BURUNDI: ONU insiste en enviar fuerza de paz ante rumores de golpe

Los informes de derrocamiento hoy del gobierno de coalición multiétnica de Burundi dieron nueva vida a los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por enviar al país centroafricano una fuerza de pacificación.

Pese a la falta de apoyo de las potencias occidentales, funcionarios de la ONU renovaron sus esfuerzos esta semana para enviar tropas a Burundi de acuerdo con el capítulo siete de la Carta de las Naciones Unidas, que autoriza el uso de la fuerza en determinados casos.

Si los países miembros aportaran apoyo logístico y transporte rápidamente, la ONU podría destacar varios batallones en una o dos semanas, destacó Kofi Annan, subsecretario general de Mantenimiento de la Paz.

"Debemos actuar rápidamente antes de que la situación se nos escape de las manos", advirtió Annan.

Trascendió que el presidente burundiano Sylvestre Ntibantunganya, miembro de la mayoría hutu, fue obligado a retirarse y procuró protección en la embajada estadounidense de la capital, Bujumbura.

La situación es muy inestable y los expertos de la ONU no saben con certeza quién controla el gobierno actualmente, explicó Annan.

Generalmente el país que recibe una fuerza de pacificación de la ONU debe aprobarla primero, pero el frágil gobierno de coalición de Burundi, que comprende miembros de la mayoría hutu y de la minoría tutsi, ha estado dividido sobre tal aprobación.

Terence Nsanze, embajador burundiano ante la ONU y líder de la facción radical tutsi, se opone a la intervención internacional, al igual que la mayoría del ejército, dominado por los tutsis.

Pero Annan señaló que el Consejo de Seguridad "no precisa esperar una invitación" para aprobar el envío de tropas, y podría hacerlo aún si las fuerzas autoras del golpe se oponen a la intervención de la ONU.

Varios países africanos ya se ofrecieron a enviar batallones para prevenir un genocidio como el ocurrido en Ruanda hace dos años, donde murieron hasta un millón de personas. Tanzania, Uganda y Etiopía podrían enviar 3.000 soldados cada uno, informó Annan.

Pero ese envío podría ser escaso y tardío dado el presunto golpe de Estado y las masacres del pasado fin de semana, cuando extremistas hutus mataron al menos 300 tutsis en la provincia de Gitega. Diplomáticos de la ONU admitieron que es difícil evaluar la actual situación del país africano.

Peor aún, los últimos acontecimientos no lograron persuadir a naciones poderosas -entre ellas Francia, antigua aliada de Burundi, y Estados Unidos- de respaldar una fuerza internacional de pacificación. El secretario general de la ONU, Boutros Boutros- Ghali, solicitó dicho apoyo durante dos años, infructuosamente.

El Consejo de Seguridad declaró que considerará "la adopción de nuevas medidas" si la situación de Burundi se deteriora aun más.

La declaración exhorta a las partes a resolver sus diferencias pacíficamente y menciona el apoyo a "un proyecto de contingencia para una rápida respuesta humanitaria en caso de violencia generalizada", pero no hace referencia a ninguna fuerza de pacificación. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ml/ip/96

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