TRABAJO: Mujeres condenan guerras y violencia contra sindicatos

La Conferencia Mundial de Mujeres reclamó hoy en su última jornada la liberación de Dita Sari, una sindicalista indonesia presa, y condenó todas las guerras y el asesinato de un sindicalista en Brasil.

La reunión, promovida por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), deploró el creciente número de conflictos cuyo mayor impacto cae sobre las mujeres, los niños y los ancianos.

La conferencia acompañó así a Rigoberta Menchú, líder indígena guatemalteca y Premio Nobel de la Paz en 1992, que condenó el miércoles tanto la limpieza étnica, que "debe ser erradicada del mundo", como los ataques a Yugoslavia, justificada por sus gestores por la constatación de esa práctica contra los albaneses de Kosovo.

Las sindicalistas reclamaron negociaciones conducidas por Naciones Unidas, pero pidiendo también su reforma para fortalecer su capacidad para prevenir conflictos.

En realidad, entre los representantes de 89 países en la conferencia no hubo consenso en condenar los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia, reconoció Nancy Riche, presidenta del Comité Femenino de CIOSL y de la reunión.

Pero las sindicalistas coincidieron en rechazar cualquier guerra, y advirtieron que las mujeres constituyen la principal víctima de todas los conflictos armados.

En su discurso, Menchú consideró el conflicto de Kosovo la prueba del "fracaso de las Naciones Unidas", al no evitar la trágica situación de la población de los Balcanes.

Las sindicalistas decidieron intensificar la campaña por Dita Sari con movilizaciones, cartas al gobierno indonesio y otras formas de presión.

Sari, líder del Centro de Luchas Laborales de Indonesia, de 27 años, fue condenada en 1996 a cinco años de cárcel tras encabezar una huelga de 20.000 trabajadores por mejores condiciones y salarios.

Es un símbolo de la violencia y arbitrariedades que an sufren los sindicalistas en muchas partes del mundo, señaló Nancy Riche.

La Conferencia Mundial de Mujeres cumplió un minuto de silencio en protesta por el asesinato el jueves de Euclides Francisco de Paulo, presidente del Sindicato de Trabajadores Rurales de Parauapebas, en un área de muchos conflictos y muertes por la tierra en el norte de Brasil.

La reunión también manifestó su pesar por la muerte del italiano Massimo D'Antona, consejero del Ministerio del Trabajo, abogado vinculado a las causas de los trabajadores. (FIN/IPS/mo/mj/lb ip/99

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