PORTUGAL: Promoción del respeto a homosexuales

Lejos están los días en que gustar de alguien del mismo sexo era crimen en Portugal. Pero no por eso la polémica está enterrada. ¿Qué significa hoy ser homosexual en este pacato país?

La respuesta no es fácil según un informe de la revista Visao, porque dirigentes de asociaciones de homosexuales e investigadores coinciden en que si bien la polémica se atenuó en los últimos años, a medida que el derecho a la diferencia se hacía ”socialmente correcto”, en general se tiende más a tolerar que a aceptar.

Hasta una reforma del Código Penal al inicio de los años 80, amar a una persona del mismo sexo constituía un crimen tipificado en la ley junto con el incesto, el adulterio y la prostitución.

Desde entonces hasta la actualidad, se fueron formando asociaciones de homosexuales que lograron las primeras conquistas políticas y sociales. Fue una discreta salida de la clandestinidad a la que estaban obligados, a pesar de la ley, gays y lesbianas por una sociedad que defiende mayoritariamente una moral conservadora.

Pese a los avances, el casamiento entre personas del mismo sexo está lejos de ser discutido en el parlamento y es ahora el caballo de batalla de los activistas.

En una encuesta realizada por la empresa Gallup-Europa en enero de 2003, 53 por ciento de los portugueses consultados rechazaron la autorización del casamiento entre homosexuales, y 68 por ciento de los españoles interrogados se manifestaron a favor de esa reforma.

En la Unión Europea (UE), formada en aquel momento y hasta el 1 de mayo de 2004 por 15 países, sólo Grecia e Italia presentaron proporciones de rechazo similares a la de Portugal, mientras al lado de España se situaban Alemania, Dinamarca y Holanda.

La unión civil de personas del mismo sexo es legal en Canadá, en el nororiental estado estadounidense de Massachussets, en la ciudad de Buenos Aires y en la austral provincia argentina de Río Negro, entre otros lugares. Se han presentado proyectos que apuntan en la misma dirección ante los parlamentos de Brasil, Chile y de la capital de México.

En la UE, los holandeses fueron los pioneros al legalizar esta opción hace cinco años, mientras que los belgas lo hicieron hace dos y los españoles ven cumplida este año la promesa electoral del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero sobre la legalización del casamiento entre homosexuales.

Pese a que Portugal cuenta ”con la única Constitución europea que prohíbe explícitamente la discriminación con base en la orientación sexual, el matrimonio civil aún es un acto sólo posible para parejas heterosexuales”, sostiene Manuel Morais, presidente de la filial portuguesa de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA, por sus siglas en inglés), que es la mayor de su tipo en el país.

El escándalo de la Casa Pía, una institución estatal educativa donde se descubrió una red de explotación sexual de menores, llevó al banco de los reos a destacadas figuras de la vida nacional desde 2003 y fue un serio revés para la lucha por los derechos a la diferencia encabezada por la ILGA.

Según los activistas, el caso generó una confusión en la sociedad civil, al generar una errada asociación entre la homosexualidad, la pedofilia y el abuso de menores (que en 95 por ciento de los casos ocurren entre varones adultos y niñas). ”Hubo un retroceso”, subraya Morais.

A pesar de la prohibición constitucional de la discriminación, Melinda Pinheiro, de la asociación lesbiana Club Safo, recuerda que para obtener un crédito bancario, las parejas de mujeres no pueden hacer la solicitud como tales, sino mediante la creación de una sociedad por cuotas.

Pero también se ha avanzado significativamente en la tolerancia, en gran parte debido a los medios de comunicación y a la llamada ”industria rosada” de bares, discotecas y saunas orientados a clientela homosexual, en la medida en que son frecuentadas ”por capas intelectual y culturalmente altas” según Miguel Duarte, dueño de un bar y café en un barrio histórico de la capital.

Con avances y retrocesos, el Festival de Cine Gay y Lesbiano de Lisboa ya adquirió relevancia internacional y cumplió este año su quinto aniversario, a pesar de una relación ambivalente con el municipio de la ciudad, que ”hace dos años, nos cortó la subvención porque querían cambiar el nombre por Festival de las Diversidades”, señaló Albino Cunha, de La Ventana Indiscreta, entidad encargada de la organización.

La presencia de personajes homosexuales en programas de televisión también ha ganado terreno. ”No sería correcto hacer una telenovela, espejo de una sociedad, sin introducir gays o lesbianas. Mas aun, es obligatorio”, alega el brasileño Rui Villena, autor de la serie portuguesa ”Nadie como tu”.

El también brasileño Fabricio Delgaudio, que decidió cambiar la gerencia de un club gay de Sao Paulo por la de otro en Lisboa, rechaza de plano la idea tradicional de que los portugueses son conservadores en esta materia.

”No hay comparación entre Portugal y Brasil. Aquí las personas, dentro del bar o en la calle, intercambian besos y andan de la mano. La mitad son heterosexuales, la otra mitad son gays y coexisten sin complejos, mientras en Sao Paulo la noche es bastante más cerrada”, asevera.

No obstante, esta percepción de Delgaudio no es compartida por algunos homosexuales de provincia. ”La mentalidad sólo cambió en Lisboa. Aquí andamos todavía varios años atrás”, asegura Pedro Russo, recientemente víctima de ataques y amenazas de muerte, por ser homosexual, en la ciudad de Viseu, en la región montañosa del centro del país.

Allí, unas 30 personas ”decidieron ser los héroes de la ciudad y limpiarla de gays, como si esto fuese un crimen”, cuenta Russo, que vive aterrorizado y casi no sale a la calle desde hace tres meses, cuando le apuntaron con una pistola a la cabeza mientras le anunciaban: ”Vas a morir, marica”.

Ser homosexual en Viseu y en otras localidades del país significa vivir escondido en la sombra. ”Mientras en Lisboa se discuten los casamientos (entre homosexuales), en la provincia se vive en pánico”, asevera.

El caso de Viseu despertó una ola de protestas en el resto del país, que derivaron en una manifestación de apoyo al agredido, con participación de dirigentes de todos los partidos políticos.

Los activistas desean también el reconocimiento del Día Mundial Contra la Homofobia el 17 de mayo, fecha en que hace 15 años la Organización Mundial de la Salud retiró a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.

Al mismo tiempo, se comenzó a llevar a cabo una intensa campaña oficial contra actos y actitudes que puedan afectar los derechos consagrados en la Constitución.

A esos efectos se ha recurrido al siempre eficaz humor. Una aviso filmado muestra a dos señoras de avanzada edad sentadas en un parque de Lisboa durante el invierno, que levantan la mirada hacia dos muchachos que caminan tomados de la mano.

”¿Viste eso?”, pregunta una de ellas, a lo que su amiga responde: ”Ah, esto es increíble. ¿Cómo pueden andar con camisetas de manga corta con un frío tan grande?”.

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