento del costo industrial, fue recibido con júbilo por organizaciones especializadas.
La Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, consideró el miércoles las siete medidas que entrarán en vigor este mismo año, en un intento por equilibrar los compromisos en materia ambiental con la competitividad económica.
Ambientalistas temían que el debate culminara con la muerte de estrategias contra la contaminación del aire y en favor del reciclamiento de residuos, por considerarlas demasiado caras.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, había convocado al debate y puesto en cuestión todo el paquete ambiental, luego de que empresarios manifestara preocupación por su costo en el crecimiento económico y en empleos.
La batalla entre el aliento a la desacelerada economía de este bloque de 25 naciones y el mantenimiento de principios sociales y ambientalistas han sido el dilema clave del periodo de Durao Barroso, iniciado en noviembre.
El ex primer ministro portugués hizo del crecimiento económico su principal objetivo, pero ratificó los compromisos de la Comisión con el concepto de desarrollo sustentable, que incluye la protección de los recursos naturales.
La reunión del miércoles en Bruselas siguió al enfrentamiento entre activistas que consideran necesaria una mayor regulación en materia ambiental y los comisarios de la UE más inclinados a beneficiar a la industria, como Peter Mandelson, de Comercio, y Charlie McCreevy, de Mercado Interno.
Pero la Comisión mantuvo en la reunión su plan de presentar entre septiembre y diciembre siete estrategias en materia de calidad de aire, ambiente marino, reciclaje y reducción de desperdicios, uso sustentable de recursos, protección del suelo y pesticidas y ambiente urbano.
La portavoz de Durao Barroso, Françoise Le Bail, dijo que los 25 comisarios apoyaron la elaboración de estrategias. "La Comisión decidió seguir adelante y, de hecho, pretende adoptar esas estrategias. El ambiente continuará siendo una política central de la Comisión", aseguró.
No hay, según el órgano, contradicción entre el respeto al ambiente y el impulso a la economía. El comisario de Ambiente, Stavros Dimas, presentará las estrategias luego del receso veraniego, anunció Le Bail.
Durao Barroso llamó al debate sobre política ambiental después de ver los detalles preliminares de las reglas contra la contaminación aérea, que tienen el fin de impedir cientos de miles de muertes prematuras. Pero la industria advirtió que el costo de implementación sería de miles de millones de euros al año.
La Unión de Confederaciones Industriales y Empresariales de Europa (Unice) cuestionó el costo de esa estrategia, que superaría con creces los beneficios previstos.
La Comisión calculó que esa iniciativa costaría unos 12.000 millones de euros (14.490 millones de dólares) al año hasta 2020. Pero Dimas sostuvo que los beneficios, incluso por prevención de enfermedades, cuadruplicarían esa cifra.
De cualquier manera, el elevado desempleo y el estancamiento económico que sufren algunos países del bloque llevaron a sus líderes a promover recortes de gastos a las grandes empresas creadoras de fuentes de trabajo.
Organizaciones ambientales advirtieron que esas políticas derivarían en daños al ambiente, por lo que dieron una cautelosa bienvenida a la decisión de la Comisión de mantener las políticas ambientales.
"En las últimas semanas, cada vez nos preocupaba más la posibilidad de que la Comisión alejaría a las instituciones de la UE de la posición de los ciudadanos al atemperar la agenda ambiental", sostuvo John Hontelez, secretario general de la principal red ambientalista de la región, el Buró Ambientalista Europeo (EEB).
"Al fin y al cabo, gracias a la intervención de las organizaciones de la sociedad civil y varios gobiernos, prevaleció la sabiduría, por ahora, al menos", agregó.
Pero Hontelez manifestó preocupación sobre el contenido de varias de las medidas, tal como se prevé que estarán formuladas.
"Sabemos que, en muchos casos, las aspiraciones no son altas, y la presión ante cualquier propuesta que los empresarios considere mala no será de ayuda", consideró.
Organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Greenpeace Internacional, el Fondo Internacional de Bienestar Animal (IFAW) y Mares en Riesgo se mostraron particularmente preocupados sobre el "cauteloso enfoque" de las estrategias.
La futura política marina, en particular, es motivo de alarma.
"Al imponerse un nuevo retraso en la Estrategia Marina Europea, la Comisión entierra su cabeza en la arena. Los patrones ambientales elevados no son agregados opcionales, sino precondiciones fundamentales para una economía saludable y sustentable", dijo Saskia Richartz, experta de Greenpeace.
"Sin una política adecuada, no tendrá sentido hablar sobre el futuro económico o sobre creación de empleos, pues eso depende de mares seguros y limpios, peces no tóxicos y costas libres de desperdicios", alertó Richartz. (FIN/IPS/traen-mj/sb/ss/en if/05)
