TRABAJO: Con la igualdad de la mujer cambiará el mundo

La clave del crecimiento de los sindicatos en el siglo XXI residirá en su capacidad de organizar a las mujeres, que constituyen el grupo más grande de ciudadanos y trabajadores marginados en el mundo.

La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) observó que existe un crecimiento constante de la cantidad de mujeres afiliadas, pero reprochó a los sindicatos porque están lejos de incorporarlas en la medida que deberían.

Bill Jordan, secretario general de la CIOSL, anticipó que su central impulsará actividades en todo el mundo para atender las necesidades de las trabajadoras.

La CIOSL, la central obrera que congrega a 127 millones de hombres y mujeres en 135 países de todos los continentes, realizará la semana venidera su Decimosexto Congreso Mundial en esta capital.

La central sindical estimó que la transformación del mercado global se operará a través de la igualdad de la mujer y propuso adoptar las recomendaciones de la Sexta Conferencia de la Mujer de la CIOSL realizada en 1994 en La Haya, bajo el lema "Con la igualdad cambiará el mundo".

El informe que el comité ejecutivo de la CIOSL presentará al congreso constató que la participación de la mujer en el trabajo remunerado, tanto en el mercado laboral formal como en el informal, creció en forma significativa en el último decenio.

La globalización de la producción y el comercio en bienes y servicios acrecentó las oportunidades de empleo de la mujer en ciertas regiones, pero al mismo tiempo erosionó la calidad del empleo femenino y exacerbó la desigualdad.

Los mujeres cayeron entrampadas en el círculo de la pobreza pues en el número total de personas que viven bajo el nivel de la miseria, se registra una proporción significativamente más alta de mujeres que de hombres.

En el mercado laboral de Africa, las mujeres constituyen un grupo particularmente más vulnerable. Las mujeres africanas trabajan más y ganan menos. Ellas han sido las más afectadas por el deterioro económico y por el impacto de programas de ajuste estructural.

A las mujeres de América Latina se les reservan los últimos peldaños. A pesar de que algunas ostentan niveles de educación superiores a los hombres, siguen relegadas a ocupaciones con baja remuneración.

Las mujeres constituyen la mayoria -77 por ciento en México- de los obreros en las maquiladoras, empresas donde los derechos sindicales están restringidos y las condiciones de trabajo no reguladas.

En los tigres asiáticos, la piedra angular de la industrialización orientada hacia las exportaciones ha sido el trabajo de mujeres jóvenes.

Los inversores extranjeros han sabido aprovechar los bajos salarios y la destreza manual de estas jóvenes, que representan 80 por ciento del empleo en la industria, indicó la CIOSL.

Para escapar de la pobreza rural, las jóvenes asiáticas soportan jornadas de trabajo que a menudo son largas, duras y peligrosas.

Pocas mujeres continúan trabajando pasados los 20 años porque los patrones despiden a las que se casan y fundan una familia. Muchas están físicamente desgastadas por el ritmo de producción, la exposición a substancias peligrosas y lesiones derivadas del carácter repetitivo de las tareas.

En Europa Central y Oriental, las mujeres han resultado las más perjudicadas por el desempleo. Un problema serio en la región ha sido el cierre de guarderías como resultado de la privatización de las grandes empresas estatales.

Los sindicatos de la región afrontan el problema del creciente número de despidos de mujeres por estar embarazadas debido a la táctica de los empleadores de eludir sus responsabilidades de otorgar licencia y beneficios por maternidad.

Los cambios en la estructura industrial y en el mercado laboral de los países desarrollados favoreció el aumento del empleo de las mujeres en actividades de servicios, pero con características precarias, como trabajo a tiempo parcial, ocasional y a domicilio.

En los empleos a tiempo parcial de los países ricos, las mujeres ostentan entre 60 y 80 por ciento de esos puestos de trabajo, mientras se mantienen las diferencias en la valoración del trabajo de mujeres y hombres.

Las mujeres ocupan una gran proporción de la fuerza laboral en los sectores surgidos con el fenómeno de la globalización, motorizada por las empresas multinacionales en busca de los costos de producción más bajos posibles, advirtió la CIOSL.

En esos sectores, la ignorancia de las normas de trabajo y la garantía de la inexistencia de sindicatos, favorecen la descentralización y diversificación de la producción a través de una red de subcontratistas y de productores en el exterior.

La CIOSL verificó que a pesar de las medidas aplicadas en los últimos 20 años para mejorar la representación de las trabajadoras en la organización, las mujeres siguen subrepresentadas en los cargos directivos y en los organismos de toma de decisiones.

La central obrera propone declarar el respeto a los compromisos adquiridos al aprobar las resoluciones de la Cumbre Social de Conpenhague y de la declaración y el programa de acción de la Conferencia Mundial sobre la Mujer, de Beijing.

La CIOSL pide la inclusión de la igualdad de género en todos los aspectos del análisis y aplicación de políticas económicas, comerciales y de empleo. (FIN/IPS/pc/ag/pr-lb/96

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