Expertos y representantes de organizaciones ambientalistas de Costa Rica denunciaron en Alemania los daños ecológicos producidos por el uso indiscriminado de pesticidas, la deforestación y otras prácticas utilizadas en las grandes plantaciones de banano en América Central.
La advertencia fue lanzada en una conferencia organizada por la organización no gubernamental Banafair, que se realizó la noche de este miércoles en el Museo Koenig de Bonn, y titulada "Banano- Historia de una fruta exótica".
Los expositores explicaron que la política del gobierno costarricense ha sido impulsar la protección de áreas y zonas forestales. Pero a su vez las plantaciones de bananos de las empresas transnacionales están muy cerca de estas zonas de protección.
"Existe una contradicción entre la política económica y la protección ecológica. Aún no se entiende que se puede llegar a un equilibrio entre la economía y la ecología", expone Javier Bogantes, biólogo y representante de la Fundación Güilombé.
Esta fundación costarricense se dedica a la protección del medio ambiente. Su objetivo es la protección de la ecología, la biodiversidad y el apoyo al desarrollo sostenible.
Además, por medio de seminarios o conferencias, asesora a organizaciones de pequeños campesinos en la producción de banano en forma ecológica pero a la vez rentable.
Las empresas transnacionales se han situado en la región de la costa atlántica, zona con una importante red hidrológica, y se estima que anualmente tiran unos tres millones y medio de kilos de pesticidas en la flora y fauna acuática.
Por lo tanto, el daño de las empresas es a todo nivel ecológico. "La contradicción política y económica tiene que ver con la presión de las grandes empresas bananeras, Del Monte, Dole y Chiquita", continuó Bogantes.
Para poder hacerse una idea del poder de estos consorcios Bogantes indicó que en 1992 la empresa Dole Standard Fruit Co. transó 49 por ciento de las operaciones comerciales de banano.
Las plantaciones se extienden hasta las orillas de los ríos, provocan erosión y sedimentación, en una zona donde la precipitación fluvial es de entre 3.000 y 4.000 milímetros al año", explicó.
A esto se agrega, siguió el experto, el problema de la deforestación constante en las zonas aledañas por la expansión, la canalización y desviación de los ríos, que afectan a los pueblos vecinos, el drenaje de ríos y las inundaciones constantes.
Hay otro aspecto más que debe tomarse en cuenta. La zona de la costa del Atlántico tiene una importante red de ríos, que son contaminados con los agroquímicos.
Además la basura se tira al río. Bolsas que contenían químicos muy contaminantes navegan por los ríos y llegan al Atlántico. A su paso devastan la naturaleza. "Las tortugas de la costa se asfixian con estas bolsas", subrayó Bogantes.
"Debido a la sedimentación los corales se mueren. Los corales del Caribe son sensibles y delicados, al morirse se acaba la posibilidad de vida", prosiguió.
La contaminación por residuos plásticos es otro problema ecológico que provocan las plantaciones bananeras. Miles de bolsas y sogas plásticas, recipientes y envases que contenían productos químicos quedan tirados en la naturaleza.
Como forma ilustrativa, Bogantes mostró un envase con la etiqueta: "Counter. Neumaticida. Insecticida sistemático", y acotó: "este es un veneno que está prohibido en todo el mundo".
Pero en la denuncia faltaba el elemento final, aún quedaban las bolsas plásticas que demuestran el uso de un pesticida muy contaminante, que se pone en los árboles de banano. El biólogo indicó que anualmente se utilizan alrededor de 3,5 millones de estas bolsas.
Puntualizó que este pesticida se usa sólo "para que los bananos destinados a Europa no tengan manchas, o sea es sólo para una apariencia cosmética".
"Estamos en contra de la fumigación aérea, debido a que afecta la salud de los trabajadores, las zonas aledañas, los parques nacionales, y hasta se dio el caso en que unos monos se murieron por los pesticidas".
Cileke Comanne, también representante de la Fundación Güilombé, señaló que "las plantaciones no duran más de 15 años, por lo tanto se da un ciclo natural de búsqueda de nuevas tierras".
Comentó que las tierras quedan tan desgastadas y envenenadas con los agroquímicos que sólo con la inversión de mucha energía y dinero se logran volver a revivir y a hacer cultivables.
José Gallardo, también de Costa Rica, presentó el proyecto de plantaciones de banano orgánico que se está llevando a cabo en el sureste de este país.
Gallardo en su presentación puntualizó que en su proyecto le dan gran importancia a la diversidad del cultivo, esto es, no realizan monocultivo.
Por medio de diapositivas demostró la gran variedad de productos que ellos cultivan, además del banano: cacao, coco, café, hasta arroz, tubérculos y por supuesto una gran variedad de otros tipos de árboles.
Los animales son también parte importante del ecosistema, por eso no es de sorprenderse ver gallinas y gallos, amén de monos y perros caminando por las plantaciones.
Al referirse al abono de las plantaciones, afirmó que se hace con abono verde, y que la maleza se elimina a fuerza de machete. "De algunos árboles podemos sacar una especie de insecticida para curar el banano", constató Gallardo.
También señaló la labor informativa que realizan con los campesinos participantes del proyecto, ya sea en el ámbito de mejorar el cultivo por medio de abono verde, o de cómo evitar la erosión, así como de la administración de tierras.
"Para nuestro pueblo lo más importante es la naturaleza, ella es nuestro aliado hermano, y por ello debemos cuidarla y convivir con ella", concluyó Gallardo.
A esto agregó Bogantes que los consorcios transnacionales en su política no invierten en minimizar los daños, porque significa mayores costos, actúan sólo si hay presión.
Los expertos destacaron que es muy importante la solidaridad internacional para combatir los estragos que causan las transnacionales en los países bananeros. (FIN/IPS/mr/jc/en/96
