TRABAJO: La perversidad del desempleo

El desempleo, que afecta a unas 1.000 millones de personas en el mundo, ha impregnado todos los asuntos de la Conferencia Internacional del Trabajo que se celebra del 30 de mayo al día 16 esta ciudad suiza.

El debate de la modificación del régimen de duración del trabajo, que pretenden los empleadores, guarda por ejemplo relación estrecha con la ocupación, pues es sabido que la reducción del tiempo laboral lleva a más empleo, dijo Isabel Hoferlin, de la Confederación Mundial del Trabajo (CMT), que reúne a sindicatos afines al pensamiento cristiano.

Por el contrario, las amenazas del desempleo o del subempleo determinan que una persona se aferre a su puesto, cualquiera sea la condición que le impongan, incluido un aumento del tiempo de trabajo, expuso Hoferlin.

La conferencia examinó la semana pasada una iniciativa para flexibilizar la duración de la jornada laboral presentada por los representantes del sector de los empresarios, miembro de la conducción tripartita de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) junto a los gobiernos y los sindicatos.

Los delegados sindicales han conseguido frustrar por el momento la aspiración de los empleadores, pues el proyecto de dictamen que examinará la conferencia la semana venidera determina la realización de un estudio del problema.

De esa manera, una modificación de los convenios de la OIT que regulan las horas de trabajo no sería discutida antes de la conferencia de 2008, pues el orden del día de las dos asambleas anteriores, de 2006 y 2007, ya ha sido establecido, explicó la sindicalista.

Otro tema de debate en la actual conferencia ligado íntimamente al problema de la ocupación es la cuestión de la promoción del empleo de los jóvenes.

En los últimos años, los índices relativos al desempleo de los jóvenes han alcanzado niveles máximos, mientras en ese sector de trabajadores se generalizaba el subempleo, observó Lahoucine Tazribine, responsable nacional de la juventud de la Confederación de Sindicatos Cristianos de Bélgica.

Las mujeres y los hombres jóvenes representan unos 130 millones de los 530 millones de trabajadores pobres de todo el mundo, los que obtienen menos de un dólar por día, citó Tazribine.

Otro sindicalista de la misma profesión, Thiruvalluvar Yovel, presidente de la Juventud Obrera Cristiana Internacional, recordó que hace dos años el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, estimó que en la década siguiente sería necesario crear casi 1.000 millones de puestos de trabajo.

Pero las actuales políticas económicas no parecen encaminadas a hacer posible esa perspectiva, opinó Yovel.

Mientras tanto, los jóvenes no saben cómo sobrevivir, describió. Los más afortunados, que han conseguido una ocupación, son obligados con frecuencia a aceptar condiciones de trabajo precarias, contratos breves, salarios bajos, y a emplearse sin contratos ni protección social o derecho a la sindicalización, afirmó.

En particular, esas prácticas abusivas se ensañan con las mujeres jóvenes. También muchos jóvenes inmigrantes se enfrentan a formas de exclusión y de discriminación, resumió Yovel.

Y como prueba de la gravedad del problema, la cuestión del desempleo ocupó este lunes la primera intervención del director general de la OIT, Juan Somavía, ante la conferencia.

La crisis mundial del empleo es el asunto político más urgente de nuestros tiempos porque pone en riesgo la democracia y las libertades, definió el funcionario.

Aún más, Somavía advirtió de que la actual crisis de desempleo es la amenaza más generalizada a la seguridad mundial. Todos sabemos que más y mejores ocupaciones son el factor estructural más determinante para brindar mayor paz y seguridad al mundo, insistió.

El director de la OIT citó las cifras del último informe de la institución sobre las tendencias del empleo en el mundo. Mientras la economía global creció en 2004 a un saludable margen de cinco por ciento, el empleo sólo se expandió en ese período en 1,7 por ciento.

En otros términos, la producción mundial se incrementó en cerca de cuatro billones de dólares en tanto el desempleo apenas se redujo en 500.000 nuevos trabajadores. Al mismo tiempo, casi la mitad de la fuerza de trabajo del mundo vive con menos de dos dólares al día, apuntó el jefe de la OIT.

Somavía exhortó a resolver la desconexión que existe entre crecimiento económico y creación de empleos, a reconsiderar las prioridades, a reevaluar el trabajo y ”puntar en forma más certera nuestras políticas de inversiones”.

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