FORO SOCIAL PANAMAZÓNICO: Centro de diversidad social y biológica

La mayoría llega por las aguas, viajando varios días en embarcaciones pobres. Es una de las singularidades que distinguen al Foro Social Panamazónico (FSPA) de los demás encuentros de la sociedad civil que se multiplicaron en el mundo desde 2001.

El cuarto FSPA se realizará del 18 al 22 de enero en Manaos, capital del noroccidental estado brasileño de Amazonas, y reunirá a más de 8.000 representantes de poblaciones que viven en medio de la mayor concentración mundial de agua dulce, bosques y biodiversidad.

Es natural que las cuestiones ambientales, y más precisamente la defensa de tantos recursos naturales, predominen en las decenas de conferencias, seminarios y talleres que componen el foro.

Pero todo vinculado con el desarrollo sustentable de las poblaciones locales, la valorización de sus conocimientos, y las realidades étnicas, económicas y culturales de las distintas comunidades.

Cerca de 30 millones de personas viven en la Amazonia, un territorio de 7,5 millones de kilómetros cuadrados que suma partes de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Perú, Suriname y Venezuela.

La diversidad humana de la región comprende concentraciones urbanas como la de Manaos, con 1,6 millones de habitantes, en contraste con numerosas poblaciones dispersas, ribereñas, índígenas, de ”seringueiros” (extractores de caucho) y ”quilombos” (comunidades aisladas de afrodescendientes).

En este FSPA ”tendrán fuerte presencia los quilombolas” (miembros de los quilombos), reflejando un movimiento brasileño por el reconocimiento de los derechos de esas comunidades y la gran población negra en otros países amazónicos, señaló a IPS José Arnaldo de Oliveira, uno de los organizadores del encuentro.

”Diversidad, soberanía y paz” son los ejes temáticos del IV FSPA, que debatirá especialmente sobre ”grandes proyectos y acuerdos internacionales” que representan amenazas para el ambiente y los pueblos locales, destacó.

Preocupan principalmente las ”amenazas” que pesan sobre la región, ”los grandes acuerdos y grandes proyectos”, según Oliveira.

Las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas, los proyectos de integración física entre países sudamericanos y la militarización que afecta más directamente a Colombia estarían entre las amenazas de carácter internacional.

Pero también serán debatidos en el Foro procesos nacionales, especialmente brasileños, como el avance del monocultivo de la soja hacia tierras amazónicas y grandes proyectos hidroeléctricos o de carreteras.

La soja como factor de deforestación en la Amazonia será uno de los temas polémicos, en debates que reunirán a representantes de varios estados amazónicos de Brasil que constituyen una nueva frontera agrícola.

El gubernamental Instituto de Investigación Económica Aplicada divulgó el martes un estudio en el que niega que la expansión de la soja provoque deforestaación, con el argumento de que ocupa areas de ”pastizales degradados” que son muy extensos en el país.

Un grupo de organizaciones no gubernamentales (ONG) contrarrestó esa conclusión al anticipar resultados de una investigación que prevén concluir el próximo mes.

En ella, fotos aéreas de decenas de propiedades del occidental estado de Mato Grosso, donde más se produce soja en Brasil actualmente y cuyo norte es amazónico, muestra que las areas deforestadas son luego ocupadas por cultivos de esa oleaginosa.

”Creíamos que había un intervalo de cinco años entre la deforestación y la llegada de la soja, pero comprobamos que eso demora un promedio de sólo dos a tres años y en algunos casos un año”, informó a IPS Roberto Smeraldi, coordinador de la ONG Amigos de la Tierra/Amazonia Brasileña.

Es cierto que en los municipios donde más se expandió el cultivo de soja se redujo la ganadería, pero en los municipios vecinos hubo gran expansión de los pastizales, apuntó. Eso comprobaría una tesis de los ambientalistas: que la sojicultura no deforesta directamente, pero ”empuja” hacia los bosques amazónicos otras actividades como la ganadería.

El gran objetivo del FSPA es promover alianzas, solidaridad y articulaciones entre los distintos movimientos y poblaciones tradicionales de la Amazonia, para enfrentar esas amenazas y promover el desarrollo sustentable, explicó Oliveira.

El Foro, que se realiza anualmente desde 2002, tuvo sus dos primeras ediciones en Belém, al norte de Brasil y otra gran ciudad amazónica brasileña, capital del estado de Pará, de 1,4 millones de habitantes. El año pasado la sede fue Ciudad Guayana, al noreste de Venezuela.

La Organización del Tratado de Cooperación Amazónica ”está muy interesada en desarrollar mecanismos que permitan incluir esas expresiones de la sociedad en los procesos de decisión”, dijo a IPS Francisco Ruiz, director ejecutivo de ese organismo creado por los ocho gobiernos de la región en 1995 y que tiene sede en Brasilia.

”Los movimientos sociales son un actor fundamental” en el desarrollo sustentable amazónico, por ello es ”muy útil conocer sus visiones y perspectivas”, acotó.

La organización de esta cuarta edición del FSPA quedó a cargo del Grupo de Trabajo Amazónico (GTA), una red de 500 asociaciones y ONG, de la Central Única de Trabajadores, la mayor brasileña, y el Sindicato de Escritores del Amazonas.

Además de las ”caravanas que vienen por agua, tierra y aire” de los países amazónicos, el IV FSPA contará con delegaciones de Europa, Estados Unidos e ”incluso India”, informó Oliveira, sociólogo y asesor del GTA.

Los participantes extranjeros aprovechan para conocer la ”mítica Amazonia” antes de viajar a Porto Alegre, en el sur de Brasil, para participar en el Foro Social Mundial, del 26 al 31 de enero, comentó.

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