DERECHOS HUMANOS-AFGANISTAN: Hazaras masacrados por Talibán

Cientos de personas de la minoría étnica hazara fueron masacrados por fuerzas de Talibán, el grupo islámico que controla la mayor parte del territorio afgano, informó la organización Human Rights Watch (HRW).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe iniciar una investigación de inmediato, según el informe, que incluye testimonios y fotografías de las víctimas en los lugares donde ocurrió la masacre.

El foro mundial también debería investigar otro incidente en que docenas de hombres habrían sido ejecutados por Talibán en mayo, agregó HRW, cuya sede está en Nueva York.

«Una investigación inmediata y exhaustiva podría impedir futuras masacres de civiles afganos. La ONU fracasó en su intención de documentar y llamar a la responsabilidad a los culpables por los abusos en Afganistán», dijo Sidney Jones, directora de HRW Asia.

La instalación de una comisión independiente de investigación, propuesta la semana pasada por la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, insumiría demasiado tiempo, agregó Jones.

«Se requiere un pequeño equipo de expertos que sea desplegado de inmediato», según el informe.

Las dos supuestas masacres ocurrieron en el contexto de la guerra civil de seis años entre el movimiento Talibán, respaldado por Pakistán, y otros grupos que constituyen el Frente Unido Nacional Islámico para la Salvación de Afganistán, apoyado por Rusia, Irán e India y otros gobiernos de Asia Central.

El Frente Unido controla apenas 10 por ciento del territorio afgano, la mayor parte en el nordeste.

Talibán realizó grandes avances en territorio dominado por el Frente Unido el año pasado. Pero el Frente logró algunas conquistas en los últimos dos meses, con la expulsión de Talibán de Yakaolang el 23 de enero y luego con la recuperación de Bamiyan, una capital regional importante, la semana pasada.

La masacre ocurrió, según HRW, en Yakaolang, un poblado en el corazón del área dominada por los hazara, que son acusados de herejía por los clérigos sunitas de Talibán.

Talibán sufrió también derrotas diplomáticas. El Consejo de Seguridad de la ONU dispuso sanciones contra la organización, a instancias de Estados Unidos y Rusia.

Entre esas sanciones figuran un embargo de armas y de entrenamiento militar y un embargo aéreo entre las ciudades controladas por Talibán. También se redujo el nivel de las oficinas diplomáticas del movimiento en el exterior, incluso en la ONU, donde sus oficinas fueron cerradas la semana pasada.

El mayor interés de Washington es presionar a Osama Bin Laden, líder islámico saudí radicado en Afganistán bajo protección de Talibán, acusado de dirigir una vasta red terrorista responsable de ataques devastadores contra blancos estadounidenses en Africa, Europa, el Golfo e incluso en América del Norte.

Pero Jones argumentó que el mundo debería prestar atención a la situación de los derechos humanos dentro de Afganistán tanto como a las amenazas de Talibán contra otros países.

Talibán cometió muchas violaciones de derechos humanos contra las minorías étnicas opuestas a su dominio, como los tayikos y los uzbekos, pero ninguna sufrió tanto como los hazara, según el informe.

La peor masacre fue la cometida por fuerzas de Talibán en agosto de 1998, luego de que sus fuerzas tomaron la multiétnica ciudad septentrional de Mazar-I Sharif.

Por los menos 2.000 civiles, la mayoría hazaras, fueron masacrados por la milicia triunfante, al parecer en represalia por la ejecución en mayo de 1997 de 2.000 prisioneros talibanes a manos de fuerzas hazaras y uzbekas.

El gobierno local instalado por Talibán acusó a los hazaras de infieles y amenazó con matarlos si no se convertían a la versión sunita del Islam. De lo contrario, deberían abandonar el país. Las amenazas originaron un éxodo hacia Hazarajat.

El 28 de diciembre, facciones hazara del Frente Unido avanzaron sobre Yakaolang y expulsaron a las fuerzas de Talibán. Diez días después, Talibán lanzó una ofensiva para reconquistar el área.

Una vez allí, caputraron a unos 300 hombres desarmados, entre ellos empleados locales de organizaciones humanitarias. «Los hombres fueron reunidos en el centro del distrito y otros puntos, y entonces fueron sometidos al pelotón de fusilamiento», afirmaron testigos.

«Las masacres tuvieron al parecer la intención de castigar colectivamente a los residentes sospechosos de cooperar con el Frente Unidos, y de impedir que lo hicieran en el futuro», según el informe.

El mullah (clérigo) Mohamed Omar, líder de Talibán, insistió el mes pasado en que no hubo masacre alguna de civiles. Pero, al mismo tiempo, sus fuerzas impidieron a los periodistas ingresar a la zona.

Las fuerzas del Frente Unido ingresaron a la ciudad de Bamiyan el 14 de febrero, lo que abrió el camino a Yakaolang.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, reclamó el mes pasado a Talibán que tomara «medidas inmediatas para controlar a sus fuerzas» y el inicio de una «urgente investigación». Pero al ONU aún no ha discutido si efectuará una pesquisa, advirtió HRW.

En enero de 2000, Talibán arrestó a varias decenas de hazara, la mayoría ancianos, en las provincias de Baghlan y Samangan, al parecer como rehenes.

En mayo de 2000, unos 31 cadáveres, 26 de los cuales fueron identificados como rehenes, fueron hallados cerca de Robatak. Algunos de los cuerpos mostraban signos de tortura, según HRW. (FIN/IPS/tra-eng/jl/js/mj/hd ip/01

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