El presidente de México, Vicente Fox, dio este lunes la bienvenida al Dalai Lama, el líder espiritual del Tibet, pero desde lejos y tras negarse a recibirlo. Es que China presionó para bajar el perfil de la visita de quien considera es un simple títere religioso y un exiliado político que certifica actitudes separatistas.
La actitud de Fox fue considerada poco congruente por algunos observadores, pues el mandatario afirma defender los derechos humanos sobre cualquier circunstancia y respetar las posiciones políticas diversas. Bajo ese parámetro, se reunió en el pasado con opositores del presidente cubano Fidel Castro, a pesar de la molestia que ello causó a La Habana.
Al Dalai Lama le damos la bienvenida a nuestro país, un país de valores, un país de familias, un país que está trabajando fuerte para construirse un mejor futuro, dijo Fox en una ceremonia de entrega de viviendas a familias de sectores sociales pobres, en momentos en que el líder religioso tibetano cumplía lejos de allí su segundo día de una visita a México que se extenderá hasta el viernes próximo.
Portavoces del gobierno, que en agosto firmó acuerdos con China para impulsar la relación bilateral, señalaron que por convicción su país cree que hay y debe haber una sola China. Es decir, México no reconoce como válidas las aspiraciones independentistas del Tibet.
No siempre soy recibido por presidentes a los países que llego. En este país quizás no encuentran conveniente que me reúna con él, no hay ningún problema por mi parte, además no quiero ser causa de una situación embarazosa, declaró el líder religioso y político del Tibet el domingo a México.
La agenda que cumplirá el Dalai Lama en México incluye varias conferencias abiertas y reuniones con diputados y con el alcalde de la capital del país, Andrés López Obrador.
Además, el visitante recibirá un doctorado honoris causa de la Universidad Iberoamericana, un centro de estudios privado ligado a la orden católica de los Jesuitas, y cumplirá presentaciones en dos teatros diferentes para hablar de su filosofía, para cuyo ingreso se debe pagar una entrada.
De forma abierta, diplomáticos chinos pidieron al gobierno y a los diputados mexicanos no acoger al Dalai Lama, quien vive en el exilio desde 1959 por reclamar al gobierno chino la independencia del Tibet y la restauración de sus tradiciones.
El embajador chino en México, Ren Jingyu, declaró a la prensa local que el Dalai Lama no sólo es un simple títere religioso, sino también un exiliado político que certifica actitudes separatistas. Por eso no debe ser recibido en ningún país, apuntó.
Para evitar problemas con China y crear trabas a los acuerdos recién firmados, Fox decidió no recibir al líder religioso ni siquiera en su carácter de premio Nobel de la Paz, sostienen los analistas.
Sin embargo, esa actitud no impidió que la esposa del mandatario, Marta Sahagún, celebre un encuentro privado con el Dalai Lama y que algunos funcionarios menores intercambien saludos con el visitante.
En el Poder Legislativo, las presiones bajaron el perfil de la recepción al Dalai Lama. Además, se permitió al gobierno chino montar una muestra fotográfica sobre el Tibet en los salones del Congreso legislativo, en la que se proyecta una imagen represora y bándala de los seguidores del budismo.
Según la opinión del ex canciller del gobierno de Fox, Jorge Castañeda, fue un gran error no recibir oficialmente al Dalai Lama. Por congruencia con los principios esgrimidos por el gobierno en materia de independencia y respecto a los derechos humanos, el presidente debía hacerlo, declaró.
El vocero de la arquidiócesis de la Iglesia Católica de México, Hugo Valdemar, opinó algo similar. El gobierno debería recibir al Dalai Lama en su carácter de defensor de los derechos humanos y no ceder a la presión de China, expresó el prelado.
Para Marco Antonio Karam, representante del budismo tibetano en México, el hecho de que Fox no se reúna con el religioso demostró falta de oficio político e incapacidad de apreciar la envergadura del personaje, a quien consideró el principal promotor de los derechos humanos en el mundo.
Los tres observadores recordaron que en julio de 1989 el Dalai Lama hizo una visita a México en la que fue recibido por el entonces presidente Carlos Salinas (1988-1994).
El motivo principal para que Fox se haya hecho bolas (desentendido) con la visita del Dalai Lama, es el miedo a molestar a China aseguró Manuel Estrada, un joven estudiante mexicano que sigue la prédica del budismo tibetano.
China invadió Tibet en 1951 y reprimió el sistema religioso y la cultura tradicionales. También abolió el sistema feudal de explotación agrícola y creó las primeras comunas.
En 1959, la secta tibetana Sombrero Amarillo inició una fallida sublevación, y ese mismo año el Dalai Lama y sus seguidores huyeron a India.
Los recientes acuerdos que el gobierno de Fox suscribió con China se consideran claves en la búsqueda de acotar los efectos negativos que está teniendo para México la irrupción de ese país en los mercados mundiales.
Uno de ellos apunta a combatir el contrabando proveniente de China, asunto que golpea duramente a México.
Otros buscan estrategias para equilibrar el intercambio bilateral, que bordea los 10.000 millones de dólares anuales, menos de 500 millones de los cuales corresponden a ventas mexicanas.
A diferencia de otros países de América Latina, como Argentina, Brasil y Chile, que vienen sacado tajada del apetitoso mercado chino con el abastecimiento de materias primarias como hierro, soja y cobre, México ha sido duramente golpeado por la competencia asiática, especialmente en productos manufacturados.
Además, poco a poco China desplazó a México del puesto de segundo mayor abastecedor de Estados Unidos.
El ritmo de crecimiento de las exportaciones chinas a Estados Unidos en el periodo 2001-2003 se ubicó en 29,4 por ciento, mientras que en ese mismo lapso las ventas de México repuntaron apenas 1,5 por ciento hacia ese destino, indican cifras de la oficina de Censos de Estados Unidos.
