Así como Estados Unidos recibe críticas por debilitar a la ONU con su guerra unilateral contra Iraq, una conferencia internacional sobre el agua en curso en esta ciudad es acusada de tratar de eludir al foro mundial.
Para los activistas representados en el Tercer Foro Mundial del Agua, que comenzó el día 16 y terminará el 23 en las ciudades japonesas de Kyoto, Shiga y Osaka, la agenda mundial que procuran legitimar algunos participantes excede la esfera de acción de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
La principal promesa del Foro consiste en medidas para hacer llegar el agua dulce a los pobres. Según la ONU, 1.100 millones de personas en todo el mundo carecen de agua potable.
Hasta ahora, el asunto más contencioso del Foro ha sido la financiación de futuros proyectos hídricos, que divide a los grupos de la sociedad civil del Consejo Mundial del Agua (CMA), un grupo de expertos independiente y principal organizador del foro.
El Consejo respalda la participación tanto pública como privada en los esfuerzos por resolver los problemas mundiales de agua dulce y es partidario de continuar la construcción de represas para fines de irrigación y generación de energía hidroeléctrica.
Por otra parte, organizaciones ambientalistas, comunitarias y de derechos humanos se oponen a esos proyectos y consideran que el CMA utiliza al Foro Mundial para promover y legitimar el dominio del sector del agua por compañías privadas.
Tomoko Sakuma, del Centro de Japón para el Ambiente Sostenible y la Sociedad, acusó al Consejo de buscar un nuevo nivel de legitimidad a través de la reunión ministerial del Foro.
Más de 100 ministros participarán en una sesión especial al final de la conferencia, que reúne a más de 18.000 personas entre expertos, funcionarios de gobierno y de la ONU, ejecutivos de empresas y activistas de más de 160 países.
El Foro del Agua no es la ONU ni un grupo intergubernamental. No tiene ese poder de legitimación, afirmó Sakuma. Lo que intentan hacer es convertirlo en un foro gubernamental a través de la reunión ministerial, agregó.
Otras organizaciones no gubernamentales (ONG) sugirieron que el CMA, con sede en Francia, intenta alcanzar sus objetivos políticos operando fuera del sistema de las Naciones Unidas.
La Red Internacional de los Ríos, con sede en California, distribuyó un volante titulado ¿Quién está detrás de los foros mundiales del agua? Breve guía para conocer la mafia mundial del agua.
Una red de gabinetes de estrategia, compañías, agencias y grupos de presión intentan controlar el discurso mundial sobre los problemas del agua y sus soluciones, dice el volante.
Agrega que el CMA es un grupo de presión muy influenciado por empresas de ingeniería y construcción, agencias estatales que construyen represas y compañías de suministro de agua.
Public Services International, un sindicato internacional con sede en Francia, consideró que el Consejo está guiado por el afán de lucro y que su objetivo es reestructurar los gobiernos al servicios de las multinacionales del agua, en lugar de ampliar y mejorar los sistemas públicos.
El CMA, a través de su portavoz François Guerquin, replicó que no promueve la privatización del agua, pero que el sector privado está dentro del sector del agua y siempre lo ha estado.
En una declaración sobre asociaciones público-privadas, el Consejo señaló que el éxito o el fracaso del sector del agua en determinado país no tiene nada que ver con su relación de participación pública y privada.
El Foro del Agua es una ocasión de seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada el año pasado en Johannesburgo, Sudáfrica, donde los líderes mundiales acordaron reducir a la mitad para 2015 el número de personas que no tienen acceso a agua potable (1.100 millones) ni a saneamiento adecuado (2.400 millones).
Por ahora, el Consejo no ha logrado conciliar su posición con las ONG. La división se reflejó al final de dos días de discusiones sobre las asociaciones público-privadas para financiar proyectos hídricos tendentes a alcanzar los objetivos de Johannesburgo.
Finalmente, los representantes del sector privado y los de la sociedad civil emitieron dos declaraciones separadas para que la secretaría del Foro las incluya en la declaración final.
