ARGENTINA-BRASIL: Grandes del Sur, uníos

Los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, definieron este jueves transitar un mismo camino en materia de desarrollo económico, opuesto a los postulados neoliberales, y sumar fuerzas en el ámbito internacional.

En cita en Buenos Aires, ambos mandatarios reafirmaron su posición contraria al llamado Consenso de Washington, que pautó la estrategia económica impuesta en los años 90 en América Latina, y por tal la necesidad de priorizar el crecimiento con igualdad social y la defensa de los intereses del sur americano.

En un documento de 22 puntos al que llamaron ”Consenso de Buenos Aires”, Kirchner y Lula destacaron la ”trascendencia” que tiene para sus países ”el combate a la pobreza, el hambre, la desigualdad y el desempleo”, y plantearon el desafío de construir una agenda que responda a las necesidades propias de la región.

”En el mundo globalizado la competencia es muy dura, por eso no podemos estar esperando que alguien descubra que tenemos niños en la calle, hambre y desempleo”, remarcó Lula ante la Asamblea General legislativa argentina (ambas cámaras parlamentarias reunidas).

Aseguró que Brasil y Argentina atraviesan ”el momento más importante” en la historia de la relación bilateral y aclaró que lo decía sin ”sin veleidades”. ”Ambos llegamos al fondo del pozo y descubrimos que somos pobres, que solos no llegaremos a ningún lado y que unidos seremos una potencia”, añadió.

Trabajando en un mismo frente de batalla, los dos países deben conquistar ”la plena ciudadanía” de sus habitantes, apuntó Lula en su primer día de la visita oficial iniciada este jueves a Argentina.

Por su parte, Kirchner aseguró que los dos gobiernos buscan ”fortalecer su alianza estratégica” y definir ”una posición común en el mundo” sobre bases de ”crecimiento sostenido y distribución equitativa de beneficios en el marco de un modelo de desarrollo que garantice a todos los ciudadanos el pleno goce de sus derechos”.

Como símbolo del afianzamiento de la relación bilateral, el presidente brasileño comenzó su visita a Buenos Aires recibiendo en la residencia del embajador brasileño a seis alumnos de entre 8 y 9 años de escuelas públicas plurilingües, que dialogaron con Lula en portugués.

Es el sexto encuentro entre Lula, quien asumió el cargo el 1 de enero, y Kirchner, que hizo lo propio el 25 de mayo, contando los contactos mantenidos en ocasión de coincidir en foros internacionales.

Esta vez se comprometieron a instrumentar políticas públicas afines que tiendan a la igualdad social y dejaron en claro que ”la pobreza no se resuelve con planes asistenciales” que son sólo ”un paliativo obligado” hasta la creación de empleos.

El Consenso de Buenos Aires remarca, además, la ”absoluta prioridad” que ambos presidentes le otorgan a la educación ”como herramienta de inclusión social” y afirma que la sociedad de la información y la revolución informática son imprescindibles para lograr esos objetivos.

Por otra parte, el comento consignó que ”la integración regional constituye una opción estratégica” para fortalecer la inserción de sus países en el mundo ”aumentando su capacidad de negociación”.

También esa unión de esfuerzos consigue una ”mayor autonomía de decisión” ante el movimiento de capitales especulativos y los intereses contrapuestos de los bloques industrializados, y ampliando su voz en foros y organismos multilaterales.

Respecto del comercio internacional, ambos países confirmaron su intención de seguir las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio sobre ”bases equilibradas”, en particular en el capítulo agrícola, y respaldar la creación de un Area de Libre Comercio de las Américas con equilibrio y flexibilidad.

Este último concepto alude a la necesidad de permitir que la negociación para la integración hemisférica se desarrolle conforme a las condiciones de cada país y cada bloque, una posición que presentó el Mercosur (Mercado Común del Sur), que también integran Paraguay y Uruguay.

Los presidentes resaltaron, además, que la administración de la deuda debe tener como ”horizonte” la creación de riqueza y de puestos de trabajo, la protección del ahorro y la reducción de la pobreza”, tal como planteó Argentina en el último acuerdo que firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ese convenio con el FMI había provocado roces entre ambos gobiernos, debido al malestar de Kirchner por una supuesta falta de respaldo de Lula durante las tratativas, un hecho que quedó superado en un encuentro realizado en septiembre en Nueva York, cuando ambos participaron en la 58 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En ese sentido, el diputado argentino centroizquierdista Carlos Raimundi, de oposición constructiva, según propia definición, y miembro de las comisiones de Relaciones Exteriores y del Mercosur, dijo a IPS que ese desencuentro quedó ”despejado”.

Precisó, además, que las relaciones entre ambos países son mucho más sólidas que con anteriores gobiernos.

En el periodo en que Argentina fue gobernada por Carlos Menem (1989-1999) y Brasil por Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) había ”un discurso integrador, pero una gran desconfianza estratégica”, explicó Raimundi, una situación que ahora ”mejoró con una apuesta geopolítica común”.

”Si bien no se alcanzó la proximidad deseada, hay una tendencia hacia la formación de un eje Brasilia-Buenos Aires, similar al que formaron París y Berlín en la posguerra, y que constituye una apuesta a largo plazo para afrontar una agenda internacional común que debemos inclusive construirla nosotros”, comentó Raimundi.

En una señal de avances en materia de crear consenso entre los dos países, Kirchner informó que examinaron una ”modalidad de trabajo conjunta” en el Consejo de Seguridad de la ONU para el periodo 2004-2006, un asunto que había generado recelos por la resistencia de Brasil a compartir con Argentina un posible lugar en ese organismo.

Kirchner y Lula enfatizaron su compromiso para trabajar en favor del fortalecimiento del orden multilateral en materia de seguridad internacional, y su rechazo al ejercicio del poder unilateral ”incompatible” con los principios de la ONU, particularmente en materia de desarme.

Mientras, en el marco de esta visita los dos mandatarios firmaron acuerdos de cooperación en defensa de la competencia, simplificación de la legalización de documentos públicos y facilitación de actividades empresariales.

Además crearon una comisión de seguimiento del comercio entre ambos países, mecanismos de información sobre tráfico de armas, y firmaron una declaración sobre la preservación del agua dulce como bien público.

En tanto, funcionarios y legisladores de Argentina y Brasil realizaron diversos encuentros de trabajo, para analizar el proyecto de crear el Parlamento del Mercosur, una iniciativa que es resistida por Uruguay, pero que fue defendida por Lula como ”una institución fundamental para dar consistencia y profundidad” al proceso de integración.

Los dos presidentes continuarán sus reuniones este viernes en El Calafate, en la austral provincia de Santa Cruz, de donde es oriundo Kirchner y fue gobernador hasta llegar a la presidencia. (

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