CORRUPCIÓN-BRASIL: Intenso fuego cruzado dentro del oficialismo

– El diputado Roberto Jefferson, cuyas denuncias por corrupción congelaron la actividad legislativa y política en Brasil hace 10 días, se comprometió a mantener una ”lucha solitaria” porque otros legisladores de Brasil ”no tienen coraje” para acompañarlo.

En su testimonio ante el Consejo de Ética de la Cámara de Diputados, Jefferson identificó a parlamentarios y dirigentes partidarios que habrían ofrecido o recibido sobornos para asegurar el respaldo legislativo del gobierno.

Además, al detallar otros actos de corrupción agravó un escándalo que puede provocar profundos cambios políticos en el país, entre ellos la inhabilitación de varios parlamentarios, una reforma de las normas político-electorales y cambios en el gabinete ministerial.

El presidente del Partido Liberal (PL), Waldemar Costa Neto, y el del Partido Progresista (PP), Pedro Correia, recibían dinero para distribuir ”mesadas” a legisladores, aseguró Jefferson, quien incluyó en la lista de corruptos a los diputados José Janene, Pedro Henry, Carlos Rodrigues y Sandro Mabel.

Los responsables del soborno eran el presidente, el secretario general y el tesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), José Genoino, Silvio Pereira y Delubio Soares, según Jefferson. Un publicista, Marcos Valerio, habría sido el encargado de entregar el dinero a los partidos aliados.

En el pago de mesadas estaría involucrado también José Dirceu, jefe de la Casa Civil de la Presidencia con rango de ministro, ex presidente del PT y poderoso colaborador del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, de acuerdo con la denuncia.

Con sus declaraciones ante los diputados, Jefferson reafirmó y amplió las denuncias que efectuó los días 6 y 12, entrevistado por el diario Folha de Sao Paulo.

La audiencia había sido convocada para que el legislador se defendiera de la acusación de violación al Código de Ética y Decoro de la Cámara de Diputados, formulada por el PL.

Pero Jefferson pasó de acusado a acusador en el testimonio difundido por televisión y radio a todo el país, y en sus respuestas al interrogatorio de los miembros del Consejo de Ética.

El proceso puede derivar en la pérdida de su mandato y en su inhabilitación para participar como candidato en las próximas elecciones.

El diputado trató de librar de acusaciones a su Partido Laborista Brasileño (PTB). En ese sentido, afirmó haber recibido una oferta de dinero del PT, pero que la rechazó tal como lo hicieron ”por unanimidad” los demás parlamentarios de su partido.

Jefferson justificó su decisión de denunciar a sus pares y al PT como forma de ”limpiar” su honor y el de su partido. ”Intento reconstruir mi reputación y la imagen del PTB”, afirmó.

”Solo destapé la caldera”, sostuvo el legislador. Si bien admitió carecer de pruebas materiales que sostengan sus denuncias, advirtió que surgirán otros testigos, como la secretaria que confirmó el manejo de mucho dinero por parte de uno de los involucrados.

Jefferson aseguró haber puesto sobre aviso a cinco ministros que ”irresponsablemente” no transmitieron la información al presidente Lula.

Sus acusaciones surgieron tres semanas después de que él y su partido fueran acusados de crear una red de corrupción en la empresa estatal de Correos, a través de un director designado por el PTB.

Un video grabado clandestinamente y difundido por la prensa y la televisión mostró a un alto funcionario de Correos cobrando propinas de un empresario.

El hecho será considerado por una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) instalada la semana pasada. ”No temo a la CPI”, aseguró el diputado, quien recordó que ya fue objeto antes de dos investigaciones por sospechas que no se comprobaron.

Una de las revelaciones de Jefferson agrava su propia situación y la del PT. Dijo que su partido recibió cuatro millones de reales (2,7 millones de dólares) donados por el PT como ayuda para la campaña electoral de 2004, en que se eligieron los alcaldes de los 5.560 municipios brasileños.

La suma fue entregada al PTB por el publicitario Valerio en ”dinero vivo”, y la donación no fue declarada a la Justicia Electoral, lo que configura una ilegalidad. Pero los dos partidos pueden agregar al expediente un documento que corrija sus declaraciones anteriores, señaló Jefferson.

Los dirigentes del PT, según él, habian prometido 20 millones de reales (ocho millones de dólares) en ayuda al PTB, pero ”no cumplieron su palabra”, dejándolo en dificil situación ante sus correligionarios, otro motivo de resentimiento con el partido dominante en el gobierno.

Jefferson no supo identificar el origen de tanto dinero, pero dijo suponer que procedía de empresas estatales y privadas, las que más aportan recursos legales e ilegales a los partidos.

Con las preguntas que formuló en la sesión del Consejo de Ética, Costa Neto trató de descalificar las denuncias de Jefferson, sin obtener respuestas claras sino la acusación directa de que él sí ”recibió dinero para distribuir” entre los demás diputados del PL.

Otro acusado, Sandro Mabel, negó todas las ”mentiras” de Jefferson y pidió su inhabilitación, con el dramático argumento de que no dejará que manchen su honra y que seguirá mirando de frente a sus propios hijos.

Las denuncias de Jefferson debilitaron el gobierno de Lula y provocaron profundas divisiones entre los partidos oficialistas y dentro del propio PT, que construyó gran parte de su popularidad con una prédica en defensa de la ética.

También se profundizaron las divisiones entre el PT y el gobierno, con acusaciones mutuas de responsabilidad por el escándalo.

Los detalles y la seguridad con que Jefferson prestó su testimonio este martes, aunque sin pruebas documentales, tienden a agravar la crisis política, ampliando los reclamos de la opinión pública por una investigación completa y transparente de los escándalos de corrupción.

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