/BOLETIN-DD HH/ REFUGIADOS: ACNUR advierte sobre leyes antiterroristas

Las nuevas leyes antiterroristas de Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña pueden tener «repercusiones negativas» para refugiados y solicitantes de asilo inocentes, advirtió el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

La agencia exhortó a los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas a sujetarse a los tratados internacionales sobre refugiados, que no prevén el refugio de terroristas ni los protegen del procesamiento judicial.

«Por el contrario, esos instrumentos hacen posible y necesaria la identificación de personas involucradas en actividades terroristas, prevén su exclusión del estatuto de refugiados y no los protegen de la justicia ni de la expulsión», dijo el jueves un portavoz de ACNUR.

Estados Unidos y Canadá firmaron el lunes pasado un acuerdo bilateral destinado a mantener a los terroristas y quienes los apoyan fuera de ambos países, que comparten una frontera de 6.400 kilómetros.

La mayoría de los solicitantes de asilo en Canadá proceden de Sri Lanka, seguida por China, Pakistán, Hungría, India y México. La mayor parte de ellos llegan a través de Estados Unidos o de Europa occidental y oriental.

Mientras, los solicitantes de asilo en Estados Unidos proceden principalmente de China, Somalia, Haití, Indonesia, México y El Salvador.

Según el nuevo acuerdo, los refugiados deberán pedir asilo en el país de llegada en tránsito, y no en el país que más les sirva.

En todo el mundo hay más de 21 millones de refugiados y solicitantes de asilo, en su mayor parte procedentes de países azotados por guerras.

Hasta ahora, las políticas de inmigración de Canadá eran consideradas liberales, pero eso dio lugar a acusaciones de que varios grupos terroristas encontraban refugio en ese país norteamericano.

La ley contra el terrorismo aprobada por la cámara baja del parlamento canadiense la semana pasada otorga a los funcionarios de policía y de seguridad nuevas facultades de vigilancia en las fronteras.

Ottawa también restringió sus políticas de asilo y refugiados, y exigió a los extranjeros portar en todo momento una tarjeta plástica de identificación.

Pese al acuerdo bilateral, Canadá se opuso a una propuesta de Estados Unidos de integrar las políticas de asilo de ambos países y establecer un «perímetro de seguridad» en América del Norte.

«El concepto del perímetro no está bien definido», arguyó el canciller canadiense John Manley.

Las nuevas leyes podrían tener consecuencias negativas si negaran acceso a los sistemas de asilo o no previeran salvaguardas suficientes para evitar que los solicitantes sean expulsados antes del debido estudio de sus solicitudes, advirtió ACNUR.

Lo mejor es «tratar las solicitudes de asilo dentro del marco legal definido internacionalmente, y al mismo tiempo corregir las debilidades de los sistemas nacionales de asilo que puedan ser explotadas por terroristas», opinó la agencia.

Al adoptar nuevas medidas para combatir el terrorismo, los gobiernos no deben cometer el error de ignorar las salvaguardas incorporadas en la Convención sobre Refugiados de 1951 y otros instrumentos del derecho internacional, advirtió.

La Convención sobre Refugiados contiene las llamadas «cláusulas de exclusión», que niegan asilo a las personas que cometieron delitos graves.

Así mismo, el pacto permite a los estados miembros, como último recurso, expulsar a aquellos individuos que hayan recibido asilo o refugio si representan una auténtica amenaza para la seguridad nacional.

Desde los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, las autoridades estadounidenses detuvieron a más de 1.200 personas, en su mayoría musulmanes y procedentes de Medio Oriente, en el marco de la investigación de los ataques terroristas.

La negativa de las autoridades a revelar la identidad de muchos de los detenidos o a especificar las acusaciones contra ellos constituye una violación de los derechos humanos básicos, denunciaron organizaciones defensoras de los derechos humanos.

En noviembre, el Congreso aprobó una ley que permite a policías e investigadores interceptar diálogos telefónicos, mensajes electrónicos y otras conversaciones entre sospechosos de terrorismo. La nueva norma también permite detener a inmigrantes sin cargos.

Estados Unidos también planea restringir los controles de inmigración para impedir que potenciales terroristas entren al país, y el presidente George W. Bush aprobó un decreto que permite someter a extranjeros acusados de terrorismo a juicios militares sumarios.

Además, Washington penalizará a aquellos estudiantes extranjeros que permanezcan en Estados Unidos más allá del plazo de sus visas.

Por su parte, Gran Bretaña aprobó normas que permiten encarcelar a extranjeros sin audiencia judicial, si la policía o funcionarios de seguridad los identifican como potenciales terroristas.

Desde los años 70, sucesivos gobiernos británicos han otorgado refugio a perseguidos políticos de Asia y Medio Oriente. Ahora, la mayoría de esos refugiados son llamados «terroristas» por algunos líderes políticos de sus países de origen.

El presidente libio Muammar Gadaffi dijo en noviembre que si el gobierno de Estados Unidos desea atacar a países que otorgan refugio a terroristas, debería empezar por Londres. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/mlm/hd/01

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