MIGRACIONES: Movimiento sin concierto

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha mostrado preocupada porque crecen los movimientos migratorios entre las regiones sin que existan convenios de regulación ni de protección a los inmigrantes y sus familias.

Para llenar ese vacío, la OIT impulsa el establecimiento de un marco multilateral no vinculante que favorezca el manejo de las migraciones y al mismo tiempo resulte aceptable para la mayoría de los países, dijo el filipino Manolo Abella, jefe del programa de migración internacional de esa institución.

La conferencia internacional del trabajo, que sesiona hasta el 17 de junio en Ginebra, examina la iniciativa de la OIT, que propone también fortalecer la capacidad de los países para administrar las migraciones y para garantizar los derechos de los trabajadores migrantes.

Una de las causas del aumento de las migraciones es la desigual distribución de los beneficios económicos de la integración progresiva de la economía mundial, como la OIT llama al fenómeno de la globalización,

El director general de la OIT, el chileno Juan Somavía, observó que si se examina la economía mundial desde la perspectiva de la gente,”nos damos cuenta de que su falla estructural reside en su incapacidad de crear suficientes empleos en los mismos lugares donde viven las personas”.

”En consecuencia, tenemos que encontrar la manera de conseguir trabajos decentes para este vasto flujo de migrantes, a través de acciones y políticas multilaterales”, añadió Somavía.

”Los aspectos más importantes del fenómeno tienen relación con las migraciones irregulares o ilegales, como se las denomina en el lenguaje común”, puntualizó Abella.

Aunque son reducidos en número, los inmigrantes irregulares desempeñan un papel importante en la mayoría de los países.

Como ejemplo, un comunicador británico dijo que si a medianoche se expulsara a todos los trabajadores extranjeros sin papeles de Londres y del sur de Inglaterra, a la hora del desayuno esas zonas estarían totalmente paralizadas, relató Abella.

Pero los trabajadores irregulares enfrentan los mayores riesgos en materia de derechos humanos cuando son reclutados, transportados y empleados fuera de la ley, advirtió el estudio preparado por la OIT para la conferencia de ministros de sus 177 estados miembros.

Alrededor de 15 por ciento de los 175 millones de inmigrantes se encuentran en situación irregular. Unos 500.000 entran cada año a Europa occidental en esas condiciones, en tanto que la actual población de inmigrantes sin papeles en Estados Unidos se estima en siete millones de personas.

Los trabajadores extranjeros sin autorización de residencia también existen en Asia y en otras partes del mundo, precisó el experto de la OIT.

Por ese motivo, la cuestión de los derechos laborales se ha convertido en un asunto de trascendencia para países como México, que tiene gran número de migrantes irregulares en Estados Unidos, y para otras naciones en desarrollo.

Otra faceta de las migraciones son las pérdidas locales de personal con alta especialización. En Estados Unidos trabajan más médicos originarios de Ghana o Jamaica que en sus propios países.

Cuando se trata de fuga de profesionales sanitarios cunde la alarma en Africa porque esa región afronta una severa necesidad de médicos y enfermeras a causa de la epidemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), mencionó Abella.

Un estudio preparado por la OIT sostiene existen grandes deficiencias en la protección de los trabajadores migrantes, en especial en los países en desarrollo de ingresos medianos, que en conjunto reciben 46 por ciento del flujo migratorio mundial.

En relación con la categoría de migrantes económicamente activos, que suman 86 millones en todo el mundo, unos 52 millones se ubican en las regiones en desarrollo, según el informe de la OIT.

Abella resaltó que una de las facetas más positivas de las migraciones son las remesas que los trabajadores envían a sus países de origen. Esas naciones se muestran muy interesadas en mejorar trámites y políticas para reducir el costo de las transferencias financieras y también para asegurar que esos beneficios alcancen a más personas, dijo.

Las remesas enviadas por los trabajadores migrantes a los países en desarrollo durante 2001 sumaron 72.300 millones de dólares, equivalentes a 1,3 por ciento del producto interno bruto del conjunto de esas naciones.

El Banco Mundial observó que esa cifra representaba 42 por ciento del monto de las inversiones extranjeras directas destinadas a esos países, pero superaba holgadamente la asistencia oficial al desarrollo aprobada por las naciones industrializadas.

En muchos países receptores existe un problema de percepción sobre el impacto de la migración. Estudios efectuados en Estados Unidos y Europa occidental demuestran que el efecto de las migraciones sobre los salarios ha sido mínimo, observó la OIT.

En algunos casos ha habido incluso un mejoramiento de los salarios de los trabajadores más capacitados en momentos de alta migración, citaron los expertos de la agencia internacional.

Sin embargo, en esos países se suelen transformar en cuestiones de debate público los ajustes sociales que ocasiona la recepción de inmigrantes de un origen étnico diferente. En los casos en que no se produce una integración, la migración puede ser origen de tensiones étnicas, apunta el estudio que debate la conferencia.

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