(Arte y Cultura) AMERICA LATINA: El mundo de los mayas, en Venecia

El mundo de los mayas, una civilización perdida que utilizó el cero y el calendario de 365 días entre sacrificios rituales humanos y guerras encarnizadas, será presentado a Venecia en septiembre, en una exposición.

Será un viaje en el tiempo a un reino sagrado de violencia y magia en América Central y en el actual territorio de México, un pueblo de cuya organización social sólo quedaban ciudades abandonadas al llegar Cristóbal Colón.

En los vastos territorios de América Central y del Norte, pueblos y culturas diferentes (olmecas, mayas, toltecas, aztecas) dieron vida a una civilización evolucionada y después perdida que nació en el segundo milenio antes de Cristo.

Sus secretos comenzaron a salir a la luz en la deécada de 1960, cuando científicos rusos lograron desvelar el alfabeto maya.

La exposición presentará esta civilización a través de 600 piezas procedentes de México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Belice y también de museos de Londres, Estados Unidos y Alemania, que se ubicarán en los 4.000 metros cuadrados del Palazzo Grassin.

La exposición comenzará el 4 de septiembre con una gran fiesta reservada al mundo de la política y de la cultura. Habrá otras cinco ceremonias de inauguración. Permanecerá abierta al público del 6 de septiembre al 6 de mayo de 1999.

Como muchos ahora, los mayas, que por naturaleza tenían nariz larga, se sacrificaban en pos de los cánones de belleza imperante en esa época. A los recién nacidos les ceñían una estrecha faja en la cabeza para que, una vez endurecidos los huesos, el cráneo quedara oblongo, casi como una pera.

Usaban otras técnicas para provocar algo que hoy se considera un defecto, el estrabismo, concebido entonces por los mayas como señal de posesión de un poder mágico.

Al mismo tiempo, se limaban los dientes en forma de punta y los decoraban con pequeñas piedras coloreadas para romper la monotonía del blanco. Insertaban anillos en la nariz para sostener plumas coloridas y otros en el labio inferior.

En los años 60, un equipo de estudiosos rusos logró descifrar su alfabeto, escondido en una espléndida maraña de bajorrelieves y frescos, con los que decoraron hasta lo inverosímil sus lugares sagrados en los 350.000 kilómetros cuadrados que cubría el reino maya.

Se supo entonces que a menudo, el cetro del rey pasaba durante siglos de padre a hijo, pero que también existía el golpe de estado a cargo de sacerdotes que entonces tenían siempre estrechos vínculos con el poder.

A los artesanos, comerciantes y artistas, se les marginaba de toda decisión política que influyera en sus vidas.

Los sacerdotes profesaban una religión basada en la astrología, que invadía totalmente la vida de la gente, sometida a los que tenían el monopolio de la lectura de los astros y del cielo.

Las muestras más importantes de la civilización maya se ubican en las regiones mexicanas de Yucatán y Chiapas y en Honduras, llamado el triángulo de oro del gran turismo arqueológico mundial.

La revelación del alfabeto sirvió para comprobar la inexactitud de las hipótesis tejidas hasta entonces en torno de los mayas, que eran considerados uno de los pueblos más pacíficos del planeta.

Los signos desentrañados mencionaban, por el contrario, sacrificios humanos, corazones extraídos, guerras y encarnizadas luchas por el poder. Se hacían, por ejemplo, sacrificios humanos al sol, para asegurarse de que apareciera al día siguiente.

Obras monumentales como las pirámides y los santuarios mayas, que los arqueólogos continúan aún hoy disputando a la selva que los oculta, están manchados por la sangre de miles de obreros muertos en su construcción. (FIN/IPS/jp/mj/cr/98

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