/BOLETIN-DD HH/ CHILE: Todos los hijos son iguales

La entrada en vigor de la Ley de Filiación puso fin esta semana en Chile a la discriminación entre hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio.

La ley, que cobró pleno vigor el miércoles, fue promulgada por el presidente Eduardo Frei en octubre de 1998 luego de una larga tramitación legislativa del proyecto enviado al parlamento por su antecesor Patricio Aylwin (1990-1994).

Hasta ahora, en las inscripciones de los nacimientos en el Registro Civil quedaba consignada la condición de "ilegítimos" para las niñas y niños nacidos al margen de una relación matrimonial y no reconocidos por sus progenitores.

La nueva legislación termina igualmente con la calificación de hijos "naturales", para aquellos menores que, habiendo nacido al margen de una relación matrimonial, fueron reconocidos por sus dos progenitores o uno de ellos.

Los hijos "ilegítimos" y "naturales" no sólo enfrentan el estigma de esa calificación, sino que además son discriminados o excluidos en instituciones educativas y militares, así como en asociaciones regidas por cánones conservadores.

La ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Josefina Bilbao, señaló que la Ley de Filiación pone término a una grave injusticia por la cual los hijos pagaban las consecuencias de actos o decisiones de sus padres.

De acuerdo a las estadísticas del Registro Civil, en 1998 nacieron en Chile 116.352 menores fuera de matrimonios constituidos legalmente, lo cual equivale a 45,8 por ciento del total de inscripciones de nacimientos.

De ese número, 85.488 fueron reconocidos por ambos padres, 30.251 sólo por la madre y 441 únicamente por el padre, para ser catalogados como "naturales", en tanto los "ilegítimos", sin reconocimiento de sus dos progenitores, fueron 352.

Los hijos fuera del matrimonio son un fenómeno en constante crecimiento en Chile. En 1985 su número equivalía a 30 por ciento del total de nacimientos, para aumentar a 40,4 por ciento en 1995, estimándose que este año superará 46 por ciento.

El predominio de reconocimientos por parte de ambos padres refleja, según los expertos, un cambio cultural en la sociedad chilena, en que muchas parejas asumen un proyecto de vida en común que no pasa necesariamente por el matrimonio.

Chile es el único país entre las llamadas democracias occidentales que carece de una ley de divorcio vincular, lo cual repercute en el aumento de las llamadas familias "de hecho" y de los hijos clasificados hasta ahora como "naturales".

Muchas personas que fracasan en un primer matrimonio se ven impedidas de disolverlo legalmente, ante lo cual optan por establecer otra relación y crear un nuevo núcleo familiar con hijos reconocidos por ambos progenitores.

En cambio, los 30.251 casos de hijos reconocidos en 1998 sólo por la madre responden, por lo general, a relaciones cruzadas por conflictos, como relaciones extramatrimoniales, abandono y maternidad precoz.

La ministra Bilbao indicó que en ese aspecto la Ley de Filiación es también una normativa que promoverá la paternidad responsable, ya que incluye procedimientos para reclamar el reconocimiento e identificar al padre.

El Servicio Médico Legal contará con el mandato normativo y los recursos presupuestarios para determinar los progenitores de una persona a través del código genético o ADN, en casos de conflicto por el reconocimiento de un hijo.

Esto contribuirá a hacer efectiva la igualdad de derechos y a terminar con las discriminaciones que sufren los hijos "naturales" e "ilegítimos" en el acceso a pensiones alimenticias y el derecho a herencia, entre otros asuntos.

La ley facilitará a través del Instituto Médico Legal y las Corporaciones de Asistencia Judicial el acceso a medios científicos y legales de la población de bajos ingresos para garantizar los derechos de los niños.

Los 12 meses que demoró la entrada en vigencia de la nueva ley se destinaron a capacitar en la aplicación de sus normas tanto a los funcionarios del Registro Civil como del Instituto Médico Legal y de los ámbitos judiciales.

Paulina Araneda, psicóloga del Sernam, dijo que la Ley de Filiación consagra derechos básicos para los niños hasta ahora desconocidos en Chile y que el cese de la discriminación influirá en un mejor desarrollo de los menores.

Con esta legislación, el Estado chileno materializa igualmente compromisos contraídos al ratificar la Convención Internacional de los Derechos del Niño y la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos. (FIN/IPS/ggr/mj/hd/99

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