CHILE: La derecha y Pinochet, un amor sin barreras

La reacción de la derecha en Chile ante el arresto en Londres del general Augusto Pinochet ratificó el liderazgo del ex dictador sobre aquel sector, más allá de distanciamientos observados en las últimas semanas.

"Es un amor sin barreras", comentó Carla Rojas, una estudiante universitaria a propósito de la relación entre la derecha y Pinochet, recordando el título con que se exhibió en los años 60 en América Latina el filme "West Side Story".

El diputado socialista Juan Pablo Letelier calificó de "histéricos" los gestos de rechazo de los partidos de la oposición derechista y los seguidores del ex dictador a la detención preventiva de éste en Gran Bretaña.

El arresto comenzó en la medianoche del viernes y fue ordenado por el juez británico Nicholas Evans, a raíz de una petición de los magistrados españoles Baltazar Garzón y Manuel García Castellón.

La detención del hombre que gobernó con mano de hierro en Chile desde septiembre de 1973 y marzo de 1990 se originó en 1996, cuando en España se abrió una investigación sobre el ex dictador, acusado de genocidio y terrorismo internacional.

Garzón planea interrogar al general retirado en Londres, una vez que lo autoricen las autoridades británicas, y es probable que luego pida su extradición a España, para que responda por el asesinato y desaparición en Chile de unos 80 ciudadanos españoles.

La derecha, las Fuerzas Armadas y los senadores designados que representan a los organismos castrenses, afirman que el arresto de Pinochet es un "asunto de Estado" y que Gran Bretaña y España violaron la soberanía de Chile.

El gobierno de Eduardo Frei y los partidarios de Pinochet alegan que el anciano general, que cumplirá 83 años en noviembre, goza de inmunidad diplomática en virtud del pasaporte oficial que porta como senador vitalicio.

Letelier calificó de "histérica" la amenaza de los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (PRN) y de algunos senadores designados de boicotear el funcionamiento del parlamento chileno mientras Pinochet permanezca retenido.

Si la oposición derechista materializa esa amenaza, cobraría vigencia automáticamente el proyecto de ley de presupuesto fiscal de 1999 enviado por Frei al Congreso, ajustado a la estrategia para enfrentar el impacto de la crisis internacional en Chile.

Otras iniciativas legales serían aprobadas sin contrapeso por la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados, pero tal vez no alcanzarían el quorum necesario para su tramitación en el Senado, donde hay un equilibrio de fuerzas con la derecha.

La "histeria" derechista se descargó así mismo contra las representaciones diplomáticas de Gran Bretaña y España, cuyas sedes están en los municipios santiaguinos de Providencia y Las Condes, ambos encabezados por alcaldes de la UDI.

El jefe del municipio de Las Condes es el precandidato presidencial Joaquín Lavín, en tanto Providencia tiene como alcalde al coronel retirado Cristián Labbé, viceministro durante la dictadura de Pinochet.

Lavín y Labbé decidieron eliminar los sitios exclusivos para estacionamiento de automóviles otorgados a las embajadas de España y Gran Bretaña y les suspendieron a ambas sedes diplomáticas los servicios de recolección de basura.

Los máximos dirigentes de la UDI y el PRN viajaron el domingo a Madrid, Londres y otras capitales europeas para tomar contacto con gobiernos, políticos conservadores y juristas, con el fin de denunciar supuestos atropellos a la soberanía chilena.

La derecha insiste en que su posición es de principios, va más allá de la figura de Pinochet y apunta a impedir que se produzca un precedente de violación de la inmunidad diplomática por parte de estados poderosos en contra de países pequeños.

"Si se acepta esto, si el día de mañana se abre un juicio contra Fidel Castro en Estados Unidos, éste podría ser detenido si viaja a una reunión de Naciones Unidas en Nueva York", advirtió el abogado y ex senador del PRN Miguel Otero.

El tema abrió un intenso debate jurídico en Chile en torno del fuero diplomático, la impunidad para acusados de crímenes de lesa humanidad y el carácter universal de la defensa de los derechos humanos.

Más allá de ese debate, este episodio marca un reencuentro de la derecha chilena con un Pinochet que desde su lecho-prisión de convalesciente en Londres se proyecta como un líder aún sin herederos consagrados.

Un escenario poco imaginable hasta hace dos semanas, cuando la UDI y el PRN se distanciaban del ex dictador, quien apuntaba a privilegiar en las elecciones presidenciales de 1999 un apoyo de la derecha al demócrata cristiano Andrés Zaldívar.

Para Pinochet y sus seguidores más cercanos, Zaldívar, actual presidente del Senado, constituía la mejor carta para frenar, en el interior de la actual coalición de gobierno, el previsto triunfo en las presidenciales del socialista Ricardo Lagos.

Los remezones que provocaron estas maniobras del pinochetismo "duro" en la derecha están por ahora archivados y lo más probable es que no vuelvan a aflorar en futuros escenarios, que estarán marcados por el arresto del ex dictador. (FIN/IPS/ggr/ff/hd-ip/98

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