/BOLETIN-CIUDADES DEL MERCOSUR/ COMUNICACION: Desafíos de la globalización en periodismo

La globalización económica y la revolución digital crearon nuevos desafíos a la prensa, modificaron el papel social de los periodistas -alterando el resultado de su labor- y pusieron fin a algunas certezas.

Estas fueron conclusiones del seminario "Globalización de la información" realizado el miércoles en Buenos Aires por el Centro Latinoamericano Freedom Forum y la agrupación Periodistas de Argentina.

La directora de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, Margarita Graziano, advirtió que "la resignación con que se acepta un fenómeno histórico como es la globalización es atroz".

La académica sostuvo que existe una "sobresaturación" de información, y al mismo tiempo un extrañamiento de los individuos que observan cómo los medios tratan asuntos cada vez más alejados de su realidad cotidiana.

Otro de los expositores, el director del mensuario francés Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, definió a la globalización como el fenómeno mundial más importante del fin de siglo, que impone una dinámica dominante a los acontecimientos.

Ese proceso estuvo acompañado por un cambio tecnológico caracterizado por la informatización creciente y por una revolución digital que permitió que por un mismo canal se reciba texto, imagen y sonido a la velocidad de la luz, dijo.

"Antes la industria era específica de cada sector, había empresas de medios gráficos, audiovisuales y radiales, ahora los medios son de megagrupos: dueños de teléfonos, ordenadores, televisión, radio y diarios", especificó.

Para Ramonet -autor del libro "La tiranía de la comunicación" y "Un mundo sin rumbo" entre otros- los criterios de la comunicación publicitaria están dominando la actividad informativa que debería ser más neutra.

Cada vez más se requiere de información rápida, divertida y en fragmentos, presentada en forma muy sencilla para abarcar la mayor cantidad posible de público. "El aburrimiento pasó a ser el enemigo número uno" de los medios, ironizó.

Además, con la enorme oferta que se genera a partir de las redes como Internet y la difusión y diversificación de medios, la información es hoy "sobreabundante" como nunca lo había sido antes en la historia de la comunicación.

Esta nueva oferta no implica mayor información. No sólo la gente se siente apabullada por el exceso y se aleja de los medios, sino que la rapidez atenta contra la veracidad, impidiendo a los periodistas confirmar y chequear los datos.

El analista político y encuestador Rosendo Fraga, presente en el seminario, observó que de la edición dominical de los principales diarios de Argentina, ocho de cada 10 lectores leen títulos y solo uno de 14 lee los artículos completos.

"A los cuatro elementos de la naturaleza, agua, aire, fuego y tierra, habría que agregar hoy la información", señaló Ramonet y dijo que está probado que el diario estadounidense The New York Times del domingo trae más información de la que recibía una persona en el siglo XVIII a lo largo de un año.

Otra característica de la información en la actualidad es la rapidez. La exigencia de los nuevos medios es la de la "instantaneidad" -señaló-, un hecho que transforma al periodista en un "mero transmisor" que no puede verificar la veracidad de lo que se presenta como "la realidad".

En principio, Ramonet cree que un buen periodista debe siempre dudar de lo que ve. "No siempre estar significa saber, como creíamos hasta hace muy poco en periodismo. Tampoco es seguro ya que asistir al acontecimiento en directo sea informar al público".

Actualmente, explicaron los disertantes en el seminario, muchos medios creen que con un enviado especial se garantiza la cobertura de la información, y no siempre estar significa saber. Se requiere un trabajo más complejo de elaboración periodística que hoy parece extinguirse.

A juicio del director de la publicación francesa, estas cualidades de velocidad y simpleza, de escasez de análisis, producen la "infantilización" de la información, y transforman la tarea del periodista que apenas está para "mostrar" lo que pasa.

Estas exigencias de los nuevos medios periodísticos surgidos de la fusión de grandes empresas de telecomunicaciones no garantizan entonces que la sociedad esté informada, ni mucho menos que se le transmita la verdad de los acontecimientos, sostuvo Graziano.

Pero como contrapartida a estos riesgos, también Ramonet destacó que ya no es seguro que la propiedad y el manejo monopólico de los medios traigan como resultado la manipulación de la opinión pública.

"Asistimos al surgimiento de una sociedad hiperinformada, pero que se muestra mucho más sofisticada de lo que se creía. Por eso hoy controlar los medios no implica necesariamente controlar las mentes", opinó el experto, y expresó su confianza en la independencia de la opinión pública. (FIN/IPS/mv/dg/cr/99)

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