Un grafito en una céntrica calle de la capital de Colombia refleja el ánimo de cambio que fue clave del triunfo electoral del conservador Andrés Pastrana: "Estamos hasta el cogote de Bolillo y Bojote".
Estos son los motes familiares del técnico del seleccionado nacional de fútbol, Hernán Gómez, y el presidente Ernesto Samper.
En una caligrafía irregular y apresurada, la leyenda callejera sintetiza la animosidad política y deportiva que embarga a los colombianos, cuya atención oscila entre las expectativas por el gobierno que se iniciará el 7 de agosto y la suerte del equipo que compite en el Campeonato Mundial de Fútbol de Francia.
En un inevitable parangón entre fútbol y política, los partidarios de Pastrana prolongaron este lunes la celebración del triunfo del candidato de la Gran Alianza por el Cambio, a propósito del gol con que Colombia derrotó a Túnez por uno a cero en el estadio de Montpellier.
Con una votación de 6.454.000 votos -la más alta de la historia- , Pastrana puso fin a 12 años de hegemonía del Partido Liberal, al derrotar al candidato oficialista Horacio Serpa, quien obtuvo 5.482.000 votos.
Los datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil, organismo responsable de los comicios, corresponden a 99,8 por ciento de los puestos de votación.
"Vamos a ver si es cierto que soplan nuevos vientos para este país que está cansado de tanta violencia y tanta mediocridad, en la política, en el deporte y en todo", comentó un tendero que reconoció que no fue a votar porque se quedó viendo el fútbol.
Alfredo Rangel, analista de la Fundación Social y ex asesor de seguridad de la Presidencia, dijo a IPS que el empate entre Serpa y Pastrana que registraban las encuestas en la víspera de la segunda vuelta influyó en la participación electoral y "puede ser el comienzo del ingreso de Colombia a la modernidad".
"Mucha gente salió a votar porque sintió que su voto sí decidía, era útil. Es un importante rasgo de civilidad contra las maquinarias políticas", comentó Rangel.
A la alta votación de los dos partidos tradicionales se sumaron 330.000 votos en blanco, con lo que el tradicional abstencionismo en Colombia disminuyó de 6a a 41 por ciento en los últimos cuatro años.
La base electoral para los comicios de la segunda vuelta presidencial era de 20.800.000 personas habilitadas para sufragar.
Sin evadir los dos grandes temas nacionales, Pastrana reconoció en sus primeras declaraciones como presidente electo que en su agenda inmediata se encuentra la posibilidad de un encuentro con la jefatura guerrillera y un viaje a Francia para asistir al partido entre Colombia e Inglaterra, el viernes 26.
El que con toda seguridad asistirá a ese partido de fútbol es Serpa, que antes de las elecciones había anunciado que perdiera o ganara acompañaría al equipo que dirige "Bolillo" Gómez, quien ya anunció su retiro de la dirección técnica de la selección al finalizar el Campeonato Mundial de Francia.
La posibilidad de que el nuevo gobierno dialogue con la guerrilla parece cercana, dado los acercamientos que miembros del comando de campaña de Pastrana tuvieron con Manuel Marulanda, jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor y más antiguo grupo armado del país.
"También nos reuniremos con los jefes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) detenidos en la cárcel de Itaguí", en la periferia de la noroccidental ciudad de Medellín, anunció el presidente electo.
Las FARC y ELN cuentan en conjunto con unos 15.000 hombres armados y Pastrana espera sentarse a dialogar con el apoyo de la comunidad internacional.
El presidente electo insistió en el compromiso contraído con su electorado de desactivar el conflicto armado, aunque esto le cueste el distanciamiento de sectores que lo apoyaron a última hora, como el general Harold Bedoya, ex candidato presidencial.
Con el general Bedoya "tenemos discrepancias en lo que respecta al tema de la paz y así quedó consignado en el acuerdo que hicimos", declaró Pastrana al puntualizar: "he dicho que la política de paz la dirigiré yo personalmente".
Pastrana se entrevistará este miércoles con el presidente Ernesto Samper para pedirle garantías de desplazamiento para sus programadas entrevistas con los jefes guerrilleros e iniciar la transición entre los dos gobiernos.
Los dos grandes compromisos del presidente electo son la búsqueda de un acuerdo con la guerrilla, que reconoció "no será fácil ni pronto", y una reducción del déficit fiscal, que actualmente equivale al cinco por ciento del producto interno bruto.
En el terreno económico, el acercamiento comienza con una reunión entre los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República (central) y el equipo económico del comando de campaña de Pastrana, coordinado por Juan Camilo Restrepo, a quien se señala como el próximo ministro de Hacienda.
Restrepo fue ministro de Minas y Energía durante el gobierno del liberal César Gaviria (1990-94) y compitió con Pastrana por la nominación del Partido Conservador a principios de este año.
Un imperativo de la propuesta de Pastrana es atacar los signos negativos de la economía colombiana aun antes de asumir el poder, señaló Restrepo.
Las agencias de calificación de riesgo "han empezado a cambiar su visión de Colombia como un país tradicionalmente estable y confiable para la inversión extranjera", afirmó.
"Algunas han incorporado el factor de la guerrilla y la incapacidad de las Fuerzas Armadas de enfrentarlo como un nuevo factor de riesgo", añadió.
En el esquea del futuro gobierno aparecen como dos puntas del mismo hilo el ajuste fiscal, que conlleva un plan de choque, y el diálogo con la guerrilla, que implica concesiones sociales para reducir la pobreza, que afecta a la mitad de los 36 millones de colombianos.
Por eso, algunos comentaristas escépticos creen que será más fácil que "Bolillo" Gómez conduzca al seleccionado de fútbol de Colombia al campeonato mundial que Pastrana culmine con éxito su cuatrienio, en el año 2002. (FIN/IPS/mig/ag/ip/98