Veintiún obras teatrales de todo el mundo estuvieron en escena en Zimbabwe, en el el tercer Festival Internacional de las Artes de Harare (HIFA), en medio de la conflictiva realidad de este país.
En un momento de profunda crisis, «este festival es visto como un símbolo de las cosas buenas de Zimbabwe», dijo Manuel Bagorro, fundador y director del HIFA. «Nuestra misión es entretener, intercambiar ideas y modificar percepciones», sostuvo.
Este objetivo quedó explícito en la selección de las 21 producciones teatrales del festival, que comenzó el día 1 y concluyó el domingo 6. Las obras ofrecieron una amplia variedad de estilos teatrales y orígenes culturales.
La opresión, la pobreza y la dignidad humana estuvieron presentes en las obras zimbabwenses «Witnesses and Victims» (Testigos y víctimas), «My Rights, My Freedom» (Mis derechos, mi libertad), «And the Purple Shall Govern» (Y el púrpura gobernará).
Los mismos temas, pero desde otra óptica, fueron expuestos en la pieza estadounidense «From the Mississippi Delta» (Desde el delta del Mississippi).
«Witnesses and Victims» es una sátira política que explora el polémico tema de la propiedad de la tierra en Zimbabwe y la retórica violenta que lo rodea.
La obra, hablada en parte en dialecto ndebele, se centra en la lucha entre dos ocupantes ilegales de tierra, un veterano de la guerra de liberación y «su mujer», y los caminos que eligen para salir de la pobreza que los rodea.
Con el telón de fondo de un país sumergido en la crisis, el veterano de guerra marcha con las víctimas y los testigos, «en una organización cívica con un noble anhelo de paz y justicia». Su compañera toma otro camino, el del Partido Popular y la ocupación violenta de las tierras de los hacendados blancos.
El enfrentamiento entre los dos personajes protagónicos, que alternan el humor y el drama, se convierte en el vehículo para una inteligente observación de la sociedad zimbabwense.
«And the Purple Shall Govern» también es una obra política que propone una mirada al drama contemporáneo de Africa. El título fue tomado de un eslogan aparecido durante las protestas contra el régimen del apartheid en Sudáfrica, en la década de 1980.
El autor y protagonista es Mark Ashurst, ex corresponsal de los periódicos británicos The Financial Times y The Economist en Johannesburgo y actual editor de noticias económicas de Africa en la BBC de Londres.
La obra examina el modo en que la ficción traspasó los límites de los cuentos sobre Africa y condicionó la mentalidad de los africanos y su concepción del destino del continente.
Ashurst se apoya fuertemente en figuras políticas como el ex presidente sudafricano Nelson Mandela y en referencias literarias como William Shakespeare para sostener que las ficciones largamente sostenidas sobre el apocalipsis y las crisis de Africa se están volviendo obsoletas.
«A medida que la comunicación se abre, aparecen grietas en la vieja forma de ver a Africa», señaló Ashurst.
Acompañado de transparencias, videos y audios, el ensayo visual del periodista concluye que la comunicación, en particular la radio y los teléfonos celulares, permiten que la gente «empiece a contar sus propias historias».
«From the Mississippi Delta» presenta una historia típicamente estadounidense sobre la fortaleza de espíritu de una mujer de origen africano para superar las dificultades.
Tres actrices estadounidenses interpretan a más de 21 personajes —blancos y negros, jóvenes y viejos, hombres y mujeres— para dar vida a la historia de Endesha Ida Mae Holland, mezclada con la música soul del sur de Estados Unidos.
La obra es una adaptación de las memorias de Holland y comienza con una línea que marca el tono de la obra: «El delta del Mississippi donde crecí era un legado de la inferioridad afroestadounidense».
La pieza es por momentos muy dura, sobre todo en las escenas que muestran la violación de la niña Holland a manos de un hombre blanco y la muerte de su madre, quemada viva durante la lucha por los derechos civiles.
Pero «From the Mississippi Delta» también está condimentada con humor y mucho brillo, que se combinan para dejar una profunda emoción en los espectadores.
La vida de Holland, quien fue dirigente del movimiento de derechos civiles de Estados Unidos en 1960, y actualmente es académica, poeta y escritora, constituye un poderoso canto de perseverancia.
«Relegada a una ciudadanía de segunda clase, la doctora Holland tuvo la fortaleza de espíritu para elevarse por encima de ese límite», destacó la actriz Tonye Patano, que interpreta a la madre de Holland, entre otros personajes.
«Dentro del contexto africano, el tema de la opresión y de los pobres luchando por su dignidad pueden tener profundas resonancias para los espectadores zimbabwanos», agregó.
En el HIFA hubo también otras expresiones teatrales estimulantes y entretenidas.
Por ejemplo, la humorística «Born African» (Nacido africano), una serie de improvisaciones a cargo de la compañía Over the Edge, y el unipersonal de culto del australiano Joel Salom garantizaron un espectro estilístico para todos los gustos.
El Festival atrajo a artistas de 35 países que se reunieron con los intérpretes de Zimbabwe en una muestra que incluyó, además del teatro, la música, la danza y las artes visuales. (FIN/IPS/tra- en/fh/mn/dc/aq/cr/01
