SIDA-VENEZUELA: Pacientes logran sustituir fármacos cuestionados

El gobierno de Venezuela entregará a los pacientes con VIH/sida medicamentos antirretrovirales alternativos a los identificados como Duomir y Lamivudina, del laboratorio indio Cipla y con estándares de calidad rechazados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El Ministerio de Salud ”ha decidido comprar medicamentos equivalentes al laboratorio Ranbaxy, también de India, mediante adquisiciones cortas pero con provisiones suficientes para lo que resta de año”, explicó a IPS Alberto Nieves, de la organización no gubernamental Acción Ciudadana contra el Sida (Accsi).

Una veintena de organizaciones no gubernamentales venezolanas con servicio en VIH/sida reclamaron al gobierno de Hugo Chávez y a la OMS responsabilidad por la alarma que causó la descalificación de fármacos que Caracas adquirió y distribuyó entre los pacientes que reciben atención gratuita del Estado.

En Venezuela, con 25 millones de habitantes, hay unas 70.000 personas portadoras de VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida, según estimados de organizaciones que trabajan en el tema, aunque en el Ministerio de Salud sólo están registradas 12.540, de las cuales unos 300 son niños, niñas o adolescentes.

Por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, desde 2000 los pacientes de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) reciben medicamentos antirretrovirales de modo gratuito. La cartera del área destina al programa unos 30 millones de dólares anuales y se apertrechó con una canasta de 17 medicamentos, explicó la directora de Salud Poblacional, Evelyn Escalona.

Seis medicamentos son genéricos importados de India, dos de Cuba, y el resto de marcas de laboratorios trasnacionales, precisó la especialista Deisy Matos.

En junio, el gobierno dio cuenta de la exitosa negociación de medicamentos genéricos con los laboratorios Cipla y Ranbaxy, lo que implicaba ahorrar entre 17 y 20 millones de dólares anuales, al acompañar el acuerdo logrado también por Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay y Perú con laboratorios transnacionales para reducir los precios.

Pero sobre ese logro de cooperación Sur-Sur cayó un balde de agua fría cuando la OMS inspeccionó los laboratorios de Cipla y rehusó revalidar la certificación de calidad que había entregado para sus medicamentos Lamivir (Lamivudina, 150 mg en tabletas) y Duovir (tabletas que combinan Zidovudina 300 mg y Lamivudina de 150 mg).

Durante más de un mes ”al menos 4.970 personas (40 por ciento de los pacientes venezolanos) recibieron esos combinados”, relató Nieves a IPS. Varias organizaciones procesaron informes de pacientes con afecciones propias de la ingesta de un medicamento tóxico, como erupciones, acidez, gastritis o hinchazones.

Algunos de los síntomas pueden responder a causas orgánicas reales pero también a situaciones de alarma o angustia tras la descalificación que produjo la OMS, reconoció.

A la reacción de los grupos no gubernamentales respondieron al Ministerio de Salud y a la OMS, con una declaración conjunta, para informar que suspender la certificación ”no significa que los dos antirretrovirales no cumplan con la bioequivalencia exigida, sino que este requisito no ha sido adecuadamente determinado en la última evaluación”.

”Lo importante es que las ONG hemos funcionado como contraloría social y hemos sido atendidas por las autoridades correspondientes”, destacó Nieves. ”Las medidas adoptadas por el gobierno nos parecen adecuadas y contribuyen a la calma, porque existe aprensión entre pacientes por los genéricos indios y cubanos”, agregó.

Feliciano Reyna, de la ONG Acción Solidaria, dijo que ”comprimidos de Didanosina se pulverizaron e inutilizaron apenas tres meses después de haber sido traídos de Cuba”, y sostuvo que las evidencias científicas de boiequivalencia son débiles para los genéricos cubanos Lamivudina y Stavudina.

”En la adquisición de antirretrovirales han prevalecido afinidades ideológicas y no argumentos y evidencias científicas”, según Reyna.

El gobierno de Chávez ha establecido programas de cooperación con entidades y servicios cubanos de salud, cuya expresión más visible son los 10.000 médicos llegados desde Cuba para trabajar en zonas pobres de las principales ciudades, un programa llamado Barrio Adentro que ha hecho crecer la popularidad del mandatario.

Precisamente, el gobierno ha previsto emplear en programas preventivos sobre el sida, al lado de la atención médica primaria que ofrece Barrio Adentro, los recursos que ahorre con la compra de medicamentos antirretrovirales a Cuba e India.

Escalona salió al paso a las críticas y afirmó que los medicamentos adquiridos en Cuba, como los traídos de otros países, ”cuentan con las pruebas de bioequivalencia y ensayos clínicos en el Instituto de Higiene”, que regenta el Estado venezolano.

Con una posición más ecléctica, Nieves planteó que una información más clara y consistente se obtendrá cuando se reúnan para tratar el caso y fijar posición los médicos de la Sociedad Venezolana de Infectología.

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