/BOLETIN-DD HH/ KOSOVO: ONU averiguará la verdad sobre denuncias de atrocidades

Una misión enviada por la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Mary Robinson, procurará verificar en Kosovo los informes sobre una campaña sistemática de purificación étnica realizada por fuerzas militares y paramilitares serbias.

Robinson declaró ante la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que los reportes de las supuestas atrocidades resultan indignantes.

Pero la funcionaria observó que se hace necesaria una "verificación imparcial de las acusaciones" debido a la gravedad de los informes recibidos.

Robinson se había declarado el miércoles "horrorizada" por los informes de asesinatos de defensores de derechos humanos, intelectuales y líderes políticos de la comunidad albanesa de Kosovo.

Las versiones sobre las supuestas operaciones de limpieza étnica en Kosovo surgieron principalmente de los países miembros de la Alianza Atlántica, en coincidencia con el ataque aéreo que ese bloque lanzó la semana pasada contra posiciones militares yugoslavas.

La Alta Comisionada anunció el jueves, en una sesión especial de la Comisión dedicada a la situación Kosovo, que enviará la semana próxima a esa región al Relator Especial sobre la ex Yugoslavia, Jiri Dientsbier, y a su representante personal, Michel Moussalli.

Robinson encomendará al personal de su oficina destacado en la región que entreviste a refugiados y a otras personas desplazadas para establecer una evaluación de la situación de los derechos humanos prevaleciente en Kosovo.

El relator Dientsbier dijo ante la Comisión que llegan rumores de Kosovo sobre matanzas, destrucción de aldeas, clausura de periódicos y actuaciones de bandas armadas. Esas versiones, sostuvo, no se pueden confirmar.

Sin embargo, Robinson y Dientsbier manifestaron que el 25 de marzo, en Pristina, hombres armados irrumpieron en el domicilio del abogado defensor de los derechos humanos Bajram Kelmendi.

El grupo de desconocidos asesinó al jurista de la comunidad albanesa y a sus dos hijos, de 30 y 16 años.

En una réplica a Robinson, el primer viceministro de Asuntos Extranjeros de la Federación Rusa, Vassili Sredin, dijo ante la Comisión que la tragedia humanitaria no se limita a Kosovo sino que se extiende a todo el territorio de Yugoslavia.

Sredin pidió que la Comisión manifieste también su preocupación por las víctimas civiles que causan los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que superan los 1.000, afirmó.

El funcionario ruso informó de una reunión sostenida este jueves en Belgrado entre el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, y Rugova para analizar las medidas que deberán adoptarse para detener los bombardeos.

La "agresión flagrante" contra Yugoslavia demuestra la nueva concepción estratégica de la OTAN que consiste en el uso de la fuerza más allá de su zona de influencia, dijo Sredin.

El vicecanciller ruso advirtió que el ataque de la Alianza Atlántica "está socavando el orden mundial". "Si no ponemos fin a la agresión, los golpes de la OTAN serán las campanadas que anuncien la destrucción de la ONU", previno.

El movimiento de refugiados es una consecuencia de los bombardeos de la OTAN, afirmó. Un día antes de la iniciación de los ataques aéreos, sólo 25 personas habían cruzado la frontera entre Kosovo y Albania, alegó Sredin.

La Oficina del Alto Comisionada de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dijo que en la última semana la situación en Kosovo ha evolucionado "más rápido de lo que se podía esperar".

Desde el 22 de marzo huyeron de Kosovo hacia los países vecinos más de 155.000 personas, aseguró Jan Petersen, asistente de la Alta Comisionada.

Unas 100.000 personas ingresaron a Albania, 30.000 a Macedonia y 27.000 a Montenegro, especificó.

En la tarde de este jueves, dos trenes llegaron a dos kilómetros de la frontera entre Kosovo y Montenegro, llevando entre 12.000 y 15.000 refugiados, dijo el funcionario de ACNUR.

Petersen dijo a la Comisión que los refugiados entrevistados por personal de ACNUR relataron que efectivos serbios los habían obligado a abandonar sus residencias bajo amenaza de muerte.

En los últimos días, manifestó, se los fuerza a subir a los trenes y marcharse, para luego desvalijar las viviendas abandonadas e incendiarlas.

El fenómeno, que amenaza la estabilidad de los países vecinos, representa la violación de los derechos humanos más grave desde que estallaron hace ocho o nueve años los conflictos en la ex Yugoslavia, evaluó el funcionario de ACNUR. (FIN/IPS/pc/dg/ip-hd/99

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