/BOLETIN-CIUDADES DEL MERCOSUR/ COLOMBIA: El fútbol, nuevo foco violento

Los enfrentamientos entre partidarios de Millonarios e Independiente de Santa Fe, los principales equipos de fútbol de la capital de Colombia, constituyen un nuevo frente de violencia en una sociedad ya saturada de ella.

Disturbios causados por las barras 'Comandos Azules Número Trece', de Millonarios, y 'La Guardia Roja', de Santa Fe, pusieron en alerta a la comunidad y las autoridades bogotanas ante la violencia que ronda este deporte.

La celebración de los dos últimos encuentros jugados por Millonarios y Santa Fe dejó un saldo de 90 jóvenes de entre 14 y 20 años detenidos, cuyos padres debieron afrontar demandas por delitos contra bien ajeno y contravenciones.

La situación en Bogotá es comparada con la que vive Argentina, donde el juez Víctor Perrota debió suspender en febrero los torneos de la divisón de ascenso por sangrientos enfrentamientos ocurridos entre miembros de las llamadas "barrabravas".

Perrota, quien estuvo en Colombia la primera semana de marzo y presenció un partido entre Millonarios y Santa Fe, dijo que la situación aún no era tan crítica como la de su país, pero "hay necesidad de controlar pronto los síntomas".

Para Francisco Miranda, columnista del Diario El Tiempo (el de mayor circulación nacional), "pintarse la cara de un color es marcar la diferencia con el otro, pero agredirlo es crear un espiral de violencia, algo frecuente en este país".

Entre enero de 1998 y febrero pasado 2.425 personas fueron secuestradas como consecuencia de acciones de grupos insurgentes, paramilitares de derecha y de delincuencia común.

A los 16 estadios construidos por administraciones oficiales concurren cada miércoles y domingo los hinchas de igual número de clubes rentados que disputan el campeonato profesional de la primera división.

Los espectadores pagan entradas que van de cinco a diez dólares.

Según estadísticas de la División Mayor de Fútbol (Dimayor), el ingreso de público al estadio bogotano El Campín disminuyó 47 por ciento entre 1997 y el año pasado. En 1998 el promedio de espectadores fue de 20.000 personas por partido.

El periodista deportivo Edgar Marín dijo a IPS que "ya no es posible llevar niños y mujeres al estadio, por temor a esos hinchas que dicen respaldar a su equipo hasta morir".

Indicó además que en el estadio se escucha con frecuencia que "las barras son patrocinadas por algunos directivos de los equipos de la capital".

Representantes de Millonarios y Santa Fe desmintieron a IPS estas afirmaciones y coincidieron en "aplaudir" las acciones de la policía contra la alteración del orden público.

Antes y después de cada encuentro, el subcomandante de la Policía de Bogotá, coronel Alberto Ruiz, se encarga de invitar a los dirigentes deportivos y a los miembros de las barras a "buscar un espacio para la paz".

En opinión de Jorge Correa, presidente de la Dimayor, la violencia de las barras es un problema "supremamente complicado y exigente, que se debe cuidar porque con él se puede acabar el fútbol".

Correa indicó que "Colombia es un país sensible que no resiste más violencia, es una verdadera desgracia tener que soportarla en este espectáculo".

En el pasado el narcotráfico golpeó las filas de la selección nacional de fútbol luego de su eliminación en el Mundial de Estados Unidos, en 1994.

Tras errar un tiro penal, el jugador Andrés Escobar (delantero del equipo) fue asesinado el 2 de julio de ese año, al retornar al país luego de que su selección fuera eliminada del campeonato.

Por este asesinato fue condenado el conductor de un señalado miembro del desmantelado Cartel de Medellín de la cocaína.

Por otra parte, la financiación de varios equipos por los narcotraficantes dejó al descubierto una amplia participación de este sector delictivo en el fútbol colombiano.

Como titular de las acciones del Independiente Santa Fe figuraba César Villegas, hoy preso por los delitos de enriquecimiento ilícito y testaferrato.

Parte de los bienes del club Los Millonarios fue expropiada al comprobar las autoridades judiciales que provenían de la fortuna del extinto narcotraficante Gonzalo Rodríguez, uno de los cabecillas del Cartel de Medellín.

Líderes de las barras llamaron a sus compañeros a la cordura y pidieron que en los próximos encuentros "la tolerancia permita disfrutar del espectáculo más grande del mundo".

Este jueves santo Jairo Useche, capellán de Millonarios, ofreció un almuerzo a integrantes de las barras de su equipo y de clásico rival Independiente de Santa Fe. La suma recaudada, a razón de ohco dólares po cmensal, será entregada a los niños desamparados de Bogotá.

Por otra parte, la administración de El Campín (también escenario de conciertos musicales) lleva a cabo desde el año pasado un plan llamado Paz, en el marco del cual se imparten charlas a los protagonistas de las arengas a los equipos.

Mientras tanto, en las calles de toda la ciudad sus compañeros de "barra" continúan plasmando graffitis azules y rojos a nombre de Los Comandos y La Guardia (FIN/IPS/mjll/dg/sp-pr/99

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