/BOLETIN-DD HH/ CHINA: Beijing confía en evitar reprimenda de la ONU

La confirmación de que estados Unidos intentará nuevamente que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condene a China por sus violaciones a los derechos humanos molestó a Beijing, pero no disminuyó su confianza en que saldrá airosa de su batalla anual en ese plano en el foro mundial.

En una visita histórica a Beijing el año pasado, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, elogió al presidente chino, Jiang Zemin, como un político con visión.

Este año, Clinton cedió a la presión de las dos cámaras del Congreso, que resolvieron por unanimidad procurar una resolución contra el historial de derechos humanos de China en la reunión de la Comisión de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que se está celebrando en Ginebra.

El anuncio, hecho por la Casa Blanca el fin de semana, enfureció a Beijing.

En 1998, China evitó que se emitiera una resolución crítica en la reunión de la comisión al involucrarse en un diálogo sobre derechos humanos con varios países de la Unión Europea.

Un portavoz de la embajada del país asiático en Estados Unidos describió el nuevo intento de Washington como un "paso atrás".

"Hicieron esto siete veces y siete veces fallaron. Si lo intentan de nuevo, con certeza fallarán otra vez", dijo Yu Shuning. "Pedimos al gobierno estadounidense que cambie esta decisión equivocada", señaló.

Beijing confía en que escapará de la censura formal en la reunión de este año en Ginebra, consiguiendo el apoyo necesario, como lo hizo una y otra vez entre 1990 y 1997.

China ya tiene el apoyo de la Unión Europea (UE), que rechazó la moción estadounidense.

Los cancilleres de los 15 países del bloque europeo optaron por continuar el diálogo sobre derechos humanos con Beijing, que, para países como Gran Bretaña y Francia, comenzaron a dar frutos.

La decisión de la UE fue bienvenida por Jiang, que recorre Europa mientras la Comisión de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se reúne en Ginebra.

Al hablar en diferentes ocasiones en Austria, Italia y Suiza, Jiang recalcó la importancia de la sociedad entre China y la UE.

Atribuyó la diferencia de opiniones sobre derechos humanos entre los países occidentales y China a razones históricas y culturales.

"La diferencia de opiniones tendría que tratarse a través del diálogo y no debería afectar la cooperación bilateral amistosa", dijo Jiang al presidente austríaco, Thomas Klestil, en Viena.

Sin embargo se contradijo en Berna, donde manifestantes por los derechos humanos interrumpieron una ceremonia en su honor.

Molesto porque el gobierno suizo no había tomado medidas para evitar que esto sucediera, Jiang se burló en la ceremonia y señaló que ese país europeo había "perdido a un buen amigo".

La decisión estadounidense de reavivar la tradición de criticar a China en la reunión de Ginebra es consecuencia de la renovada represión de los dirigentes comunistas asiáticos a la disidencia.

Desde el año pasado China persigue a los líderes del proscrito Partido Democrático opositor, castiga severamente el uso de Internet y de los medios de comunicación como herramientas políticas y trata duramente a su minoría cristiana.

"Somos testigos de la más dura represión en China desde 1989" (año de la masacre de los manifestantes por la democracia en la plaza de Tiananmen), dijo Xiao Qiang, director ejecutivo de Derechos Humanos en China, una organización independiente con sede en Nueva York.

Esta organización criticó la decisión de la UE de no apoyar una resolución contra China en Ginebra, y dijo que el bloque europeo confunde gestos simbólicos, como enviar disidentes de prisión al exilio, con esfuerzos genuinos por mejorar la situación de derechos humanos en China.

Un diplomático asiático en Beijing concordó con esa opinión, al afirmar que la UE "prefiere hablar en lugar de actuar".

"China firmó los dos tratados de la ONU sobre derechos humanos y fue aplaudida en todo el mundo, pero pueden pasar años antes de que el parlamento los ratifique, y sin duda los implementará como crea más conveniente", indicó.

China se sumó a los suscriptores de los dos principales tratados internacionales sobre derechos humanos. Firmó la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos el año pasado, tras unirse al tratado sobre derechos económicos, sociales y culturales en 1997.

En la conferencia de prensa anual luego del cierre de la sesión del parlamento este mes, el primer ministro chino Zhu Rongji defendió los antecedentes de su país en materia de derechos humanos.

Admitió que el historial de China no es perfecto pero atribuyó los errores a la larga historia nacional como "sociedad feudal y dictatorial".

"¿Cómo podríamos resolver todos los problemas acumulados en varios miles de años de gobierno feudal en sólo 50 años?", preguntó.

Después de invitar a todos "los amigos extranjeros a criticar" su trabajo, Zhu les advirtió que no apoyaran "a los llamados activistas por la democracia".

"Si estas personas regresaran a China, no habría sistema legal, democracia ni respeto por la ley", dijo.

"No sería la situación que ustedes imaginan", agregó Zhu, que probablemente trate temas de derechos humanos nuevamente en su viaje a Estados Unidos la próxima semana. (FIN/IPS/tra-en/ap-hd/ab/js/at-dg/ip-hd/99

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