CHILE: Lucha electoral llega a emigrantes en Argentina

Chilenos residentes en Argentina desmintieron hoy denuncias de la derecha opositora de que el gobierno y el candidato oficialista Ricardo Lagos financian su traslado a Chile para votar este domingo en la segunda vuelta de la elección presidencial.

El comando del candidato derechista Joaquín Lavín sostiene que el gobierno de Eduardo Frei interviene para favorecer a Lagos en los trascendentales comicios que se realizarán dentro de cinco días.

"Nos hemos movilizado por nuestros propios medios para ejercer nuestro derecho ciudadano, que hasta ahora nos ha sido negado a quienes residimos en el extranjero", respondió en una declaración emitida en Buenos Aires la Federación de Asociaciones Chilenas en Argentina.

Más de un millón de chilenos, que salieron al exilio o emigraron bajo la dictadura del general Augusto Pinochet (1973- 1990), permanecen aún en el exterior, y unos 700.000 residen en la vecina Argentina.

El gobierno reiteró este lunes que garantiza la transparencia de la elección y rechazó la solicitud del comando de Lavín de contar el domingo con un veedor en el centro de acopio y difusión de los resultados electorales del Ministerio del Interior.

Mientras, los partidarios de Lagos aseguran que empresarios derechistas, sobre todo en localidades rurales, presionan a trabajadores, incluso con la amenaza de despido, para obligarlos a votar por Lavín.

En la primera vuelta de las presidenciales, el 12 de diciembre, compitieron seis candidatos y Lagos obtuvo 47,95 por ciento de los sufragios válidos, aventajando apenas por 31.142 votos a Lavín, quien tuvo un apoyo de 47,51 por ciento.

De acuerdo con la Constitución de 1980, los dos postulantes más votados en la primera ronda deben dirimir la elección en una segunda vuelta, mecanismo que por primera vez se aplica en la historia republicana de Chile.

Lagos, un socialista moderado, es candidato de la Concertación por la Democracia, una coalición de los partidos Demócrata Cristiano, Por la Democracia, Socialista y Radical Socialdemócrata que gobierna Chile desde el restablecimiento de la democracia en marzo de 1990.

Lavín, militante de la Unión Demócrata Independiente, es el abanderado de la Alianza por Chile, integrada también por el Partido Renovación Nacional y grupos menores de la derecha chilena.

El virtual empate de la primera vuelta hace que las dos candidaturas extremen sus recursos para conquistar y asegurar votos, con énfasis en un millón de electores que se abstuvieron, votaron en blanco o anularon la papeleta el 12 de diciembre.

En la lucha por ganar apoyo, Lagos obtuvo este martes el respaldo de la Confraternidad Cristiana de Iglesias, conformada por 10 iglesias evangélicas que representan a alrededor de 50 por ciento de los seguidores de ese credo religioso.

El voto de los evangélicos habría favorecido mayoritariamente en la primera vuelta a Lavín, a raíz del apoyo concedido al abanderado derechista por el pastor Salvador Pino, un frustrado candidato presidencial.

Eduardo Cid, vicepresidente de la Confraternidad, afirmó que el electorado evangélico está cambiando su posición en favor de Lagos, en la medida de que dispone ahora de mayores antecedentes sobre Lavín y su condición de miembro del Opus Dei.

El Opus Dei, según Cid, es "una fracción antievangélica, intolerante y antiliberal de la Iglesia Católica Romana", en tanto Lagos "representa una perspectiva consistente y coherente con ensanchar los espacios de libertad para el pueblo evangélico".

El voto de los chilenos residentes en Argentina, Perú y Bolivia, países fronterizos con Chile, surgió como otro frente de batalla, en especial en lo que respecta a los centenares de miles de emigrantes en territorio argentino.

La ley electoral promulgada por Pinochet a comienzos de 1988 no contempla el derecho a voto para los residentes en el exterior, pero miles de emigrantes cruzaron la frontera desde aquel año para inscribirse en los registros electorales.

La asociación de residentes en Argentina señaló que su movilización es "espontánea y autónoma", apoyada financieramente por la solidaridad de cientos de chilenos residentes en Europa y América del Norte.

La entidad fustigó a la derecha, advirtiendo que "nadie debe temer la libre expresión de la voluntad soberana de los ciudadanos chilenos, residan dentro o fuera del país" y la emplazó a legislar para que los residentes en el exterior tengan derecho a voto.

Según dirigentes del Partido Renovación Nacional, se está utilizando la "maquinaria estatal" a través de la cancillería para financiar el traslado a Chile de 20.000 partidarios de Lagos residentes en Argentina.

El ministro de Relaciones Exteriores, Juan Gabriel Valdés, desestimo la denuncia y la atribuyó el "estrés electoral" que padecerían los dirigentes derechistas en esta fase culminante de la campaña. (FIN/IPS/ggr/ff/ip/00

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